En el Centro de Formación de Montevideo, Uruguay, se realizó un evento denominado Jornadas de benchmarking sobre gobierno abierto en América Latina y Caribe, el cual fue organizado por el Instituto Nacional de Administración Pública español. El objetivo del encuentro, que duró cuatro días, fue el intercambio de conocimiento experto sobre los resultados y las prácticas de gobierno abierto en distintas administraciones y gobiernos de la región.

Una de las conclusiones de las jornadas, que posteriormente fue plasmada en el decálogo del evento, indica que el mayor potencial del gobierno abierto consiste en su capacidad de mejorar el bienestar humano, por lo que el objetivo debe ser convertir a los ciudadanos en los verdaderos protagonistas de la democracia.

En ese sentido, Luis Herrera Díaz Aguado, coordinador del evento, dialogó de manera exclusiva con gestionpublica.info y destacó que los países de la región están dando pasos en la dirección del gobierno abierto, como lo demuestra que muchos están comprometidos en la Alianza para el Gobierno Abierto.

De todos modos, Herrera advirtió que el desarrollo del gobierno abierto en América Latina y el Caribe no es homogéneo en todos los países de la región ya que ni el entorno ni el contexto social lo son. Las necesidades y expectativas de la sociedad no son las mismas en la región y eso condiciona que la posición de los gobiernos tampoco lo sea, agregó.

En otro de los ítems del decálogo de conclusiones de las Jornadas, los países participantes, entre ellos Argentina a través del INAP local, destacaron que el enfoque ciudadano debe estar en el centro de las medidas de transparencia y Gobierno Abierto y por eso se deben tener en cuenta a los colectivos vulnerables como la población rural y/o con carencia de recursos.

El gobierno abierto es el resultado de la interactuación entre sociedad y las instituciones, por eso la sociedad tiene que contribuir activamente al cultivo de la apertura institucional y a la rendición de cuentas que son propias del gobierno abierto, entendió Herrera al respecto y concluyó: Los actores sociales tienen un gran papel que desempeñar para fomentar una cultura cívica sólida que sirva de base a la nueva gobernanza y en ello influirá también decisivamente el desarrollo económico y la reducción de las desigualdades sociales.