Cultura para niños en la Ciudad: advierten sobre la falta de registro y planificación de las actividades
La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires revisó la gestión del Programa 63, que apunta a generar actividades y propuestas culturales para las infancias. Detectó fallas en la planificación y ausencia de registros.
La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires revisó la gestión de la Dirección General de Control de Cultura y Turismo durante 2022. El relevamiento se realizó con el propósito de chequear la normativa de creación, el organigrama, los manuales de organización y de procedimientos, haciendo especial foco en el Programa 63 de acompañamiento de la niñez.
El programa, a cargo de la cartera mencionada, tiene como objetivos “generar un plan cultural que acompañe el desarrollo integral y el bienestar de todos los chicos y las chicas que habitan la Ciudad de Buenos Aires, y potenciar el sector cultural desarrollando propuestas enfocadas en la infancia”.
La mayor parte de la población infantil de CABA reside en las comunas del sur, pero la oferta cultural privada infantil se concentra en el norte y centro de la ciudad.
Para alcanzar esos objetivos impulsa actividades “de forma descentralizada en cada comuna y barrio”, con un enfoque transversal de perspectiva de género.
Que sean descentralizadas es un factor clave ya que la descripción presupuestaria de 2022 efectúa un breve diagnóstico: “En la Ciudad hay 529.000 chicos-as entre 0 y 12 años que representan el 17% de la población total de CABA. La mayor parte de la población infantil (30%) se encuentra en las comunas del sur. Sin embargo, la oferta cultural privada infantil se concentra en el norte y centro de la ciudad lo cual genera un acceso desigual a la oferta cultural infantil disponible”.
El informe de la AGCBA detalla fortalezas desde el alcance y la ejecución de las tareas y dinámicas estipuladas, pero destaca que deberían mejorarse los procesos operativos y administrativos.
Falencias administrativas
En primer lugar, la AGCBA hizo hincapié en que no se encontraron formalizados los procedimientos llevados a cabo para articular las etapas de cada actividad del programa. Es decir, las actividades se llevaron a cabo sin un detalle de los circuitos administrativos, de control, ni de fiscalización.
Una falencia similar se evidenció también desde cada iniciativa hacia las distintas actividades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con las que trabaja de manera conjunta el programa: “no tuvo durante el período auditado un instrumento formal que determine la manera de articular las distintas actividades con las otras áreas del AGCBA”.
Tampoco se midió el alcance o los resultados posteriores, generando “falta de confiabilidad o falta de información estadística en lo que respecta a las actividades desarrolladas”.
Trabajadores y asistentes
En relación a los recursos humanos, la AGCBA expuso que no contaron con personal designado para la coordinación de las actividades, y tampoco contaron con personal “con responsabilidades asignadas”.
Según el informe, tampoco existe personal específico del programa sino que trabajan con personal contratado. Según el ente auditor, esto denota “falta de planificación”.
No hay registros formales de conteo de inscriptos y asistentes a las actividades.
Por último, el Programa 63 “careció de una metodología formal, y de personal específico para el cálculo de asistentes a las actividades”. Se constató la ausencia de registros formales de conteo de inscriptos y posteriores presentes en cada propuesta.
Esto va en detrimento de la posible planificación de actividades a futuro ya que al no llevar registros formales del alcance de las actividades realizadas, se dificulta proyectar o mejorar futuras iniciativas.
Como conclusión, el informe determina que el Programa 63 “sigue los objetivos establecidos al momento de su creación”, pero que debería atender las debilidades organizativas en lo que respecta a los procesos operativos y administrativos para alcanzar una mayor eficiencia en su gestión.