Luego de un arduo proceso de selección, la organización mundial de emprendedurismo social, ASHOKA, presentó a los siete nuevos talentos que se suman a su red de 60 emprendedores en Argentina.

El mundo necesita personas que transformen la realidad con una visión holística que les permita cambiar las cosas y con la suficiente creatividad para llevar adelante esas soluciones, dijo la directora regional de ASHOKA, Guillermina Lazzaro, al dar comienzo al encuentro que tuvo lugar en la fundación Navarro Viola, donde se distinguieron a los nuevos siete emprendedores.

María Ana Angeleri desarrolló un modelo de educación creativo sobre la nutrición en diferentes escuelas a través de una manera didáctica, interactiva y lúdica promueve la construcción de hábitos saludables en la infancia integrando para ello a padres, niños, adolecentes y escuelas a través de conferencias y capacitaciones.

Gustavo Farrugia se propuso acercarle una salud de calidad a comunidades más aisladas. Trabaja con poblaciones que se encuentran excluidas de los sistemas formales de salud. Para ello, centra sus esfuerzos en mejorar la vida de quienes viven en el impenetrable chaqueño.

Tomás Olivieri desarrolla un sistema holístico de inclusión social y laboral para personas mayores de 45 años. A través de Diagonal, la fundación que dirige, busca instalar un nuevo paradigma de empleo para las personas que no lo encuentran en el mercado laboral formal. Su objetivo es generar un cambio cultural que ponga en valor la experiencia de ese grupo etario a los entornos laborales y en la sociedad en general.

Mercedes Assorati ha desarrollado un abordaje integral que combate la trata de personas y nuevas formas de esclavitud moderna en toda su complejidad. Con el programa Esclavitud Cero aborda integralmente el tema de la trata a través de capacitación, prevención, asistencia y persecución penal a los responsables.

Darío Wainer trabaja con el objetivo de dinamizar el sistema de innovación en Argentina. Organizó una comunidad de ingenieros, diseñadores y expertos en dominios específicos y creó un espacio para que estos emprendedores puedan reunirse y trabajar en problemas concretos de alto impacto.

Victoria Viel Temperley desarrolló un programa para pacientes oncológicos que mejora el tránsito por la enfermedad. Para ello, trasforma la espera pasiva en una actividad creativa y compartida. A través de recursos artísticos y actividades terapéuticas, refuerza el vínculo médico paciente.

Desde Azul Solidario, Verónica Torassa promueve el desarrollo del capital humano de las comunidades rurales centrándose en el trabajo en red entre organizaciones para transformar el círculo vicioso de desigualdad, resignación, apatía y asilamiento en un círculo virtuoso de crecimiento, capacidad de superación y fortalecimiento del sentimiento de pertenencia.

La red de ASHOKA suma a nivel mundial tres mil emprendedores que transforman día a día la realidad. Desde hace 30 años esta organización trabaja para forjar una cultura emprendedora que sirva de puente entre el Estado, el público,  las universidades, los negocios y los medios.

En diálogo con este medio, Guillermina Lazzaro comentó que los emprendedores sociales plantean modelos a largo plazo que son fundamentales para generar alianzas estratégicas con el Estado y diseñar políticas públicas.

Por su parte, el consejero titular de la fundación Navarro Viola, Enrique Valiente Noailles, señaló durante su disertación que la tarea del emprendedor social no es de santos ni de héroes sino de personas comunes. Además resaltó la importancia de que la sociedad se comprometa con las políticas públicas porque sino no pueden prosperar las iniciativas individuales: No podemos resignarnos a que todo el bien se haga a nivel micro y todo el mal se promueva desde lo macro, concluyó.