El diario francés Le Monde (26/10/2015) tituló Un revés para la presidenta Cristina Kirchner, señalando que una segunda vuelta es algo inusual y que el candidato derechista Mauricio Macri llegó codo a codo con el peronista Daniel Scioli. Ese mismo día Claire Guélaud publica una nota sobre las dificultades económicas y financieras de Argentina señalando un panorama sombrío por la desaceleración de China y la disminución de los precios de las materias primas; indica además la disminución del crecimiento desde el 2007, la falta de divisas para pagar compromisos externos, la alta inflación y la manipulación de estadísticas que arruinan la credibilidad del país y provoca la fuga de capitales.

Las elecciones terminarán con la presidencia de Kirchner, no su influencia en Argentina considera el The New York Times (25/10/2015), cuyas maquinaciones aseguran que continuará ejercitando su autoridad sobre el futuro del país, en un artículo firmado por Simon Romero y Jonathan Gilbert. Muchas personas en el gobiernen sostienen que su dominio está para quedarse y la propia señora Kirchner le da la bienvenida a un posible regreso, especialmente cuando se reunió con el autor del grafiti Abrazame hasta que vuelva Cristina, cuya imagen fue ampliamente compartida en las redes sociales.

La italiana Rep.TV (26/10/2015) menciona el malestar en la elección presidencial y recalca que ambos candidatos son de origen italiano: la familia de Scioli proviene de Molise y la de Macri de Calabria. El diario La Repubblica tituló Argentina al balotaje: cabeza a cabeza entre el heredero de la Kirchner y la ‘sorpresa’ Macri. El Corriere Della Sera (26/10/2015) se pregunta: Termina la era de Cristina, ¿realmente? Después de ocho años de cristinismo no se puede afirmar que ha terminado el reinado de Cristina Kirchner […] ya que los giros y vueltas de la política en Argentina no permiten tomar nada por sentado.

El semanario británico The Economist (24/10/2015) escribe sobre las elecciones argentinas y considera que es El fin del kirchnerismo y, quizás, el comienzo de políticas económicas más sanas. Un cuadro titulado Los desatinos de Fernández muestra el porcentaje del aumento del PBI y el balance del presupuesto en cuanto al porcentaje sobre el PBI desde el año 2008 hasta el presente. El semanario considera que Argentina necesita un cambio en la economía que comienza a desmoronarse debido a los controles y las restricciones comerciales, la baja de productividad, la inflación, el déficit presupuestario y la escasez cada vez mayor de reservas, entre otros problemas. Concluye afirmando que una crisis es inevitable, a menos que el nuevo presidente revierta rápidamente las políticas populistas de la señora Fernández.

Para Alejandro Rebossio, periodista de El País (26/10/2015) de España, El peronismo pierde el bastión bonaerense después de 28 años y el resultado se explica por mérito de Cambiemos y por el poco atractivo de los candidatos elegidos por el kirchnerismo. Es más, considera que el Papa Francisco, preocupado por el avance del narcotráfico en su país, rechazaba la candidatura [a gobernador de la provincia de Buenos Aires] de [Aníbal] Fernández y por eso uno de sus curas preferidos, Pepe Di Paola, se fotografió en las primarias con [Julián] Domínguez y en las últimas semanas con la vencedora [María Eugenia] Vidal.

Un artículo en la revista bimestral estadounidense, Foreign Affairs (31/10/2015), firmado por María Victoria Murillo, considera que Argentina se inclina hacia la derecha en una elección con resultados que pocos pudieron predecir. La decisión de quienes votaron por Sergio Massa, que obtuvo el 21% de los votos, será crucial en determinar el resultado final. Massa es parte del mismo grupo ideológico de Scioli, el peronismo, que es una mezcla de populismo, políticas de justicia social y nacionalismo económico. Un subtítulo, Adiós Kirchner, explica que cualquiera sea el ganador (Macri o Scioli), la Argentina se desplazará hacia la derecha y, por los problemas económicos heredados, deberán realizarse ajustes económicos, por lo cual muchos sentirán nostalgia de tiempos mejores, lo cual puede servirle a Cristina para retornar en el 2019; pero si Scioli pierde, los peronistas la culparán a ella, haciendo más dificultoso su regreso potencial. Por ahora, entonces, la Argentina se despide del kirchnerismo.