Tras es el escándalo, que fuera denunciado oportunamente por el coordinador de las divisiones menores del club, Fernando Berón, y por el encargado de la pensión en la que se alojan los chicos, Fernando Langenauer, ya hay seis detenidos y se ha abierto una investigación que promete llegar hasta el fondo del meollo. Se sabe que fueron siete los menores abusados en el club de Avellaneda.

Sin embargo, el asunto parece no detenerse ahí, ya que comienzan a verse las ramificaciones de esta problemática y a sumarse nuevos casos como son los de San Lorenzo, que tiempo atrás vivió situaciones similares, denunciadas oportunamente por los encargados de la pensión azulgrana; Temperley y ahora también River, como denunció Andrés Bonicalzi, abogado de Ayuda a las Víctimas de Violación (Avivi), institución que preparó una denuncia que iba a ser presentada por estas horas por hechos similares a los denunciados en Independiente, sufridos por chicos que vivían en la pensión del club millonario entre 2007 y 2011. La denuncia, según dijo Bonicalzi, cuenta con el testimonio de una médica que trabajó en River en esos años. Ella tuvo conocimiento de que hubo abusos de chicos que vivían en la pensión del club. Había una versión de que una persona se acercaba al menos 3 veces por semana y realizaba abusos sobre los chicos, manifestó el abogado. La profesional habría manifestado el problema a sus superiores, pero según los denunciantes le dijeron que no se metiera, que mirara para otro lado, y después la terminaron desvinculando sin causa del club. Lo mismo ocurrió con el psicólogo que atendía a los menores, la mayoría provenientes del interior del país.

La investigación que disparó el caso de Independiente expone la existencia de una extensa red de pedófilos que se aprovechan de la situación de vulnerabilidad de esos chicos futbolistas que dejan a sus familias y se vienen a Buenos Aires para intentar cumplir ese sueño que cargan sobre sus espaldas como un mandato propio o familiar, pero que en una escasa medida logran cumplir. Lejos de sus casas, y con escasos recursos, son una presa fácil para estos aprovechadores. La fiscal que actúa en la causa de Independiente, María Garibaldi, informó que los abusadores ofrecían pasajes a los chicos para visitar a sus familias y completaban el convite con algo de dinero, botines y ropa deportiva. A cambio, los chicos debían satisfacer las necesidades sexuales de sus contratantes en casas de la localidad de San Isidro y el paquete barrio de Palermo.

Entre los detenidos aparece el relacionista público Leonardo Cohen Arazi, quien está imputado en al menos seis casos de corrupción de menores. La prensa dio cuenta en los últimos días de la convocatoria para un casting que Cohen Arazi había realizado solicitando futbolistas con facha y dominio de la pelota de 17 a 21 años. También el árbitro Martín Bustos, juez de línea de Primera B Nacional; y su abogado, Carlos Tomás Beldi, quien se involucró solito por encubrimiento agravado al destruir a martillazos un celular que comprometía a su cliente, cuyo rol en esta trama no fue informado; Alejandro Carlos Dal Cin, administrador de torneos de fútbol para juveniles y acusado abuso sexual calificado, con acceso carnal y gravemente ultrajante respecto de un menor de 16 años, aprovechándose de su inmadurez sexual y en razón de la mayoría de edad del autor, en concurso ideal con corrupción de menores; Juan Manuel Díaz Vallone, representante de jugadores; y Silvio Ernesto Fleyta, un estudiante que actuaría como facilitador.

El cruce de información de los teléfonos de los involucrados, que se maneja bajo el secreto de sumario, le está dando a la Justicia la idea de que el problema que investiga es mucho más grande y más grave de lo que en principio aparenta. Se habla de una gran organización cuyo accionar en la captación se asemeja a los que se utilizan en al trata de personas, un delito federal.

El ex futbolista de Independiente Daniel Bertoni, destapó que el tema de los abusos a los menores es algo común en el fútbol. Siempre se supo, siempre pasó en el fútbol, dijo, y por eso deberá ahora prestar declaración frente a la Justicia.

El área de Niñez del Ministerio de Desarrollo Social tuvo que involucrarse de oficio en el problema y según su titular, Pilar Molina, se preguntó qué tipo de control tienen las instituciones deportivos de las entradas y salidas de las personas que frecuentan los clubes y las pensiones.

A pesar de la gravedad del problema, no será fácil encontrar respuestas en la dirigencia del fútbol argentino, siempre propensa a ocultar, a disimular, a barrer debajo de la alfombra, aunque la realidad la golpee de frente. Boca, por dar un ejemplo, fue noticia la semana pasada por la visita que la barra brava del club, con su líder Rafael Di Zeo a la cabeza, realizó a los jugadores en la previa al trascendental partido frente a Talleres en la Bombonera. El club, como suele ocurrir, no se hizo cargo del apriete a los jugadores. Aunque el entrenador xeneize, Guillermo Barros Schelotto, dio a entender por dónde se debería comenzar a investigar cuando consultado sobre el tema en la conferencia de prensa posterior al triunfo de su equipo expresó sin rodeos que no debían preguntarle a él por la visita de los violentos, sencillamente porque él era el entrenador y no el que abre las puertas del club. Ahí se puede ver una punta del ovillo, será cuestión de comenzar a tirar.

*Sociólogo y periodista.