Había fuertes intereses para que la clausura no suceda
Lo aseguró Edgardo Castro, Inspector del Gobierno de la Ciudad, tras cumplirse un año de la tragedia donde murieron diez personas. En 2008 había pedido el cierre del depósito pero su reclamo fue ignorado. Hubo un acuerdo económico y una clausura inhibía los privilegios impositivos de la empresa, detalló. La Justicia aún no pudo determinar si se trató de un accidente o un incendio intencional.
El 5 de febrero de 2014 un incendio en un depósito de Barracas, perteneciente a la empresa Iron Mountain, provocó un derrumbe que terminó en una tragedia: murieron seis bomberos de la Policía Federal; dos voluntarios del Cuartel de Vuelta de Rocha y dos rescatistas de Defensa Civil porteños.
A poco más de un año del desastre, la Justicia aún no pudo indicar si se trató de un accidente o si fue un incendio intencional.
Ya por el año 2008, el Ingeniero Edgardo Castro, quien además es Inspector de la Ciudad, pidió la clausura del depósito por riesgo de incendio pero desde la Subsecretaría de Trabajo se negaron.
Un año más tarde, Gobierno porteño, además de hacer contrataciones con Iron Mountain, premia a la empresa y hace un acuerdo económico dándole privilegios impositivos, contó Castro a Gestionpublica.info y explicó: No podía aparecer mi acta porque sino la empresa quedaba inhibida del beneficio, los contratos quedaban anulados y durante un año, por Ley, no podía hacer contrataciones con el Estado. Había fuertes intereses para que esa clausura no suceda.
La causa cayó en la Fiscalía de Instrucción N° 37 y con respecto a la investigación, Castro recordó que el Gobierno porteño se hizo cargo del retiro de todos los materiales que deberían haber sido custodiados y de limpiar todo el terreno. Tiraron todo lo que había y no se pudo volver a peritar, agregó.
En ese sentido, el Ingeniero se refirió al vaciamiento del cuerpo de inspectores de la Ciudad y analizó que todo tiene que ver con todo. Cuando se hacen inspecciones de cierta importancia técnica hay que mandar especialistas, en este caso, ingenieros. En general van dos inspectores por si se le pasó algo al primero y además porque cuantos más inspectores haya más difícil es la coima, explicó Castro y amplió: Al otro depósito de la empresa mandaron uno solo, que no tiene título. Hoy en día llaman a muchos compañeros que están haciendo inspecciones para que se retiren.
Además del almacén de archivos que se incendió el año pasado en Barracas, Iron Mountain tiene otro galpón en el barrio de La Boca.
El depósito de La Boca hay que clausurarlo diez veces. Está peor que el de Barracas. Yo hice la denuncia, advirtió Castro y para finalizar se refirió al control que el Gobierno porteño realizó en el lugar: Le hicieron una pequeña infracción por no tener señalización en las salidas de emergencia.