El argumento es más o menos sencillo: a los gobiernos de este signo político los obreros les hacen menos paros que en los gobiernos no peronistas. Los números avalan esta vaga teoría que, sin embargo, nada dice del hecho de que justamente los gobiernos populistas suelen tener políticas proteccionistas para estos sectores, mientras que los gobiernos liberales y neoliberales han utilizado siempre a los trabajadores como variables de ajuste.

Es en este contexto que hay que entender el paro nacional de docentes que impidió un inicio de clases normal. Lamento que los docentes hayan elegido el oportunismo, se quejó el lunes por la mañana el presidente Mauricio Macri, en un acto en la provincia de Jujuy, donde el gobernador aliado Gerardo Morales había arreglado de urgencia con los docentes para que estos levantaran la medida de fuerza y comenzaran el ciclo lectivo. Macri pretendía que los docentes de todo el país hubieran elegido iniciar las clases y que las discusiones salariales continuaran en forma paralela. Pero el voluntarismo del Presidente tropezó con sus propias políticas.

El problema es que para los docentes el Gobierno no tiene voluntad de diálogo y más bien pretende imponer sus ideas a la fuerza, con presiones de todo tipo, como el llamado de la gobernadora de Buenos Aires para convocar voluntarios que suplantaran a los docentes en huelga. Es cierto que María Eugenia Vidal tuvo que retractarse ante la lluvia de críticas, pero lo hizo a medias. Desde la cartera laboral de su gobierno, el ministro bonaerense de Trabajo, Marcelo Villegas, dictó la conciliación obligatoria que los gremios, por supuesto, no acataron; como tampoco aceptaron la última propuesta económica presentada por la provincia. Ya para terminar de marcarle la cancha al Gobierno, todos los gremios docentes se solidarizaron con el titular de Suteba, Roberto Baradel, a quien Macri había elegido como foco de las presiones, e insistieron con la convocatoria a una paritaria nacional, negada por el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, para quien el debate sobre los docentes y sus condiciones de trabajo se debe dar en cada una de las provincias.

La paritaria nacional fija el piso salarial unificado, además de discutir cuestiones pedagógicas y condiciones de trabajo. La misma se fijó en 2006, con la promulgación de la Ley de Financiamiento Educativo. Hasta el año pasado el ministro de Educación, Esteban Bullrich, la reivindicaba a regañadientes como un instrumento del diálogo.

Ayer, una multitudinaria marcha de maestros y dirigentes nacionales del sector se congregó pasado el mediodía en el Ministerio de Educación luego de marchar por la avenida Callao desde el Congreso en reclamo de la implementación de la paritaria nacional. En el palco de oradores se encontraban los secretarios generales de los cinco gremios docentes nacionales: Ctera, UDA, Sadop, AMET y CEA. Según los organizadores, frente al Palacio Pizzurno se congregaron más de 50 mil maestros. Este parazo nacional debe hacer reflexionar al Gobierno. Pedimos que cumplan con la ley. A ver si Bullrich escucha, manifestó Sonia Alesso, secretaria general de Ctera. Por su parte, Sergio Romero, de la UDA, pidió a su turno que el Gobierno recapacite y afirmó que de no tener una respuesta positiva en las próximas horas, evaluarán si convocan a un nuevo paro nacional de 48 horas.

Luego, Romero extendió su convocatoria a los gobernadores para que se pongan del lado de los trabajadores y que también pidan por la paritaria nacional. Hubo más de un 90 por ciento de adhesión en las escuelas públicas de gestión estatal, remarcó el dirigente.

Los docentes estuvieron acompañados en la marcha por los secretarios generales de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, y la CTA Autónoma, Pablo Micheli. Paritaria nacional o sigue la huelga, advirtió Yasky, y agregó: ir contra la escuela pública es analfabetismo político aunque se esté en la Casa Rosada o en el Ministerio de Educación. No hay para los argentinos nada más noble que la escuela. Que se olviden si piensan que van a ensuciar a los guardapolvos blancos, que se olviden si piensan que los van a pisotear o a ponerlos en contra del pueblo. Luego confirmó la presencia del sector que representa en la manifestación de fuerza convocada por la CGT unificada para la jornada la jornada de hoy.

A los docentes se les sumaron los trabajadores afiliados a ATE, que ayer marcharon al ministerio de Trabajo e iniciaron una huelga por 48 horas en rechazo al 18 por ciento de aumento salarial ofrecido por el Gobierno. También tuvo participación en el cierre de la marcha uno de los secretarios generales de la Confederación General del Trabajo (CGT), Carlos Acuña. El secretario general del Sindicato Obreros de Estaciones de Servicio anticipó el tono de lo que el Gobierno puede esperar de la movilización de la central obrera convocada para hoy. La CGT está de pie y lo va demostrar en la calle, a favor de los trabajadores, afirmó Acuña, y luego sintetizó el malestar con el Gobierno: No sólo los docentes están sufriendo los atropellos de este gobierno sino que lo están sufriendo todos los trabajadores del país. Según el dirigente, el Gobierno está haciendo todo al revés de lo que prometió y llamó a la unidad del movimiento obrero para ponerle un freno a la situación. Tenemos que consolidar la unidad con todos los sectores para poder llevar adelante un plan de lucha, apuntó. Y, finalmente, en una clara muestra de que el romance del Gobierno con la cúpula sindical atraviesa su peor momento, reclamó al Presidente que convoque a los gremios para recuperar el poder adquisitivo que perdieron los salarios en 2016 y le exigió que se ponga a gobernar en lugar de estar haciendo campaña política todos los días. Algo que, por otra parte, han comenzado a reclamarle a Macri sus aliados, incluso desde los medios de comunicación afines al Gobierno.

*Sociólogo y periodista.