Las solicitudes de becas alimentarias en las escuelas porteñas están “flojas de papeles”
La Auditoría de la Ciudad observó que se brindaron beneficios pese a que los solicitantes no presentaron el pedido formal ni documentación correspondiente. Se detectó que en el 40% de los colegios no crearon la comisión encargada de revisar los legajos y que existe un déficit de asistentes sociales. La perlita: una escuela quemó los papeles porque “había roedores”.
Pese a que por normativa es obligatoria la presentación de la solicitud de becas alimenticias, la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) detectó que en 19 de las 56 escuelas visitadas “no se exigía ese requisito ni se reclamaba la documentación respaldatoria”. A ello se suma que en los colegios de educación especial “no se requiere ninguna de las dos cosas, aunque esos establecimientos no están exceptuados de pedírsela” a la familia beneficiada. La escuela N° 15 es protagonista de un caso muy particular: “habían quemado toda la documentación porque había roedores”.
En la Ciudad de Buenos Aires existe el Programa de Becas Alimentarias que está destinado a todas las escuelas que brindan el servicio de comedor, vianda o refrigerios a los niños que cumplen con ciertos requisitos de ingreso máximo familiar y que solicitaron el servicio mediante la documentación necesaria. La Dirección General de Servicios a las Escuelas, que depende del Ministerio de Educación porteño, es la encargada de “gestionar, supervisar y coordinar esta asistencia y de evaluar la pertinencia de la entrega, o no, del beneficio”. Es además el área “responsable de recibir la información y documentación de las solicitudes”.
Mientras los auditores realizaban los trabajos de campo, en el primer semestre de 2012, observaron que “había un número insuficiente de asistentes sociales”, ya que había solo tres. Es importante destacar que son ellas “las encargadas de visitar semanalmente los establecimientos escolares para entrevistarse con los padres, verificar la documentación respaldatoria de las becas y evaluar las necesidades de los colegios en materia alimentaria, entre otras cuestiones”. Para comprender la dimensión de la insuficiencia personal, hay que tener en cuenta que 2011 “se otorgaron más de 156.966 beneficios entre 1200 instituciones educativas”.
La Auditoría porteña detectó que la Dirección de Servicios a Escuelas “no tiene una base de datos actualizada ni coordinada con otras dependencias del Ministerio de Educación porteño”. Esta situación trae como consecuencia “baja en la eficiencia” del organismo para cumplir sus funciones.
En el informe, aprobado en noviembre de 2012, se manifiesta que “no pudieron constatarse el total de matriculas de las escuelas que recibieron becas durante 2011 por las diferencias encontradas según la fuente consultada”. Entre ellas se destacan “los casos en los que la institución educativa informó que no recibe becas mientras que la Dirección de Servicios Escolares notifica que sí y viceversa”. Por ejemplo, “en el Comercial 34 informan que no recibieron alimentos, pero el auditado afirma que se entregan 380 refrigerios”.
También se hallaron otras diferencias respecto a la pertenencia de las escuelas a los diferentes distritos.
Para la Dirección de Servicios Escolares el centro Los Piletones “se encuentra dentro del Distrito Escolar 19 mientras que para la de Operativa de Inversión y Estadísticas está en el 21”. Las disparidades se encontraron también para el Jardín Maternal de Teresa y para el CENP Nº 19.
Comisiones
Las escuelas que cuentan con el servicio de comedor “deben constituir una Comisión de Becas, integrada por docentes, padres y el director, para controlas la documentación presentada junto a la solicitud del beneficio”. Sin embargo, de las 1121 solicitudes revisadas por el equipo de auditores, “el 75,36% no tenía la decisión de la Comisión de becas y en el 40% de las escuelas visitadas directamente no estaba conformada”.