El presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, aseguró que "durante 18 años tuvimos una venda en los ojos" para no ver lo que sucedía con Aerolíneas Argentinas.

Mientras diputados nacionales analizan esta semana qué hacer con Aerolíneas Argentinas y Austral, luego que el Estado Nacional firmara un "acta compromiso" con la empresa concesionaria para iniciar su traspaso, la Auditoría General de la Nación (AGN) está comenzando un complejo y largo proceso de análisis del estado de la compañía.

El rol de la AGN será fundamental para conocer la situación patrimonial, financiera y los compromisos que la empresa asumió a futuro. Asimismo deberá auditar el trabajo de la recientemente creada comisión de transición, que debe manejar la aerolínea hasta que se resuelva su destino.

Más allá de las posturas tanto del oficialismo como de la oposición, la AGN tiene el papel de "presentar la radiografía" de la empresa, según definió el presidente de este organismo de control, doctor Leandro Despouy.

Este análisis es fundamental para "evitar que se oculten pasivos que aparezcan mañana cuando el Estado tome la empresa".

Despouy estuvo en Mar del Plata un día después de haber participado en el Congreso de una reunión con los legisladores que esta semana comienzan a analizar el tema en comisiones.

"Durante 18 años la Auditoría General de la Nación tuvo una venda en los ojos para no mirar Aerolíneas, como se privatizó, no pudimos conocer cuál era su estado patrimonial y financiero", reconoció el especialista en diálogo con este medio.

"Si por lo menos hubiera habido un sistema en el cual el Estado maneja la acción de oro, mantiene las condiciones de domicilio y nacionalidad de los directorios y al mismo tiempo conserva una parte de las acciones que le permitan que los órganos independientes del Estado puedan auditar, la situación sería distinta", reflexionó.

Pero las cosas fueron así, por lo que ahora la AGN entra "en un cuarto oscuro", que deberá iluminar con un equipo de más de 20 personas, en su mayoría contadores y abogados. "El Congreso necesita información, el propio Estado necesita información para poder tomar decisiones, al menos en lo que hace a activos, pasivos y en lo que hace movimientos de fondos, transferencias, destinos, respaldo", enumeró.

Esta tarea tiene un sinnúmero de dificultades. "Como no es un cierre de ejercicio, en el 2008 vamos a tener que tomar solamente un balance informal, incompleto. Estamos haciendo para eso y porque es imperativo al haberse iniciado una transferencia como esta, tareas de corte, arqueos de valores, fondos, en los distintos locales, contando las aeronaves -no valuamos- para saber qué tiene la empresa, cuál es su patrimonio".

Sobre el "corte" explicó que es fundamental para señalar claramente "lo que pasaba antes de lo que pasa después, para que no se pueda decir esto se mezcló con la gestión actual y no es el resultado de la gestión anterior, esta obligación viene de atrás o viene de adelante" indicó.

Despouy señaló que "la empresa ha operado hacia el futuro, como la mayoría, y tiene ventas, vale decir devengados, dinero que ha recibido por venta de pasajes, que ya se han pagado y se van a tener que ejecutar dentro de 2 años, hay premios... una enorme complejidad".

"Esto va a tener mucha agitación. Se va a ir descubriendo todo el tejido de funcionamiento de una empresa que está muy mal, esto hay que reconocerlo" adelantó el abogado, que se ha desempeñado como Relator de la ONU en temas de derechos humanos.

"Sabemos que el balance 2007 no está auditado, no hay opinión, eso es una tarea gigantesca. Tenemos que prestar atención a todos los movimientos, ha habido mucha litigiosidad con la empresa, balances que han sido impugnados, una cantidad de juicios tanto comerciales, laborales, penales. Todo tenemos que verlo porque todo eso tiene incidencia presupuestaria y en el balance", explicó.

Sin aviones

El auditor hizo referencia a la situación con los aviones de la compañía, que originalmente "tenía una flota muy importante".

"La mayoría de los aviones fueron transferidos a Iberia, Iberia los liquidó y hoy esta empresa, Aerolíneas, controlada por este grupo, tiene muy pocos aviones y opera por leasing, un tipo de locación que tiene diversas formas, por ejemplo locación financiera, cuando uno paga el alquiler y después se transforma en dueño y el leasing operativo, que simplemente es un alquiler" apuntó.

En ese sentido destacó que "hay que detectar cuál es la situación de cada uno de los aviones, porque cuando uno tiene un avión propio y no lo explota pierde las ganancias, pero si incluso si tiene avión alquilado y no lo explota, vienen los problemas de repuestos, la obsolescencia, el pago de los seguros, el pago de los vales". Despouy fue muy cauto a la hora de comentar la gestión privada. "No podemos referirnos al fondo, eso va a formar parte de las conclusiones de la Auditoría, pero sí por sentido común podemos decir que juegan el encarecimiento del petróleo -a pesar que estaba subsidiado por el Estado- cuestiones vinculadas a las inversiones de la empresa que en los últimos tiempos no han sido importantes, por lo menos no hemos registrado, todo eso lo va a decir el balance, pero hay una descapitalización clara de la empresa" aseguró.

Las investigaciones no solo serán a nivel nacional. Por las características de la empresa y por el origen del grupo que la manejaba, la AGN deberá solicitar información a las autoridades españolas. "Se va a tratar de rastrear cuáles han sido los aportes que ha hecho el Estado Español para que sean aplicados por parte del grupo a la empresa y si han sido o no aplicados. Hay versiones que indicarían que no ha sido así y que hay una enorme litigiosidad en España por este incumplimiento. Lo vamos a verificar en el futuro con certificaciones, vamos a ver cuál es la situación de la empresa en los balances que presenta en España a través del tribunal de cuentas".

Cumplir el servicio

En cuanto a la forma en que se llevará a cabo la transferencia -a través del acta firmada recientemente, expropiación, quiebra- el presidente de la AGN indicó que "es una cuestión de voluntad política", pero aseguró que "lo que es importante es que la empresa tiene que cumplir con el servicio que necesita el país, esta es la obligación del Estado". En ese sentido entendió que "si lo hace a través de una empresa que todavía le da superávit, muy bien, que se expande, muy bien, si lo hace a través de una empresa que logra apenas mantener un equilibrio con una ecuación económica rentable mínima pero sigue en funcionamiento, está bien, si tiene algún margen de subsidio, el Estado puede decir lo importante es garantizar el servicio, tengo que hacerlo, pero tiene que medir la viabilidad de la empresa porque sino tiene que decirles a otras empresas que cumplan con esa función o crear otra empresa".