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Lo dijo el Presidente de la Auditoría General de la Nación, Oscar Lamberto, en la reunión donde se aprobó un documento referido al ejercicio 2013 del Correo oficinal. “Se ponen viejos y son inútiles”, agregó. Otros auditores discreparon.
Durante la última reunión del Colegio de Auditores, el miércoles pasado en el Salón Eva Perón del edificio de la Auditoría General de la Nación (AGN), el organismo aprobó un informe referido a la gestión del Correo Oficial de la República Argentina S.A., correspondiente al ejercicio del año 2013.

Si bien el documento tuvo el visto bueno de los auditores, luego de la lectura de algunas observaciones e intercambio de ideas, la cuestión derivó en un debate más profundo que tiene que ver con la antigüedad de algunos trabajos de la AGN que aún están pendientes de aprobación.

“Estamos en 2017 y tratamos un tema de cuatro años atrás. Es un debate de historia prácticamente, con el agravante que ya se votó la cuenta 2013 sin un insumo importante”, analizó el Presidente del organismo de control, Oscar Lamberto. “Hoy no le podemos decir al Congreso que rectifique la cuenta con dos tercios de cada Cámara. La Comisión Mixta Revisora de Cuentas lo mandaría al archivo por tratarse de una cuenta que ya está aprobada”, aseguró.

En ese sentido, Lamberto remarcó que la AGN “nunca debería darle tratamiento a un informe de una cuenta aprobada”. “Se ponen viejos, son inútiles y pueden llevar a que se tomen decisiones equivocadas con información que no es actual”, lanzó el Presidente y continuó: “Hay informes que tienen 908 días y eso no tiene explicación. Tenemos la suerte que hay dos cuentas que todavía no votó el Congreso, sino irían al archivo”.

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