Publicado: 24-02-2013
   
Río Negro.- El jefe de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy, ratificó ayer sus denuncias sobre el entramado de "corrupción" que llevó a la tragedia de Once y afirmó que "era ostensible" que el ex secretario de Transporte Hugo Jaime "recibía prebendas de las empresas" a las que el gobierno destinaba "ingentes subsidios".  

Despouy recordó que desde el poder jamás se hizo "nada" para evitar la tragedia ferroviaria que el 22 de febrero de 2012 causó la muerte de 51 personas y esto, evocó, pese a que en distintos informes la AGN hizo "una descripción muy precisa, categórica y hasta tétrica de las condiciones de inseguridad palpables con que se desplazaban las unidades". "Se creó un sistema tan sucio, tan oscuro que no se podía revertir; aún cuando enviábamos expedientes a la justicia, la justicia no actuaba", rememoró, al referirse a los "mecanismos de corrupción" creados en torno a los fondos públicos destinados a las concesionarias.

En declaraciones a radio Mitre, el auditor insistió en apuntar a los ex secretarios de Transporte Jaime y Juan Pablo Schiavi, a quienes acusó de hacer caso omiso de los estudios realizados por el organismo que marcaban las deficiencias en el servicio ferroviario y las condiciones de inseguridad en las que viajaban cientos de miles de pasajeros diariamente. "Jaime y Schiavi negaban la veracidad de estos informes, decían que eran sesgados y, además, que era un problema cultural y culpaban a los argentinos con el argumento de que viajaban mal porque eran transgresores y habían creado la cultura de la ruptura", deploró. Despouy subrayó que, en ese debate, él asentía irónicamente y les decía que "sí, que era un problema cultural porque nos habíamos acostumbrados a viajar en condiciones inhumanas y de enorme inseguridad".