Por siete votos a uno los integrantes de la Sala Juzgadora destituyeron al contador Claudio Ricciutti como vocal contador del Tribunal de Cuentas. Consideraron que se arrogó facultades de juez al haber interpretado por sí mismo la normativa. Conocida su destitución, el ahora ex vocal dijo que lo sacaron «porque era una piedra en el zapato» para este Gobierno y por sus opiniones contrarias «al convenio chino y el CA-12».

Ushuaia.- Con los votos de los legisladores Fabio Marinello, Verónica de María, Marcelo Fernández, Roberto Frate, Damián Löffler, Ana Lía Collavino y Adrián Fernández, todos integrantes de la Sala Juzgadora, fue destituido el vocal del Tribunal de Cuentas de la Provincia, contador Claudio Ricciutti.

La decisión fue por mayoría debido a que el legislador Gabriel Pluis (UCR) votó por la absolución al sostener que no se podía juzgar sólo a Ricciutti siendo que sus pares del Tribunal de Cuentas estaban en la misma condición.

Además Pluis sostuvo como opinión personal, que debería analizarse una situación de enmienda para que los integrantes del Tribunal de Cuentas sean enjuiciados por el Consejo de la Magistratura y no por la Legislatura.

Otro de los puntos remarcados fue lo extemporáneo del cuestionamiento, dado que, según explicó Pluis, pasaron más de 15 años para acusar a Ricciutti del hecho.

La destitución

El primer legislador en fundamentar la destitución de Ricciutti fue Marinello. Posteriormente, el resto de los parlamentarios adhirieron a su postura y fundaron coincidiendo que el acusado dictó actos administrativos que le causaron beneficios propios en sus haberes.

Lo más trascendente de los fundamentos, es que se arrogó facultades de juez al haber interpretado por sí mismo el marco normativo de la Ley 50 que en su artículo 17 regula el sueldo de los integrantes del Tribunal de Cuentas. 

«Debería haber ido en consultas a la justicia para que a través de una acción declarativa de certeza actuara de acuerdo a la ley», señalaron algunos y pusieron como ejemplo al Fiscal de Estado que recurrió al Superior Tribunal y pidió se le indicara cómo debía aplicar el tope.