Publicado: 20-10-2012
  
Tucumán.- Algunos insultan, otros piden que haya cuidado en los mensajes, otros se asustan porque les desinflan las ruedas de auto y otros se pelean en público en duros términos. Todo forma parte de la política nacional.

"Lealtad, gusanos".- Un inusual mensaje apareció en la cuenta oficial de la presidenta, Cristina Fernández, en la red social Facebook (foto). A las 23.06 del 16 de octubre, minutos antes de iniciar el Día de la Lealtad Peronista, se leyó: "Lealtad, gusanos. Lealtad". El mensaje apareció y luego de dos minutos de reloj fue eliminado de la cuenta. Pero algunos cibernautas que alcanzaron a observarlo, polemizaron sobre él. En el Gobierno, nadie sabe qué pasó. Pudo tratarse de un hackeo a la cuenta de la mandataria. O quizás se trató de un error de la jefa de Estado al querer enviar un mensaje de texto a un destinatario único. O, simplemente, fue una "metida de pata" de alguno de los administradores de la cuenta. Tampoco se sabe si el mensaje estaba destinado a los díscolos del Gobierno o a los funcionarios de la propia gestión kirchnerista, en caso de un eventual hackeo. (NA)

A no ser intolerantes.- Un afiche digital circula profusamente entre los blogueros kirchneristas, que están alertas ante lo que fue bautizado como el #8N. Ese día, el 8 de noviembre, tendrá lugar un nuevo cacerolazo contra el Gobierno de Cristina. Y en las semanas previas se registra un verdadero combate a través de las redes sociales. Por eso circulan todo tipo de "informaciones", hasta este instructivo para los caceroleros con el objetivo de que no se los pueda criticar por intolerantes. "No nos mueve el odio, no somos como ellos", se indica por ese motivo en el panfleto digital. Y se recomienda usar una vestimenta de "remera blanca, pantalón oscuro y escarapela", no hablar con la prensa y en cambio "expresarse con carteles". La idea es "no darle letra a 6-7-8", el programa ultrakirchnerista que se emite por la Televisión Pública y que en el cacerolazo anterior mostró a manifestantes portando una cruz esvástica nazi. Parece que serán semanas a puro nervio en las redes sociales. (NA)

CON LA OTRA CGT.- El distanciamiento entre el titular de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, y el diputado Héctor Recalde -a quien el camionero le espetó "no podés ser tan servil al poder"- motivó a las autoridades de la Unión Obrera Metalúrgica, gremio base del secretario general de la central obrera cercana al Gobierno, Antonio Caló, le ofreciera ser abogado del gremio. Recalde rechazó el ofrecimiento que le hizo su colega de la bancada oficialista y referente de la UOM, Carlos Gdansky. En cambio, continúa -a través de su estudio- como asesor legal del gremio de Camioneros, pese a que hoy pareció decir lo contrario luego del cruce que tuvo con Moyano en el plenario de comisiones que trataba cambios en la ley de riesgos del trabajo. (NA)

RECURSOS "EN NEGRO".- El conflicto salarial de los prefectos y gendarmes finalmente se descomprimió, aunque las causas que lo provocaron permanecen inalterables, entre ellas las sumas "en negro" que los efectivos tienen en sus recibos de sueldo. Dentro del malestar que provocó el conflicto, el Gobierno logró que las medidas de fuerza no se extendieran entre las Fuerzas Armadas, para lo cual fue determinante la muñeca política del ministro de Defensa, Arturo Puricelli. Aunque razones no faltarían, porque de acuerdo a un relevamiento del portal www.elauditor.info, más de la mitad del dinero que el Estado nacional paga "en negro" es enviado al Ministerio de Defensa. Es que de los casi $ 8.000 millones que la Administración Central destina a sumas no remunerativas en los sueldos, el 54% es para el área que agrupa al Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, con $ 4.266 millones. En algunos casos, estas sumas representan más del 30% de los salarios. Para tener en cuenta. (NA)

NO ESTABAN PINCHADAS.- Al principio lo tomó como un hecho casual, pero con el correr de las horas terminó convencido de que le habían dado un mensaje. Eduardo Buzzi (foto), el titular de la Federación Agraria Argentina, salió de un canal de televisión porteño donde ofreció una entrevista y cuando subió a su auto, notó que algo estaba mal. Se bajó y vio dos gomas desinfladas. Lo curioso del caso es que, cuando logró llegar a una gomería, le dijeron que no estaban pinchadas sino que les habían sacado las válvulas. Así las cosas, Buzzi quedó sugestionado. Y se puso peor cuando trascendió que una agrupación kirchnerista pretendía realizar un escrache en la sede de FAA de la calle Piedras. Al final no pasó nada, pero esa agrupación se la agarró en cambio con la Sociedad Rural, cuya sede central de la peatonal Florida terminó con pintadas con acusaciones de "golpistas" y reclamos de "trabajo en blanco" y "salario mínimo de 5.000 pesos".