Publicado: 07-12-08

El retroceso en la distribución del ingreso en la Argentina es el más significativo de América Latina. En 1990, incluso intentando salir de la hiperinflación, el 95 por ciento de los asalariados urbanos en el país tenían cobertura de seguridad social. Quince años después esa protección descendió al 65 por ciento, mientras Brasil mantenía una cobertura del 72 por ciento, Chile el 83%, Costa Rica del 80%, Paraguay del 76% y Uruguay del 77 por ciento.

A partir de 2004 y hasta fines del 2007 Argentina tuvo un crecimiento ininterrumpido del 9 por ciento anual en su Producto Bruto Interno. En el 2006, por primera vez en 30 años, superó el nivel del PBI logrado en 1974 (más 6,6 por ciento).

Sin embargo, los indicadores sociales no se acercaron a los alcanzados a mitad de aquella década del setenta. Hoy, todavía se observan estadísticas desfavorables en desempleo, trabajo en negro y la existencia de una política tributaria regresiva. La mitad de la recaudación total se concentra en el IVA y en el impuesto sobre los salarios.

La conclusión es lamentable: la distribución del ingreso empeoró aún en momentos prolongados de crecimiento económico.

Esta y otras son las conclusiones de una investigación que estuvo a cargo de Edgardo Tarallo, Hugo Buisel Quintana y José Alfonsín y distribuido por APOC (Asociación del Personal de los Organismos de Control). La distribución del ingreso de una nación da cuenta del modo en el cual el Producto Total generado por todo el país se reparte entre los trabajadores y el sector privado.