El dinero de la Anses para los jubilados
Publicado: 18-06-2012
Buenos Aires.- Cuando la Presidenta de la Nación vetó la ley que garantizaba el derecho constitucional de cobrar el 82 por ciento móvil a todos nuestros jubilados utilizó argumentos que intentaron demostrar la irresponsabilidad de la oposición que sancionaba una ley que ponía en jaque la estructura financiera del estado al punto que la presidenta dijo que vetaba "la ley que determinará la quiebra del estado".
Luego de un tiempo prudencial estamos en condiciones de afirmar que la presidenta y el entonces Ministro de Economía Amado Boudou, casualmente ahora binomio presidencial, nos mintieron. Los fondos de la Anses hoy se parecen más a una gran caja política que le permite al ejecutivo financiar obras ajenas al sector previsional como ATUCHA II o el plan de viviendas PROCREAR.
En la Coalición Cívica estamos a favor de que se realice una política de viviendas que permita a todos los ciudadanos acceder a ella pero también creemos que no debería ser la Anses la fuente de financiamiento a través de el Fondo de Sustentabilidad, que vale recordar hoy oficia también como sostenedor de bonos Discount por un total de más de dos mil millones de dólares para tapar problemas fiscales y que además se los mira como una posible fuente de recursos para invertir en YPF.
Un mes atrás pudimos informarnos a través de un trabajo presentado por la AGN titulado "El Control Público en la Argentina", realidades y perspectivas que la ANSES no brinda la información necesaria para que los organismos de control puedan realizar su trabajo.
Eso es grave, como también lo es que, dentro del financiamiento específico de gastos de los que la ANSES se viene haciendo cargo contrariando la normativa vigente, se encontraron $4670 millones de gastos que no le corresponden a la ANSES sino al Ministerio de Desarrollo Social, así como la cobertura de los déficit de las cajas provinciales no transferidas por $1757 millones, las pasividades que están a cargo del Tesoro de regímenes especiales de fuerzas armadas y de seguridad por otros $3223 millones.
Y que la Anses contribuye además con $48,2 millones al fondo nacional de empleo. De este modo se "castiga" la cuenta de la Anses con casi otros $10 mil millones al año, suma de desvíos de recursos que entre el 2004-2008 ascendió a más de 26.400 millones.
Además nos indignamos cuando nos enteramos que de esa caja salen fondos para sostener la excesiva y muchas veces mentirosa publicidad oficial que atosiga a los espectadores del Fútbol Para Todos, que por otra parte parece que sí es una política prioritaria para este gobierno que busca fortalecer los objetivos publicitarios que necesita todo modelo populista más sensible a la tentación de poder expresar un relato desmedido y falso en cuanto a resultados en la pantalla televisiva que a las necesidades de nuestros adultos mayores.
Cuesta entender por qué, para el gobierno, mejorar la vida de nuestros adultos mayores asignándoles una mejor remuneración con fondos específicos como son los de la Anses, pone en peligro de quiebra a esta institución y usar los mismos para obras e inversiones financieras que nada tienen que ver con el sector previsional, no. Sobre todo si tenemos en cuenta que hoy la inflación no oficial pero real, hace que sea necesario que el estado atienda la grave realidad de los haberes jubilatorios.
Observemos que un haber jubilatorio medio se encuentra hoy apenas rondando 40% del haber mínimo del sector activo y la jubilación mínima no alcanza si quiera a cubrir el 50% de la canasta familiar. Así estamos, el bolsillo de un jubilado muestra esa realidad que no se puede esconder con publicidad engañosa.
Por todo esto creemos que para impedir que en el futuro nos lamentemos de ver vaciadas las arcas previsionales en políticas y proyectos ajenos al sector, lo mejor sería que el congreso nacional busque otras fuentes de financiamiento para los planes necesarios como el plan de viviendas y sancione nuevamente la ley del 82% móvil, para que ese dinero sea ahora y para siempre para los jubilados y de esa manera garantizarnos que ni éste ni futuros gobiernos puedan echar mano a los fondos que, en definitiva, se recaudan y existen para garantizarles a nuestros abuelos una vida digna. Ellos trabajaron para merecerlo.