Publicado: 07-03-2010
 
La Ciudad de Buenos Aires sufrió en febrero incesantes cortes de energía que afectaron a más de 160 mil ciudadanos y dejaron barrios completamente a oscuras. Partidos opositores impulsan desde la legislatura distintas iniciativas para afrontar la crisis y dar una respuesta rápida a los vecinos damnificados. Las críticas a la gestión del Jefe de Gobierno porteño resuenan en los últimos días y hablan de la magnitud del costo político que trajo aparejada esta crisis.

El último episodio de colapso -en el que la Ciudad quedó literalmente bajo agua- dejó un costo político que preocupa a la gestión PRO. La situación fue grave: cayeron 80 milímetros de agua en dos horas y se inundaron barrios como Palermo, Belgrano, Flores, Caballito, Villa Crespo, entre otros; hubo problemas en trenes y subtes, y el tránsito fue caótico. Negocios y ciudadanos tuvieron que deshacerse de la mercadería de sus heladeras de tres a cuatro veces este mes, dado que la energía iba y venía, cuestión que imposibilitaba mantener la cadena de frío de los alimentos. Sumado a este panorama poco feliz, se programaron los llamados "cortes preventivos de energía" que volvían a dejar todo a oscuras.

Lo cierto es que las inundaciones en la Ciudad generaron un conflicto político que incrementó considerablemente su magnitud en los últimos días, mucho más luego del discurso de apertura del año legislativo en el que Jefe de Gobierno porteño dedicó unos pocos minutos a hablar de la crisis sucedida, cuestión que molestó a más de un legislador. Así, la administración de Mauricio Macri atraviesa por estos días aguas turbulentas dado que los cuestionamientos de la oposición no tardaron en llegar.

Diego Kravetz, titular de la bancada Peronista en la Legislatura porteña, aseguró a este diario que exigirán al gobierno porteño que "exima de pagar el ABL a los vecinos afectados por las inundaciones, e ingresos brutos en el caso de los comerciantes, hasta que las obras del Arroyo Maldonado estén finalizadas".

Asimismo, el legislador se refirió a los subsidios para los damnificados anunciados por la Jefatura de Gobierno porteña, lo que tildó como un "parche que no soluciona en forma integral el problema terrible que estamos teniendo a causa de las fuertes lluvias. Si el Gobierno, tal como dice, va a terminar las obras en poco tiempo, suponemos que lo más justo es que estos vecinos no sigan pagando por servicios que no están funcionando pero que sí que vuelvan a pagar sus impuestos normalmente una vez que se vayan finalizando los distintos tramos de las obras en cuestión".

La realidad muestra un panorama preocupante. Está comprobado -ya en reiteradas oportunidades- que nuestra Ciudad no resiste lluvias intensas, la pregunta es ¿cuáles son las gestiones que está encarando el Gobierno local para contrarrestar esta peligrosa carencia?

Si se analizan los datos que ocasionó el temporal, es inevitable repensar qué pasará la próxima vez que llueva intensamente. A causa de las copiosas lluvias, estuvieron suspendidos o con largas demoras casi todos los servicios de trenes y subtes. El temporal azotó a 20 mil viviendas, dejo cantidad de calles inundadas, 170 semáforos no funcionaban y se encontraban el acceso cerrado a las autopistas Ricchieri, 25 de Mayo, Dellepiane, General Paz (a la altura de Beiró) y Panamericana (a la altura de Vicente López), el tránsito en la Ciudad y sus adyacencias se convirtió en todo un caos generalizado.

Créditos blandos

El diputado Juan Manuel Arenaza -perteneciente a Unión por Todos en la Coalición Cívica- impulsará por estos días un proyecto de ley "mediante el que a través de créditos blandos del Banco Ciudad se permita a los vecinos -comerciantes y administraciones de edificios- adquirir generadores eléctricos para afrontar estos frecuentes cortes de luz. Esto lógicamente no es la solución, pero es un paliativo para salir de la emergencia".

El diputado tildó a las autoridades locales y a las empresas prestadoras de servicios como "incapaces de dar una respuesta inmediata aliproblema" por lo que explicó que la iniciativa es "una solución concreta, económica y de fácil aplicación para que los edificios, comercios y viviendas familiares cuenten con sus propios generadores de energía, lo que les permitirá seguir contando con agua corriente, ascensores, luces en las áreas comunes, continuar con la cadena de frío de la mercadería y, en el caso de inundaciones, que sigan funcionando las bombas de extracción de agua".

En referencia al accionar del Jefe de Gobierno, Arenaza criticó la falta de representación que hubo por parte del PRO ante la existencia de una crisis como la sucedida: "Es una vergüenza que, mientras la Ciudad se encontraba en estado de emergencia, el Jefe de Gobierno estaba de vacaciones. Esto demostró, una vez más, su falta de resolución y su indiferencia ante los problemas concretos de la Ciudad. Creo que lo que más falló fue la coordinación y la gestión".

Asimismo, el diputado calificó de "insuficientes" los 5000 pesos de indemnización por los daños causados por las inundaciones -medida que anunció el Ejecutivo porteño-, por lo que se exigió la revisión del monto determinado y explicó que "es necesario eliminar el tope dado que este importe, en muchos casos, resulta insuficiente para hacer frente a los daños materiales. Habrá que evaluar cada caso en particular".

Por último se hizo hincapié en un nuevo proyecto presentado que sugiere que "ante la falta de reacción del Servicio Meteorológico Nacional" se cree un servicio meteorológico de la Ciudad, mediante el que se pueda alertar a los Ciudadanos de las situaciones de emergencia; "esto sucede en muchas Ciudades grandes el mundo".

Por su parte, desde la UCR se llevó adelante una denuncia judicial por el supuesto delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público" por parte del Jefe de Gobierno porteño. A esto se le suma un informe de la Auditoría General de la Ciudad que alertaba por la suciedad de los sumideros, cuestión que también fue desoída por la actual administración política.

Basura cero

Uno de los graves problemas de la Ciudad sigue siendo el gran caudal de basura y la falta de políticas de concientización que apunten a "educar" a la ciudadanía, por ejemplo, en lo referente a las tareas de reciclaje.

"En este momento se está renegociando el contrato de la basura. Buenos Aires está muy sucia. Hay una ley de Basura Cero que no se cumple, que indica que tiene que haber recolectores urbanos, clasificación de la basura, entrenamiento a los vecinos para esta clasificación, reciclado. Sin ir más lejos, el PRO prometió siete centros de acopio de basura en los distintos barrios, pero no se llevaron a cabo. El no cumplimiento de todos estos puntos determina que tengamos problemas en el drenaje del agua", comenta la diputada de la Colación Cívica, Diana Maffía.

Lo cierto es que, según puede leerse en el informe de la Auditoria de Mantenimiento de Sumideros, correspondiente al período 2008, en la Ciudad ocurren las siguientes cuestiones: "Ineficaz metodología en el proceso de verificación y control del estado en el mantenimiento de los sumideros; sumideros en mal estado de mantenimiento y con otras deficiencias; empresas contratistas que disponen de menos camiones desobstructores que los exigidos en el PET; falta de Control Interno, de comunicación y coordinación entre reparticiones del GCBA en lo referente a trabajos con Sumideros".

En el informe se indica también que la Dirección General de Red Pluvial, que cuenta con un presupuesto de 60 millones, no ha cumplido con varias de sus responsabilidades primarias, ni ha podido hacer que las Empresas Contratistas mantengan a los sumideros, cámaras, bocas de inspección y nexos en buen estado operativo y sin residuos, escombros o materiales sobrantes de las obras realizadas, como lo exige el Contrato.

Desde el Gobierno porteño, el Jefe de Gabinete aseguraba que en la inundación nada teman que ver los sumideros y que se trataba de la falta de obras de magnitud.

Según fuentes pertenecientes a la oposición, "la verdadera problemática radica en el negociado que hay detrás de todo este asunto, ya que hay negocios familiares involucrados en la obra del Maldonado, que está a cargo de la empresa italiana Ghelia, asociada a IECSSA, que es nada más y nada menos que la constructora de un primo de Macri". Asimismo, desde la oposición no reparan en opinar que al jefe de Gobierno debería iniciársele un juicio político.

"La solución debe ser integral. No sólo hay que enseñarle a la gente que no debe ensuciar las calles, sino que también hay que controlarla. Este problema no se soluciona con el plan Basura Cero. Hay que controlar los sumideros. Que no quieran tapar lo que es una realidad y que asuman que hubo problemas y que los corrijan. El Gobierno de la Ciudad tiene que garantizar, ante una eventualidad de estas características, un real plan de contingencia", explica Arenaza.

El costo político de esta crisis amenaza con ser alto. La paciencia de los ciudadanos se agota rápidamente.

"El Jefe de Gobierno no se puso a la cabeza de la catástrofe"

Si bien es cierto que los problemas estructurales de la Ciudad no son responsabilidad única del Gobierno de turno, sino que traen consigo años de historia, desde la Coalición Cívica se critica duramente la ausencia de Mauricio Macri al momento de la crisis.

Según lo explica la diputada de la Coalición Cívica, Diana Maffía, "resulta grave la inexistencia del Jefe de Gobierno ante esta problemática. Dado que Macri no se encontraba en la Ciudad, quien debía quedar a cargo del Gobierno era el Vicejefe. Pero esto no pudo ser así por efecto de la mala praxis del PRO, que nos ha dejado sin vicejefatura, por una aventura electoral de poner a Gabriela Michetti para poder sacar más legisladores nacionales. Esta apetencia de tener más diputados, hizo que se dejara acéfala la vicejefatura de gobierno, y esto es muy irresponsable dado que el año pasado el jefe de Gobierno llego a estar 100 días fuera de la Ciudad".

Frente a estas circunstancias, quien tomó el mando de la situación de emergencia de la Ciudad fue el Jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta, pero desde la oposición criticaron esta medida: "Frente a la acefalía del vicejefe, quien queda como jefe constitucional debería ser el vicepresidente primero -Diego Santilli-, pero éste fue transformado en Ministro. Entonces, en ese momento, el vicepresidente primero de la legislatura era Oscar Mosca-riello. Mi pregunta es, ¿en algún momento se lo vio en alguna reunión de Gabinete, en noticieros o en algún lugar donde se explicara la política que se estaba llevando adelante en la catástrofe? No se lo vio, porque quien tomo ese lugar fue Larreta. Creo que en el PRO no se tienen bien aprendida la Constitución".