Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) sostiene que el Hospital Fernández almacena residuos peligrosos que deberían ser tratados fuera del establecimiento. Esto ocurrió porque "en la actualidad, las empresas radicadas en la Provincia de Buenos Aires se encuentran imposibilitadas para tratar los residuos líquidos peligrosos generados en la Capital Federal por cambios en las normas vigentes", dice el organismo de control.

Por dichas modificaciones, el servicio de recolección, tratamiento y disposición final de residuos generados en los hospitales porteños debe concretarse a través de operadores con planta en las provincias de Santa Fe y Córdoba o, en su defecto, contratando a un transportista que presente certificados de manejo de deshechos radicado en esas provincias. 

Los deshechos de los que trata el informe son los denominados Y6, compuestos por “disolventes orgánicos, como xileno (un químico nocivo que a alta exposición puede provocar alteraciones en el sistema nervioso central), alcohol, formol y ácido nítrico (líquido tóxico que puede ocasionar graves quemaduras)”.

Frente a las dificultades de contratación, el Ministerio de Salud porteño recomienda que los líquidos peligrosos sean acumulados en bidones adecuados y espacios restringidos al acceso público. Según la AGCBA, el Hospital “no cuenta con un lugar específico para la guarda” de los 70 litros de deshechos Y6 producidos por mes, ya que los ubica “en el depósito de residuos patogénicos (de materiales desechados que pueden estar infectados)”.

El informe, aprobado el año pasado sobre datos del 2007, explica que el Fernández “debe enfrentar tal situación, hasta tanto no presente una nueva contratación de operadores radicados en las provincias mencionadas”.

Por otra parte, y en cuanto a otro tipo de deshechos corrosivos, los Y16 provenientes del área de Radiología, el trabajo de la Auditoría dice que el Hospital permitió que la empresa CTyT encargada del tratamiento de los 1.500 litros mensuales de químicos Y16, trabajara sin certificado ambiental.

Según la Auditoría, dichos residuos reciben un proceso in situ, a través del cual “se permite su eliminación por la red cloacal”, y CTyT “era la única en la Ciudad que efectuaba ese procedimiento”.

Al vencer su certificado, en abril de 2007, CTyT envió una solicitud de prórroga a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, que once meses después, en marzo de 2008, fue rechazada. No obstante, el Fernández “permitió la prestación de tal servicio hasta noviembre de 2008 aún cuando la empresa no estaba en condiciones legales”, señala el informe.

La Auditoría porteña explica que “su no tratamiento, hubiese implicado el almacenamiento de tales residuos en bidones, hasta tanto surgiera una nueva contratación”.