Desde 1990, en el Zoológico se perdieron 31 especies de mamíferos y 72 de aves
Esto se registró pese a que, en el contrato, la concesionaria había afirmado la necesidad de proteger e incrementar la población. Un trabajo realizado por la Auditoría General de la Ciudad señala que las condiciones en que viven los animales no son las más adecuadas y que la empresa no tiene un plan de manejo para luchar contra la extinción de la fauna.
(15-04-2010) Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) asegura que las condiciones en que viven los animales del Zoológico porteño no son las más adecuadas. Además, agrega que la empresa concesionaria del predio no tiene “un plan de manejo” que tenga en cuenta la lucha contra “la extinción de la fauna”.
Pese a que previo al contrato de 1990, el concesionario del zoológico propuso adoptar “criterios que favorezcan la similitud del hábitat natural de cada animal”, y proveerles del “espacio vital” necesario, el informe explica que “algunos animales se alojan en espacios exiguos”, y existe una “baja tasa de nacimientos”, que reflejan que “las condiciones de tenencia no son las más aceptables”.
Incluso, la AGCBA detalló el caso del oso polar y señaló que no están dadas las “condiciones de temperatura adecuadas”. El organismo de control resaltó además que "el Zoo incumplió con su propuesta de equipar el recinto con aparatos de climatización".
De la comparación entre el inventario de animales de 1990 y del segundo semestre de 2007, surge que “se perdieron para la colección del zoológico 31 especies de mamíferos (23%) y 72 especies de aves (55%)”. Cabe aclarar que, en su propuesta, la empresa mencionaba que el zoológico contaba con 1.400 ejemplares de 200 especies, y aseguraba que era “necesario incrementar la colección a un total de 440 especies compuestas por 2.800 ejemplares en 5 años”.
De hecho, de las 22 especies de animales que tenían un sólo ejemplar en 1990, hubo 14 casos donde no se conservó ninguno y, de otras seis especies que tenían más de un ejemplar, para 2007 había un único espécimen.
La auditoría determinó que fue la Dirección General de Concesiones (DGCon) la que “no asumió el control del estado sanitario de los especimenes de acuerdo con el contrato de concesión”. Pero, al mismo tiempo, señaló que esa función “es ejercida por la concesionaria a su arbitrio”.
En tanto, a partir del libro de necropsias. y las bajas consignadas en el inventario realizado por la concesionaria, se pudo detectar que para el primer cuatrimestre de 2008, el 25% de los animales que figuran como bajas no estaban registradas en el libro de necropsias.
Por último, el informe de la Auditoría porteña, basado en datos de 1990 a 2008 y aprobado el año pasado, expresa que la Dirección Concesiones emitió las autorizaciones sobre el canje de animales, pero limitó su opinión al aspecto legal, “corriendo el riesgo de autorizar intercambios poco favorables tanto para los animales involucrados como para la colección” del zoológico.