Ver informe El Auditor.info

Publicado: 15-12-2013

Córdoba.- La casa de estudios ha sido denunciada ante organismos nacionales de control. Se señalan: balances adulterados, fondos desviados a fundaciones, arreglos de licitaciones y viáticos excesivos.

Una de las universidades más jóvenes de la Argentina está en el centro de las sospechas por supuestos desmanejos administrativos que habrían ocurrido a lo largo de los últimos ejercicios. Se trata de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), una casa de estudios que desde su nacimiento hace menos de 20 años ha permanecido ligada a conocidas figuras de la política. 

Fuentes de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), organismo que dirige el abo­gado Daniel Reposo, y de la Auditoría General de la Nación, a cargo de Leandro Despouy, confirmaron a este diario que tienen conocimiento de la existencia de diversas denuncias, derivadas hacia sus organismos, sobre supuestas irregularidades en la casa de estudios cordobesa. 

Hasta el momento, ambos organismos no avanzaron en la investigación de las denuncias. 

Situación amplia 

Entre 2009 y 2012, la Auditoría General de la Nación realizó un informe, conocido hace pocos meses a partir de la publicación del sitio elauditor.info, sobre la gestión financiera de las ­universidades nacionales, ba­sado en el seguimiento de 39 casas de estudio.

En el trabajo, quedó en evidencia la escasa transparencia con la que se mueven muchas universidades a la hora de manejar los generosos fondos que les envía el Estado nacional. Nunca como durante el kirchnerismo las universidades ­recibieron presupuestos tan ­importantes. 

Para dar un ejemplo: según cifras del propio Gobierno nacional, en la última década se llevan invertidos 1.318 millones de pesos sólo en obras de infraestructura para las universidades. Para este año, la UNVM tiene asig­nado un presupuesto de más de 110 millones de pesos, menos de una décima parte del previsto para la Universidad Nacional de Córdoba, una de las más grandes de la Argentina. 

De cualquier manera, esa cifra es ampliamente superada por el ingreso de fondos extras provenientes de programas ­nacionales de financiamiento específico.

La Auditoría criticó que, con el argumento de la ­autonomía universitaria y la autarquía institucional, se vengan cometiendo numerosas irregularidades con algunos de esos fondos. 

“Las universidades son au­tónomas y autárquicas, pero para decidir sus desarrollos como institución, no para crear reglas propias de manejo financiero”, señaló a este diario un funcionario de la institución nacional. 

Entre las irregularidades, la Auditoría mencionó el hecho grave de que las universidades elaboran reglamentos de contrataciones propios, particulares, pese a que no están facultadas para ello. De esa manera, pueden eludir resoluciones nacionales y hacer operaciones financieras de modo discrecional. Por ejemplo, muchas universidades nacionales realizaron compras sin antecedentes de precios que permitan estimar el gasto en los distintos procesos de licitación. 

Tampoco se detectaron actos administrativos que autoricen el llamado a licitación o la aprobación del pliego de bases y condiciones en ad­quisiciones realizadas por otras casas de estudio. Otro capítulo se refiere a las cajas chicas que utilizan las universi­dades para el movimiento ­diario de fondos. 

La Auditoría General de la Nación comprobó que “los gastos superan el monto impuesto por la norma vigente” y también advirtió desdoblamientos en facturas para un mismo proveedor, en una misma fecha y con numeraciones correlativas. “Se encontraron cajas chicas que exceden el monto máximo de 10 mil pesos y funcionarios que eran responsables” de más de una esas cajas. 

Según información en poder de la Auditoría, a la que accedió este diario, la UNVM maneja cajas chicas que multiplican varias veces esa cifra. 

Otra situación común en varias universidades auditadas fue que gastan dinero reasignando o modificando sus presupuestos sin tener una aprobación administrativa que las respalde.

Un rubro que también apareció en la mayoría de las auditorías fue la poco rigurosa manera en que las casas de estudios controlan el ítem “gastos por viáticos”. 

La gravedad de las conclusiones de la Auditoría dio pie a que se profundi­zaran los talleres de capacitación para los responsables de las auditorías internas de las universidades.

Balances, contrataciones 

La UNVM parece acomodarse dentro de ese contexto que describe el informe de la Auditoría. Un funcionario de esta repartición nacional confirmó que tienen en análisis varias denuncias vinculadas con la casa de estudios cordobesa. 

Uno de los aspectos más graves de esa denuncia tiene que ver con la presunta adulteración de los balances de la universidad de los años 2010 y 2011, cuando el rector a cargo era Martín Gill, quien hace unos días juró como diputado nacional por el kirchnerismo. 

Según información con la que cuentan la Auditoría y la Sigen, esos balances llegaron a los organismos nacionales a los que deben ser enviados, con notas añadidas en los estados contables que modificaron los originales suscriptos por la Dirección General de Administración de la propia universidad. El añadido se hizo en la Secretaría Económica de la UNVM. 

Esos balances modificados fueron enviados a diversos organismos nacionales de control y también a la Secretaría de Políticas Universitarias, justamente el organismo que pasó a dirigir Gill desde mediados de 2012 hasta la semana pasada.

La directora de administración de la UNVM que informó sobre esa presunta irregularidad a la Auditoría y a Sigen, María Rosa Estrada, no respondió las consultas de este diario. 

La vicerrectora a cargo de la universidad debido a la licencia de Gill, María Cecilia Conci, dijo que tiene conocimiento de las denuncias y que desde la Sigen ya le solicitaron una respuesta. “Se elaboró un informe y lo elevamos ya a través de la auditoría interna, como corresponde, diciendo qué medidas se han tomado y dejando esclarecidos los hechos por los cuales se nos consultó”.

Otro de los aspectos contables que llaman la atención en la UNVM es el gasto en viáticos. Desde 2007, varios funcionarios de la universidad realizan viajes al exterior que luego son rendidos como si fueran comisiones comunes al interior del país, pese a existir reglamentación especial que diferencia bien entre ambas a los fines de ejercer un mejor control. Las denuncias señalan numerosos viajes, con nombre y apellido, que incluyen adelantos de dinero que luego no son acompañados de rendiciones de gastos. 

Algunas rendiciones, en cambio, incluyen regalos y consumos no institucionales o de terceras personas como gastos a cargos de la universidad. 

En la larga enumeración de presuntas irregularidades cometidas en la UNVM, se destacan también los procesos anómalos en diversas licitaciones y concursos, para obras que insumieron millones de pesos, y en la realización de contrataciones directas, como por ejemplo la provisión de gas licuado para el campus universitario.

También se analiza la concesión de la cantina, que se habría terminado otorgando a una empresa de manera extemporánea, luego de que el concurso hubiera sido declarado desierto. 

También fue cuestionada, por no cumplir con los procesos administrativos legales, la compra de material para la radio FM de la universidad, por un monto global de 100 mil pesos. Además se objeta que la universidad haya pagado contratos para la radio por tareas que nunca se cumplieron, tema por el cual se le comunicó a la vicerrectora Conci que se hará una denuncia ante la Justicia federal. 

A tono con el crítico estudio general hecho por la Auditoría General de la Nación, la UNVM tercerizó auditorías ambientales por cuatro años a favor de las empresas Auditora 2000 SA y Atecya SA, sin citar antecedente alguno que justificara la operación. Este último caso es llamativo. Por ejemplo, en sólo dos operaciones realizadas en febrero y marzo del año pasado, la UNVM le liquidó a Auditora 2000 SA cerca de 1.400.000 pesos, por dos auditorías que la universidad realizó para YPF, por un monto total cercano a 1.500.000 pesos.

Por esas dos operaciones, la universidad sólo ganó 120.691 pesos, y el resto de la suma fue para la auditora. A su vez, en 2010 la UNVM le otorgó 220 mil pesos al gremio no docente Apuvim para organizar un recital que daría el grupo de rock Divididos. El encuentro no se realizó y los fondos nunca habrían retornado a la universidad. El dinero, dice la denuncia en manos de la Auditoría General de la Nación, salió de la UNVM sin instrumento administrativo alguno y sin garantías.

Las denuncias continúan y ponen en duda el orden administrativo con el que se maneja la joven casa de estudios. 

La vicerrectora a cargo del rectorado dijo que no tienen “nada que ocultar” y que está a disposición de cualquier requerimiento de los organismos nacionales de control. 

El problema es que estos organismos, en los últimos años, se han convertido en simples receptores de denuncias o autores de relevamientos que luego no son continuados por investigaciones judiciales.