La familia del ex funcionario tuvo gastos por encima de lo que declaró ante la AFIP.

El juez Oyarbide, que investiga el presunto enriquecimiento ilícito del ex secretario de Transporte, estableció que sus dos hijas, su ex mujer y su actual pareja no pueden demostrar con qué fondos viajaron por el mundo y compraron casas en countries.

Ricardo Jaime tiene dos hijas, una ex esposa y una nueva pareja con dos hijas de otro matrimonio. Su vida privada no sería motivo de investigación de la Justicia si no fuera porque la clave para establecer si se enriqueció ilícitamente durante su paso por la Secretaría de Transporte de la Nación parece estar justamente en las mujeres que lo rodean. Según pudo constatar el juez Norberto Oyarbide, su entorno gozó de viajes por el mundo, compras de casas en countries y nuevos emprendimientos empresariales financiados con magros ingresos presentados ante la AFIP. Si se contabiliza la modesta declaración jurada del ex funcionario y las ganancias de su entorno, se hace cada vez más difícil explicar quién pagó los vuelos y las casas que adquirieron mientras Jaime estuvo en la función pública.

Esta semana, el juzgado Nº 5 recibió los informes presentados por Silvia Elena Reyss y Agostina Jayo ante la Administración Federal de Ingresos Públicos. Ambas, madre e hija, inauguraron en 2008 un spa inscripto en el boletín oficial como Alosi S. A. El capital original fue de 50 mil pesos y, por lo menos hasta ahora, se registraron con el régimen impositivo más bajo. El de la categoría que reconoce hasta 15 mil pesos anuales de ingresos. Individualmente, las dos mujeres no registran declaración jurada de ganancias. A nombre de Reyss, que es su actual pareja, figuran dos casas en el country de Cuatro Hojas, de Mendiolaza, Córdoba, adonde el ex funcionario pasa la mayoría de sus días de ocio. También tiene una propiedad en un barrio cerrado de provincia de Buenos Aires, una casa en Río Gallegos, y el inmueble donde funciona el spa. Hasta donde pudo averiguar la Justicia, todas estas adquisiciones se hicieron durante los años en que Jaime estuvo al frente de la Secretaría de Transporte. 

A pesar de los magros ingresos, madre e hija también pudieron viajar. Agostina, por ejemplo, registra doce viajes al exterior en los últimos dos años. La mayoría a Brasil, España y Uruguay, una costumbre que también siguieron Reyss y Julieta Jaime, una de las hijas del ex funcionario que además de Brasil y España, eligió Francia como destino. La ex mujer de Jaime, Gloria Vilchez, se subió a varios aviones que la llevaron a Europa y a Brasil donde vive otra de sus hijas. 

El expediente de divorcio de Vilchez y Jaime era una de las herramientas con las que Oyarbide contaba para descubrir los bienes que se repartieron luego de la separación. Sin embargo, nada surgió de esa causa que estaba constituida por apenas cuatro páginas en donde ambos anunciaban que realizarían un acuerdo extrajudicial para la división de su patrimonio. El único documento adjunto es la donación de Jaime hacia su mujer de dos propiedades muy chicas que había declarado en Santa Cruz. 

Si se sigue lo que declaró ante la Oficina Anticorrupción, Jaime no hizo más que perder dinero mientras fue un miembro clave de la administración Kirchner. Cuando asumió en 2003, su patrimonio era de $ 248.700, en la última se redujo a $ 99.039. Mientras estuvo en el cargo, Jaime vivió en un semipiso alquilado en Cerrito y Libertador y pasaba sus tardes en un departamento de Puerto Madero, en Olga Cossetini 1190, donde un dos ambientes con expensas cuesta seis mil pesos por mes. Los fines de semana viajaba en jet privado a Córdoba. El ex funcionario tenía este nivel de vida con un sueldo mensual de $ 10.405. Cómo hicieron él y su entorno para mantener este nivel de vida es la respuesta que busca la Justicia.

Bienes

La declaración jurada que presentó Ricardo Jaime desliza que la función pública lo empobreció. Pero para la Justicia, sus familiares no pueden demostrar sus gastos.