El hervidero de Medio Oriente es un foco de conflictos permanentes. En Siria, país desintegrado donde en los últimos años murieron más de 380.000 personas, los kurdos venían participando en la lucha contra los yihadistas (militantes armados del ISIS, llenos de fervor islámico ultra ortodoxo). Prácticamente habían ganado esa batalla. Guardaban en campamentos especiales, con ayuda económica y militar norteamericana, a todos los prisioneros extremistas, entre ellos a miles provenientes de Europa. 

De pronto, Washington les quitó la ayuda y negoció  la entrada de Turquía a Siria, a la zona dominada por los kurdos. "Traición" de un lado y "agresión" del viejo enemigo turco. Con la irrupción de las tropas de Ankara las puertas de esos campamentos-prisión se han abierto y los extremistas han escapado, incluso retomando el camino a sus países de residencia en el viejo continente.

Trump retiró a sus tropas de Siria, estaban allí para demostrarle a los rusos que tienen una importante base naval a orillas del mar Mediterráneo y que a Washington le importa mucho esa amplia zona conflictiva, aunque su participación pasa de un extremo a otro.

Los kurdos fueron, hasta hace poco tiempo, la fuerza de choque de Washington contra los yihadistas que se habían apropiado de varias ciudades en Siria, devastada por la guerra. Bajo el principio de evitar mayores matanzas Estados Unidos y Turquía, pactaron, la semana pasada, una tregua de cinco días en Siria para que se retire el pueblo indoeuropeo. Ankara suspendió la ofensiva.

En el rompecabezas que es el mundo, toda contención de los islamistas extremistas impide futuras matanzas. En ese sentido, no se valoró la acción de los kurdos, una etnia que tiene su territorio repartido entre cuatro estados actuales: Turquía, Irak, Irán y Siria. Han luchado por su independencia a la que los turcos se niegan utilizando explosivos que estallaron en Estambul y Ankara.

¿Pero quiénes son estos combatientes que la crónica periodística permanentemente los rescata y los ubica en la primera plana de los periódicos? Es un pueblo de origen indoeuropeo que se asentó en el siglo X antes de Cristo en lo que es ahora la Anatolia turca. Se reconoce el área geográfica por ellos habitada como Kurdistán.

La "identidad kurda" es, en muchos casos, una cuestión optativa. A falta de estadísticas, se estima que los ellos representan una población que llega a los 20 millones de individuos. En Turquía mismo viven entre 4 y 12 millones. Pero en su dispersión territorial surgieron comunidades en Bagdad, el Alepo sirio, Damasco y el Líbano. En Armenia vivían 150.000 hasta que se los deportó y en Georgia del Cáucaso, 21.000. En Europa se calculaba, hace pocos años, una población de casi medio millón de personas.

La lengua kurda es afín a la que se habla en Irán, pero no está unificada porque es una suma de varios dialectos. Aunque ellos no tienen una lengua ni una religión común, sí comparten una cultura y una historia que se expresan en un folklore y en canciones que exaltan el auto sacrificio.

La mayoría de los kurdos son musulmanes sunnitas. En Irak e Irán algunas tribus son chiitas. Tienen una participación amplia en distintas hermandades religiosas, como la de algunas órdenes derviches. La historia habla de revueltas periódicas que no lograron establecer una independencia territorial y política, pese a las promesas desde hace siglos de los turcos, que aplicaron la antigua norma del "divide y vencerás".

En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, pueblo indoeuropeo participó de la matanza de los armenios pero casi inmediatamente el Imperio, que desaparecería en 1918, al finalizar el conflicto, empezó a perseguirlos. Pero tras la Segunda Guerra Mundial hubo una relativa liberalización que permitió a los kurdos participar de la vida política. Algunos establecieron una efímera república autónoma,con ayuda soviética, denominada Mahabad, que poco duró.

Este grupo étnico reanudó en la década del ochenta la rebelión durante la guerra entre Irán e Irak (aniquiló a un millón de soldados). En un período posterior, varios grupos lograron asentarse bajo la protección de las tropas de las Naciones Unidas.

Como se ve, los kurdos no son un pueblo humano dócil o sometido. En Siria eran duros combatientes, pero no alcanzaron a tener las espaldas cubiertas por Washington. Ahora se verá adónde se dirigirán los yihadistas que eran prisioneros ellos.