Los Miserables, la trascendente obra de Víctor Hugo (1802-1885), basada en un caso real, es, quizás, el libro del romanticismo francés tardío del siglo XIX que nunca ha dejado de estar en vigencia, golpeando las puertas de una sociedad que practica injusticias.

Hace ya 150 años de su aparición en las librerías de París y del mundo. Otros escritos de esa época siguen teniendo impacto, aunque más reducido, como Ana Karenina de Tolstoi, Moby Dick de Melville, los diálogos pausados y cálidos de Chejov o los textos de Jane Austen y los de las hermanas Bronté, pero sin la misma trascendencia, reiteración e identificación del público.

Los espectadores simpatizan con los personajes, todos se identifican con el drama. Profesores norteamericanos de literatura han subrayado que la novela de Víctor Hugo "pone al desnudo la vida de los pobres y oprimidos, pero no es el único sentido."

La obra también persuade con su mensaje, al mostrar que el ser humano más bajo puede elevarse a grandes alturas. Así lo entendieron los serios poderes de gobierno cuando se dio a conocer literariamente con un gran éxito.

Es un largo relato sobre la libertad y contra la desigualdad, sin adhesiones políticas precisas. La misma apareció después de un tiempo en el que Carlos Marx divulgara su Manifiesto Comunista, pero en medio del crecimiento de la anarquía, el socialismo y otros proyectos libertarios en Europa.

La literatura, el teatro y el musical han tenido al título siempre en la cartelera por lo que parece no perder nunca actualidad. Pronto se presentará una nueva película, dirigida por el británico Tom Hooper junto con una productora francesa con un enfoque de exhibición musical-dramática. Tiene asegurado el éxito. Lo pueden decir los productores de Broadway en Nueva York.

Las circunstancias políticas en el mundo han favorecido su divulgación. Hay muchos films que explicaron las sevicias pasadas injustamente por un ladrón de pan, para su familia famélica, por años en las prisiones. Las leyes, fundadas en conceptos feudales lo condenaban. Vivió perseguido, rastreado por los servicios policiales.

Los historiadores y lingüistas señalan que Los Miserables se mantiene como un manifiesto contra el poder y la injusticia, sentimiento que se percibe a raudales en los tiempos actuales.

En su vida personal, el autor, como militante, saltó de peripecia política en otras del mismo tenor. Por ejemplo, cuando comenzó la Revolución Francesa de 1848 fue nombrado Alcalde del octavo distrito de París y luego diputado con escaño entre los conservadores. En ese año, participó de la matanza de los revolucionarios y luego apoyó el regreso de Luis Napoleón Bonaparte. Pero poco tiempo después tomó otra dirección arrepintiéndose de sus pasos en la política. Se convirtió en enemigo de sus anteriores amigos.

Debió refugiarse en el exilio, en el que se inició en experiencias espiritistas, deprimido por la muerte de una hija. Fue entonces un proscripto, pero en años de gran producción literaria. Escribe en prosa y en poesía. En 1870, después de la derrota de Francia ante Prusia en la batalla de Sedán, regresa a París, donde es recibido apasionadamente por sus seguidores. En los últimos años de su vida fue definido como "Tutor de la República".

El 2019 ha presenciado revueltas populares de corta mecha (por desigualdad, costo de vida, tiranía, caprichos o tozudez del poder) a lo largo de Latinoamérica, Europa y Asia. Todas concentradas en 12 meses y que amenazan proseguir. Los ejemplos: Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia, El Líbano, Hong -Kong, Francia, países del norte del Africa, Irak, Irán.

La gente salió a la calle, rompió todo lo que pudo con un esfuerzo gigantesco de las fuerzas de seguridad para contener semejante torrente humano, en tren de reivindicaciones. Todo produjo crisis en el poder, renuncias, exilio, inestabilidad peligrosa.

Sin duda, el tema ha obligado a meditar sobre las causas de esas explosiones sociales. En todas es constante el sistema de la desigualdad social o sistemas políticos que no solucionan los requerimientos humanos, o que abusan injustamente del poder.