El avance sobre los medios: Pacios se resistía a avanzar sobre Papel Prensa, objetivo del Gobierno.

En medio de un hermetismo más acentuado de lo habitual, la presidenta Cristina Kirchner dio ayer un paso más en su escalada contra los medios. Le pidió la renuncia al jefe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), Carlos Alberto Pacios, por haber resistido presiones para incrementar las auditorías internas sobre la empresa Papel Prensa, sobre cuyo control la Casa Rosada pretende avanzar.

Según dijeron a LA NACION diversas fuentes oficiales en la más absoluta reserva, el autor de las presiones fue, una vez más, el poderoso secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, funcionario que responde directamente al ex presidente Néstor Kirchner.

"Le pidieron la renuncia, la presentó y se la aceptaron. Eso está confirmado, pero no podemos decir más", afirmaron a LA NACION fuentes allegadas al propio Pacios. En la Casa Rosada nadie quiso ayer confirmar oficialmente la información.

A la salida de Pacios se le sumaron, en las últimas 48 horas, las remociones de los síndicos del Estado en Papel Prensa, Carlos María Vidal y Alejandro Turri.

Diversas fuentes coinciden en que, con el aval de Kirchner, Moreno se propone tomar el control de Papel Prensa, sociedad conformada por Clarín (49%), LA NACION (22,49%) y el Estado nacional (27,46%). Según consta en una denuncia judicial, el 14 de septiembre el funcionario explicó a ex directores de esa compañía un plan para estatizarla y los amenazó con duras represalias en caso de que éstos lo ventilaran.

La semana pasada, también por presiones de Moreno, renunció Eduardo Hecker, titular de la Comisión Nacional de Valores. Según se supo, Hecker rechazó las exigencias de Moreno para obtener información de los balances de Papel Prensa.

El temor ahora en Balcarce 50 reside en el nuevo costo político que significará la demostración de otro atropello contra empresas vinculadas a medios de comunicación.

La presión contra los medios no cede. Se originó cuando, por decisión de Kirchner y de la Presidenta, el Gobierno logró sancionar hace casi dos meses la nueva ley de radiodifusión, que establece un mayor control estatal sobre los medios audiovisuales.

La voluntad del Gobierno para controlar Papel Prensa significaría en los hechos un avance en la regulación de la venta del papel a los diarios y la prensa gráfica.

La disputa

Un funcionario oficial explicó a LA NACION la intimidad de las presiones de Moreno. "La semana pasada, Moreno se comunicó telefónicamente con Pacios. Lo presionó para que como síndico hablara con la comisión fiscalizadora que tiene la Sigen en Papel Prensa sobre una auditoría en curso en esa empresa. Pacios le contestó que no podía usar su cargo para eso y que son los miembros de esa comisión los que tienen responsabilidad sobre esa empresa y que él no se podía meter", relató.

Dentro de la Sigen resultó ayer una jornada de extremo nerviosismo. En la oficina privada de Pacios, sus secretarias derivaban todas las consultas periodísticas a la oficina de prensa del organismo. Pero las dependencias del vocero, Federico Di Gregorio, directamente no respondían las llamadas.

"Hay orden tajante de no hablar", aseguraban algunos funcionarios de esa repartición. "Especulen con lo que quieran", agregaron. En la Casa Rosada, funcionarios bien informados confiaron que el motivo de la renuncia fue "la negativa de Pacios a avanzar con auditorías sobre Papel Prensa".

"Que hubo presiones de Moreno y que Pacios se negó a aceptarlas eso es seguro. Pero no hay más detalles. Están herméticos", señaló a LA NACION un funcionario oficial.

El caso Hecker

Pacios fue designado al frente de la Sigen en enero de 2009, cuando su antecesor, Julio Vitobello, se hizo cargo de la Oficina Anticorrupción. Hasta entonces, Pacios fue jefe de gabinete de Vitobello en la Sigen. "No es un hombre de Vitobello; es un técnico que lo secundaba y luego asumió", dijo un allegado a Vitobello.

Sin embargo, en el kirchnerismo califican a Pacios, como a Vitobello, como dos de los pocos funcionarios que eran incondicionales al ex jefe del Gabinete Alberto Fernández y que quedaron en la administración pese a la renuncia de éste.

"La Sigen es un área peligrosa para el kirchnerismo porque monitorea la administración interna. Y Papel Prensa es un área clave", confiaban ayer en la Casa Rosada.

El episodio que terminó con la renuncia del titular de la Sigen hizo rememorar la dimisión de Hecker, la semana última. En una dura discusión, entre el ex titular de la CNV y Moreno, éste exigió que no aceptara un balance contable de Papel Prensa que no llevaba las firmas de los directores que representan al Estado, los morenistas Beatriz Paglieri y Pablo Aldo Cerioli. También se dijo que Hecker se resistió a dar información de Papel Prensa y de otras empresas.

Moreno había amedrentado a dos directores del Estado de la empresa papelera, Carlos Collasso y Mauricio Mazzón, el 14 de septiembre último, cuando les reveló un plan para expropiarla. Según consta en una denuncia judicial, los amenazó para que no ventilaran las intenciones oficiales. "Afuera tengo a mis muchachos, expertos en partirle la columna y hacerle saltar los ojos al que hable", habría advertido, según Collasso -representante del Estado en el Consejo de Vigilancia de la firma-, dijo ante escribano público y ante la Justicia. Luego renunciaron.