Los primeros dos mil guardapolvos que el subdirector de Suministros del Ministerio de Educación, Jorge Abel, recibió en el depósito el 19 de mayo de 2006 eran de pésima calidad, según dejó sentado en la nota de recepción. La firma fue intimada para que los retirara y enviara los comprometidos en la licitación, pero pasaron los meses y la multa que se le aplicó nunca se ejecutó. Aunque los funcionarios suponen que la mercadería enviada luego era la convenida, no hay registros en el expediente de que los demás 25.300 guardapolvos hayan sido los indicados y que los otros 2.000, repuestos.

"Devolvimos esos guardapolvos porque no coincidían con la muestra que presentó en la licitación en base a la cual le adjudicamos", recuerda dos años y medio más tarde. En aquella nota se detalla que "la tela es diferente, falta abertura en parte inferior trasera, la martingala es corta y al abrocharse se achica un talle, las mangas son demasiado cortas, la etiqueta de la marca de la tela está pegada y no cosida, al despegarla se evidencian los puntos de otra etiqueta que fue reemplazada o quitada por lo que no hay garantías de que sea Arciel, los bolsillos plaqué son más chicos, el talle 12 de la muestra es más grande que el 14 recibido". Por todo eso se intimó a la firma a que mandara lo comprometido y se inició un expediente de multa, como establece el artículo 93 del reglamento de contrataciones.

"Cuando mandó los 2.000 vimos que no coincidían, le indicamos que se los llevara y mandara otros y la empresa hizo eso, envió los 27.300", aseguró Abel. Admitió que la multa nunca se cobró.

"A nosotros nos demoró que el trámite que medió entre la entrega que no correspondía se acercaba a la fecha de vencimiento y se nos fueron los plazos. No se multó, se pagó al total. Si la firma hubiera insistido en dejar esos dos mil o hubiera mandado otra vez guardapolvos con fallas se habría multado", supone Abel.

El 7 de agosto -dos meses y medio después de la recepción- Educación intimó vía carta documento a que Andreína retirara el material defectuoso. No hay certezas, más allá de los recuerdos de Abel, de que la empresa haya cambiado la mercadería. Y la suma total de los remitos es de 27.300 guardapolvos. No hay registros de retiro de los 2.000 fallados ni, mucho menos, de su recambio.

El Tribunal de Cuentas, al revisar el proceso, se expidió el 23 de octubre de 2007. Ordenó que "en el futuro se dé estricto cumplimiento al artículo 93 del reglamento de contrataciones". Esa norma establece que ante retrasos en la reposición del material rechazado se establezca una sanción igual al 1% del total del contrato por cada cinco días de demora. En este caso, si Andreína hubiera repuesto los guardapolvos al día siguiente de la carta documento la multa habría superado los 40.000 pesos. Pero ninguna sanción se ejecutó.