Publicado: 14-02-2016
 
*Por Federico Recagno 

Una promesa exige que exista un "alguien" que promete, es decir, una persona que se ofrece a cumplir uno o varios requisitos. 

Al asumir un Presidente, en la Argentina, jura observar y hacer observar la Constitución Nacional. Fórmula similar utilizan diversos funcionarios y legisladores. 

Un pacto es un acuerdo entre dos o más personas que obliga a ambas a realizar una serie de condiciones. 

Nuestra Constitución es un pacto, un contrato social en el que nosotros, como ciudadanos, nos sometemos a la autoridad de tres poderes y a leyes. Esos tres poderes son los que juramentan cumplir y hacer cumplir la carta magna. 

Los argentinos nos tentamos, de acuerdo a nuestro voto a afirmar o rechazar nuestra parte del pacto. Aceptamos la autoridad si es la que oportunamente elegimos. 

Por su parte, la seducción de los detentadores de cada uno de los poderes constitucionales es avasallar los limites que tienen con respecto a los otros dos. 

Para cada poder parece un obstáculo el control que ejercen los restantes. Sortear ese control parece un fruto, en ocasiones, irresistible. 

Cada tanto nos conviene recordar que las promesas y los pactos se efectúan para ser cumplidos, y si nos vemos frágiles o débiles, a punto de quebrantarlos, repetir la oración que muchos aprendimos de pequeños: "No nos dejes caer en la tentación". Si no caemos. Dios, la patria y alguno más lo agradecerán.

* Secretario Adjunto de APOC Secretario Fundación Éforo.