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Publicado: 09-05-2013
   
DETALLES DE UN INFORME DE la AUDITORÍA GENERAL DE LA NACIÓN

Misiones.- Uno de los requisitos para obtener los permisos oficiales es contar con una evaluación de impacto ambiental. Observan la falta de mantenimiento. En Posadas estiman que tardaría alrededor de cuatro años en operar.

Un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) señala que de cada diez puertos que existen en el país, siete funcionan sin habilitación. Los auditores determinaron que ninguno de los puertos existentes en Misiones se encuentran debidamente habilitados. 

El organismo de control detectó que en la actualidad operan en la Argentina 201 terminales. De ese total, 41 tienen todos los papeles en regla (el 20,4%); 18 están en la categoría de "desestimados" (8,9%); hay un "registrado", y los otros 141 trabajan con sus permisos "en trámite", lo que representa el 70,1 por ciento. Existe en el Estado Nacional un área específica que regula la actividad portuaria. Se trata de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, que funciona bajo la órbita del Ministerio del Interior y Transporte. Si bien en 1992 todos los puertos, salvo el de Capital Federal, pasaron a depender de sus respectivas provincias, la Nación retuvo la potestad de habilitar el funcionamiento de las terminales. Eso fue lo que analizó la Auditoría en su informe, aprobado a fines del año pasado, según consignó elauditor.info.

Un requisito para obtener las habilitaciones de los puertos es contar con una evaluación de impacto ambiental, tal como lo establece la Ley General de Ambiente, la 25.675 de 2002, para "toda actividad susceptible de degradar el ambiente o afectar la calidad de vida de la población". 

Por otro lado, los técnicos realizaron dos visitas a los puertos del distrito Buenos Aires, una en noviembre de 2011 y la otra en mayo de 2012. Allí observaron "galpones en estado de abandono, con techos deteriorados y rotos; un playón a cielo abierto donde se almacenan 205 litros de aceite. Los tambores donde se almacenan se encontraban (al momento del informe) en estado de abandono, rotos, oxidados y con pérdidas".

Además el informe enumera que también se encontraron "barcos que están para su desguace, automotores en desuso y en estado de abandono, partes de motores navales, boyas retiradas, que no sólo genera un impacto visual negativo, sino que son fuente de contaminación de aguas y suelos".

Desmantelamiento

Para hacerse una idea general de la temática, los técnicos de la AGN visitaron varios puertos en todo el país. 

De esas incursiones, que no fueron sorpresivas, sino que se anunciaron con anticipación, el informe expresa que "el estado general de las instalaciones muestra la evolución sufrida por la institución a lo largo de las últimas décadas. La transferencia de los puertos a las provincias y/o empresas privadas, las tareas de dragado y mantenimiento de la vía navegable así como del vaso portuario generó un desmantelamiento (de las terminales)". 

Continúa el informe que "se pudo observar la falta de cumplimiento por parte del Estado Nacional de normativa que es exigida a todo aquel que quiera habilitar un puerto. Hay embarcaciones abandonadas, sea amarradas o bien en playones de chatarras, esta situación es común a todas las visitas realizadas".

En Misiones

En una de las visitas, los auditores llegaron a Misiones, donde detectaron que ninguno de los puertos existentes se encuentran debidamente habilitados.

Los enviados por la AGN se entrevistaron con el director de Puertos provincial. De ese intercambio, el informe reproduce algunos conceptos del funcionario. 

Con respecto al paso fronterizo, el titular de la cartera afirma que "Yacyretá hizo el edificio sin consulta y cuando nos reunimos con la Comisión de Frontera vimos que no había lugar para nosotros, así que rechazamos la aceptación del edificio porque no reunía las condiciones. Hasta que no se hagan las reformas no se va a habilitar".

El funcionario le contó a los auditores que "hoy no hay puerto en Posadas y en Santa Ana tampoco. El de la capital provincial, que va a ser de cargas, puede tardar cuatro años o más en terminarse". Además cuestionó la falta de limpieza de la costa. 

Para las otras terminales ubicadas sobre el río Uruguay, el panorama no es más alentador.

"El puerto de Panambí se va a inundar con la nueva represa proyectada por Brasil". En Puerto Iguazú aparece un problema serio, cuando hay mucha agua en Brasil abren las compuertas de las represas y ahí se inundan puertos agua abajo en Misiones", narró el informe. 

También en Panambí, los enviados de la Auditoría no encontraron ningún responsable del puerto; además "la balsa es brasileña y se usa para el intercambio de vecinos, porque no hay control migratorio en el Brasil". 

En el puerto de El Soberbio, que no está habilitado aunque sí tiene autorización para prestar el servicio de balsas, los auditores advirtieron "basura dispersa en el suelo y tachos en mal estado", según consignó el informe. 

Ausencia de diversas normas

Los investigadores observaron la "ausencia de manuales de normas y procedimientos que regulen la problemática ambiental en materia portuaria". El dato no es nuevo; de hecho, ya figuraba en informes de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) de 2004 y 2006, y en una auditoría interna hecha en 2009 por el Ministerio de Planificación, del que antes dependía el área analizada.

Sin embargo, no sólo faltan normas. El informe añade que "no existe un área de competencia ambiental, pese a que en las misiones y funciones de distintas dependencias se aprecian obligaciones de gestión y de dictado" de reglamentación sobre esta temática. Tampoco se encontraron en la Subsecretaría constancias de que hayan capacitaciones sobre medioambiente. 

Con este panorama, no sorprende que, siempre según la Auditoría, no haya documentación que acredite la creación y aplicación de planes para controlar la gestión ambiental portuaria, ni que desde 2002 no aparezca ninguna constancia de que se exija a los administradores portuarios las evaluaciones de impacto ambiental.

Todo esto provoca que el proceso para habilitar un puerto tarde más de la cuenta. Y cuando obtiene el permiso correspondiente, "no se realiza un seguimiento adecuado del mismo".