La Auditoría General de la Nación (AGN) fue quién analizó la gestión de la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (DSyETS). Una de las falencias detectadas fue que “no implementó los mecanismos básicos de control que permitan facilitar el seguimiento de las etapas de adquisición, almacenamiento y distribución de medicamentos, reactivos e insumos”.

Hay tres depósitos destinados a la guarda de medicamentos: uno ubicado en la calle Brandsen, otro en Virrey Ceballos y uno para “pequeños stocks” en la sede de la Dirección auditada, que está en el Ministerio de Salud.

Puntualmente, la AGN señaló después de su estudio “in situ” que los depósitos de Brandsen y del Ministerio “no cuentan con la habilitación correspondiente de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), ente competente en la materia”. Tampoco encontraron elementos para el control de temperatura y humedad, ni la existencia de un ordenamiento logístico para medicamentos vencidos y/o averiados”.

El informe deja entrever que hay oportunidades en las que se hacen envíos de remedios vencidos. Según el organismo, “no se realiza un control lógico que obligue la entrega de los remedios que tengan vencimiento próximo y que impida el despacho de partidas vencidas”. También “omite el registro de lo devuelto por las distintas jurisdicciones”.

Es importante recordar que estamos hablando de medicación “indispensable” para pacientes con Sida, ya sea para prevenir o para paliar la enfermedad que, según la ONU, en 2011 le costó la vida a 1.7 millones de personas en todo el mundo.

Medicamentos, reactivos e insumos

Además, en el almacén de Brandsen el equipo de auditores “encontró diferencias con la existencia de los remedios y detectó que el lugar estaba en refacción”. En la sede del Ministerio, el ente de control manifestó que “como los medicamentos se encuentran en el seno de la misma dirección, los controles los hace quien debe administrarlos”, lo que representa una clara falta de control por oposición. A estas observaciones se suma que “no hay un nivel de stock de base, por lo que se observaron compras de emergencia que evidencian la falta de previsión y falta de uso de mecanismos de selección eficientes”.

En cuanto a los reactivos, utilizados en los diferentes test para confirmar la enfermedad, la Dirección de Sida notificó a la AGN que “son los proveedores los que los distribuyen directamente a las distintas jurisdicciones, según los términos de la licitación”. Este circuito “no tiene un sistema de seguimiento”.

Sobre los insumos, entre los que se encuentran preservativos y gel íntimos utilizados en campañas publicitarias, el informe, aprobado este año, señala que son 2.263 las sedes fijas de distribución gratuita de estos elementos y que se realiza mensualmente a través del programa Remediar. No obstante, la AGN encontró que en ese plan “había falencias significativas”.

Aún hay más
En cuanto al sistema de información implementado en la Dirección, la Auditoría sentenció que “no es útil y suficiente para realizar un seguimiento y control del stock permanente de medicamentos”.

La Dirección auditada elabora el Informe de Medición del Gasto en Sida, que es un estudio en el que se aborda una gran cantidad de indicadores que se utilizan para planificar y tomar decisiones. Sin embargo, la AGN detectó que “el último disponible abarcaba el período 2006-2009”.

Por último, los auditores observaron que “no se realizan procedimientos de registro, seguimiento y control de los programas y acciones”. Por ello, “no se puede evaluar la eficacia del organismo”, además “los datos que se presentan a la Dirección de Evaluación Presupuestaria de la Secretaría de Hacienda carecen de respaldo documental necesario y suficiente”.

Demasiados cabos sueltos, para la Dirección que en 2010 tuvo un monto total devengado de poco más de $251 millones y que, principalmente, es la encargada de los insumos y remedios de todos los enfermos de Sida del país.