Una de las funciones de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) es la homologación de equipos que hacen uso del espectro radioeléctrico y de los que se utilizan en telecomunicaciones que se conectan a redes públicas, como por ejemplo, celulares, radios, handies, etc. El objetivo es no comprometer a los consumidores al uso de equipamiento no autorizado, que quizás no cumpla con las normas de seguridad.

Pese a la importancia de esta tarea, la Auditoría General de la Nación (AGN) sostiene que la CNC no garantiza que los equipos “resulten seguros para el usuario ni la utilización eficiente del espectro radioeléctrico” por la “debilidad de los controles efectuados”.

Pero ¿qué es la homologación? La certificación técnica de los aparatos y el permiso para comercializarlos y/o utilizarlos. Todas las empresas que los comercialicen deben someter sus productos a un análisis y ensayo técnico, realizados en distintos “laboratorios de ensayos” acreditados previamente por la CNC.

Pero las debilidades detectadas por la AGN se ven incluso al inicio, a la hora de acreditar (habilitar) cada laboratorio. Es que los informes de evaluación de los establecimientos, llevados a cabo por la CNC, “carecen de precisiones respecto del cumplimiento de los requisitos” para funcionar. Del total de los laboratorios, tres tenían expedientes que “no especificaban si contaban con lo necesario para producir las mediciones fijadas por las normas para la homologación de los equipos”. De hecho, hubo un caso, sobre el Laboratorio Tuv Rheinland Argentina, en el que “no había informe alguno”, pero desde el área de Normalización de Equipos y Homologación notificaron que “cumplían con las exigencias establecidas”.

Sumado a lo anterior, la CNC “tampoco hace verificaciones en los laboratorios después de la acreditación de los mismos, a fin de constatar la continuidad de sus condiciones”. Cabe señalar que esta situación se dio en todos los casos analizados por los auditores.

Una vez en la instancia misma de homologación de equipos, el panorama no mejora. Es que pese a que la CNC debe verificar, en forma conjunta con la Secretaría de Defensa del Consumidor, que no se comercialicen equipos sin homologar, “no hubo verificaciones de este tipo”, según el informe aprobado este año por la Auditoría.

Paradójicamente, como se expresa en los propios fundamentos de la Resolución que ordena las verificaciones (1371/02): “En Argentina se observa la comercialización de una gran cantidad de equipos que no cuentan con la homologación que otorga esta CNC”.

Por último, la Auditoría nacional  aseguró que “se realizan homologaciones mediante procedimientos en los que se excluye la participación inicial y necesaria de la CNC”, en contra de lo establecido en la normativa vigente.  Según lo observado por la AGN, sobre una muestra de 235 expedientes de solicitudes de homologación de equipos (sobre un universo de 3986), en “todos los casos se realizaron los informes de ensayo sin la intervención previa y necesaria de la CNC”.