La nación escandinava, distinguida por el bienestar, la educación y la igualdad, se la está asociando con lavado de dinero, evasión fiscal y malversación de fondos, motivos suficientes para poner a prueba su liderazgo en el último Índice de Percepción de la Corrupción, elaborado por Transparencia Internacional (TI).

“Los hechos debieran obligar a los daneses a revisar sus suposiciones acerca de cuán honesto es su país”, aseguró Jesper Olsen, vicepresidente de TI en el país nórdico, según publicó el Diario Perfil y agregó que esta situación "hace que la gente mire a Dinamarca desde una perspectiva diferente".

Uno de los escándalos principales que atraviesa el país es el rastreo por parte de la policía de “miles de millones de dólares en impuestos que se perdieron por evasión o debido a una campaña de fraude de dividendos de varios años”.

Del mismo modo, el mes pasado Dinamarca “fue colocada por el Grupo de Estados contra la Corrupción de Europa (conocido como Greco) en una lista de estados que no hicieron lo suficiente para prevenir la corrupción entre los miembros del parlamento y el poder judicial”.

Según el último ranking, Dinamarca es el país menos corrupto del mundo después de Nueva Zelanda. Sin embargo, tanto en 2016 como en 2015, esta nación se mantuvo en el podio.