Una funcionaria de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) propuso una metodología para evaluar el impacto de los planes de mejoramiento del hábitat.

Se trata de la arquitecta Marita Olivarez, y sus ideas figuran en la tesis que presentó ante la Maestría en Auditoría Gubernamental de la Universidad Nacional de San Martín.

En el trabajo, la autora concluye que las herramientas para medir los programas de vivienda por resultados son insuficientes, y que el modelo de gestión actual enfatiza lo normativo, genera pasividad y bajo compromiso. Se añade que estas características, en conjunto, dificultan la coordinación de actores y programas, y favorecen la falta de planificación, ejecución y evaluación de las iniciativas.

Olivarez apunta que en la Argentina en general, y en la Ciudad de Buenos Aires en particular, los programas de gobierno destinados a la vivienda no son suficientes y, por eso, se vuelve imprescindible desarrollar nuevas metodologías con procesos más dinámicos e integrales.

En ese sentido, la propuesta supone partir de un concepto integral de vivienda, entendida como un modo de desarrollo económico, social, cultural y de protección del medio ambiente. Asimismo, la arquitecta señala que vivienda no implica solamente tener un techo, sino que se trata de un espacio de privacidad, con accesibilidad física, seguridad, sustentabilidad estructural e infraestructura básica, capaz de abastecer de agua, saneamiento y eliminación de deshechos.

Según Olivarez, construir es un modo de combatir la pobreza, la inequidad y la exclusión, y una vivienda adecuada, en un marco de desarrollo sostenible de los asentamientos, no está desligado del crecimiento económico.

Tras analizar varios diagnósticos sobre la problemática habitacional, la funcionaria destaca que existe una necesidad de generar políticas públicas para mejorar la calidad de vida y atender a la población en condiciones de riesgo.

En cuanto al control de los planes de vivienda, la autora de la tesis sostiene que se deben establecer fases de la evaluación, desarrollar preguntas clave e identificar indicadores y fuentes de información.

Luego de establecer el universo de estudio y los instrumentos de recolección de información, Olivarez plantea el diseño de un plan de ordenamiento, procesamiento, análisis e interpretación de los datos recabados. Y esta etapa se completa con la preparación del trabajo de campo, el detalle de los criterios para la confección del informe y la redacción de la evaluación.

Matriz

Por otra parte, la funcionaria porteña presenta una matriz que contiene los aspectos salientes de los controles a los planes de vivienda, que suponen criterios e indicadores específicos.

Esa matriz se denomina de indicadores genéricos para el monitoreo de programas sociales en cuatro dimensiones: operatoria, institucionalidad, el producto y la sostenibilidad social.