A principios de 2012, los miembros del Concejo Deliberante de la ciudad de Tinogasta, provincia de Catamarca, decidieron comprar una heladera. Para eso, acudieron a un comercio local, eligieron el bien en cuestión y establecieron un plan de pago en cuotas sin interés, basándose en un presupuesto que, hasta entonces, contaban como propio.

El problema comenzó cuando los ediles notaron que esos fondos nunca llegaban a la cuenta bancaria del cuerpo legislativo. Y, de hecho, sólo pudieron pagar tres de las cuotas previstas.

Al cuarto mes, y ante el incumplimiento de lo pactado, el comerciante tinogasteño inició un reclamo que consistió en darle un plazo al Concejo para que se pusiera al día o, caso contrario, procedería a retirar la heladera del recinto. 

Sesenta días después, es decir, a seis meses de la operación, nada había cambiado, por lo que el comerciante fue a la sede del cuerpo deliberativo y se llevó la heladera.

Toda esta introducción fue necesaria para informar que la semana pasada (cuatro años después de lo sucedido), el Tribunal de Cuentas de la provincia de Catamarca le pidió explicaciones al Concejo Deliberante de Tinogasta sobre por qué entregó la heladera sin haber exigido ningún comprobante a cambio.

Al respecto, el presidente del Concejo, José Alanis Andrada, dijo a la prensa local: “El Tribunal de Cuentas nos dijo que tendríamos que haberle pedido al comercio una notificación de que ellos reclamaban el bien y que se lo llevaban. O, en todo caso, hacer una exposición policial sobre lo que ocurría”, y aclaró: “Lo que pasó es que en ese momento estábamos tan desvalidos (sic) en cuanto al respaldo del Poder Ejecutivo, que no nos quedó otra que entregar la heladera”.

Sobre los pasos a seguir de ahora en adelante, el edil afirmó que le pedirán al comercio alguna constancia de lo ocurrido, valga la redundancia, hace cuatro años, “para que quede claro que ellos se llevaron la heladera y que no se perdió por otra cosa”.

Para completar el cuadro, el organismo de control provincial quiso saber más detalles sobre la administración en Tinogasta y por eso también pidió los movimientos de la cuenta del Banco Nación que le corresponde al Concejo Deliberante local. La consulta fue por los ejercicios 2012 y 2013, coincidentes con el momento en que se compró la heladera.

Y allí surgió otro problema. Alanis Andrada afirmó: “Yo pagué el mantenimiento de esa cuenta durante cuatro años, pero al no tener movimientos, se cerró”.

Asimismo, el presidente del Concejo señaló: “Soy de la idea de que hay que reabrir la cuenta para que, cuando el Ejecutivo disponga de los fondos que nos corresponden, tengamos una manera de recibir ese dinero”

Este medio pudo averiguar que el presupuesto 2016 del cuerpo deliberativo tinogasteño ascendió a 5 millones de pesos, pero que los fondos nunca fueron girados, sino que es el propio Ejecutivo Municipal el que administra las partidas desde hace por lo menos un lustro. Así también se supo que los concejales reclaman hace años “una real división de poderes y lograr romper con la dependencia económica”, completó Alanis Andrada.