Luis Fernando Velázquez Leal es el director ejecutivo de Acción Ciudadana Colombia (AC Colombia), una organización civil con más de 27 años trabajando en torno a la participación ciudadana, el fortalecimiento del estado, la promoción de los derechos humanos y las buenas prácticas gubernamentales. En diálogo con El Auditor.info se refirió a las iniciativas que involucran a la ciudadanía en Colombia, explicó el trabajo que realizan, explicó la función del Índice de Disponibilidad de Información y reflexionó en torno de la importancia de la rendición de cuentas. 

-¿En qué trabajan desde la Acción Ciudadana Colombia?

Trabajamos en varias líneas de acción, dos de las cuales a nivel internacional: una relacionada con la promoción de la participación ciudadana en el control fiscal y otra con el fortalecimiento de la buena gobernanza. 

A nivel nacional manejamos tres áreas de trabajo: una en materia de promoción de derechos humanos enfocada en la generación de entornos protectores para niños, niñas, adolescentes y jóvenes en la prevención del reclutamiento por parte de grupos armados ilegales, embarazo adolescente y maltrato intrafamiliar. Una segunda área está relacionada con la cultura de la paz y reconciliación, donde trabajamos con ex combatientes y víctimas del conflicto armado interno, para generar tejido social y la reconstrucción de sus vidas. Y la tercera área, mucho más reciente, vinculada a la promoción del desarrollo sostenible en las comunidades agricultoras apartadas del país, para fortalecer su trabajo organizacional, el arraigo de los jóvenes rurales, el empoderamiento de hombres y mujeres campesinas, sus capacidades para generar negocios y oportunidades para la producción principalmente de cacao.

-¿Cómo ves el panorama de la participación ciudadana en Colombia?

Desde los años '80 se empezaron a desarrollar importantes iniciativas relacionadas con la participación de los ciudadanos en la gestión pública y eso ha tenido avances y retrocesos, pero hemos logrado construir una cultura de la participación e interés en los asuntos públicos. Hay circunstancias muy particulares del país enmarcado por las crisis económicas, por el conflicto armado, por la influencia del narcotráfico, que afectan al desarrollo de las comunidades locales y efectivamente la gente termina pronunciándose, participando y eso sumado a que contamos con espacios de participación en todos los ámbitos de la vida pública.

Pero también hay retrocesos que hacen que estos mecanismos se sobredimensionen y terminen perdiendo su utilidad. Aunque hay un interés muy grande de participar por las condiciones económicas, sociales, políticas que son bastante evidentes en los tiempos que corren en América Latina y el mundo 

- Según los resultados preliminares de la encuesta que están realizando, el 75% de las personas que participaron no conocen el trabajo de las EFS. ¿De qué se trata?

Es una iniciativa de AC Colombia que estamos impulsando desde principios de este mes, con la que buscamos recoger información a través de una herramienta que se llama Sensemaker, un software que permite ir más allá de las encuestas. ¿Qué significa? A partir de micronarrativas que cuentan las personas sobre su relación con el tema de la fiscalización, empieza uno a identificar patrones comunes que clarifican el ámbito que se está abordando, que en este caso es: ¿Cómo perciben el rol de las Entidades Fiscalizadoras Superiores en sus respectivos países? 

En esta encuesta, a partir de ilustraciones que narran o conceptualizan situaciones particulares, las personas que participan en este proceso de consulta relacionan su experiencia con las ilustraciones. 

Desde esta perspectiva, hay varios aspectos que nos interesa evaluar como qué tan cercana perciben la relación entre los ciudadanos y las entidades de control. El primer balance es que hay una percepción de que el trabajo de las entidades de control es distante. Esto tiene unas implicaciones importantes porque son datos que pueden ayudar a los organismos fiscalizadores a mejorar sus estrategias de acercamiento.

Además, ante la pregunta: ¿quién es el beneficiario de las actividades de las EFS? Curiosamente la mayoría de los encuestados dicen: “todos los ciudadanos”, pero hay un porcentaje muy bajo donde contestan: “los funcionarios públicos y los políticos”. Llama la atención que los ciudadanos lo perciban como “hacen su trabajo porque les toca”. Ahí hay un aspecto que se puede fortalecer, mostrando que el Estado no solamente está para cumplir una función pública porque le toca. En esta línea, identificamos cuáles son las propuestas de los ciudadanos para mejorar esa relación. 

-¿Cuál es el objetivo de esta encuesta?

Es una prueba. Lo que nos interesa es que las organizaciones civiles, los medios de comunicación y los actores relacionados con la fiscalización puedan conocer la encuesta y darnos sus opiniones. Nuestra meta es recoger cerca de 5 mil opiniones en los 22 países miembros de la OLACEFS, y que se constituya como una línea base para avanzar en la definición de un proyecto relacionado con estrategias para mejorar la confianza institucional.

En una investigación previa nos encontramos con que a nivel mundial, en los últimos 10 años, los niveles de confianza de los ciudadanos en las instituciones se han ido al piso y la situación se ha agravado mucho más con todos los efectos que tiene la pandemia. Básicamente, los ciudadanos no creen en las instituciones, no se sienten respaldados por ellas, ni mucho menos atendidos.

Entonces lo que nos interesa es poder identificar esos aspectos de cómo, dentro del contexto institucional, las entidades de control pueden asumir un liderazgo para garantizar que los pocos o escasos recursos que hay sean bien invertidos. Y que de una u otra manera, ayuden a resolver los problemas de la gente. Por eso es un tema de construcción de confianza. Esto es innovador en el campo de las entidades de control porque no se ha hecho todavía. 

-¿Qué es el Índice de Disponibilidad de Información a la Ciudadanía sobre la Gestión Institucional y cómo surge?

En 2014, por una iniciativa conjunta con la OLACEFS desarrollamos un proyecto de investigación para identificar qué estaba pasando en materia de rendición de cuentas de las entidades de control a la ciudadanía. Identificamos que todo el mundo hablaba de rendición de cuentas, de la importancia de la rendición de cuentas, pero existían conceptos diferentes. En ese proceso de investigación encontramos al menos unas 15 definiciones de rendición de cuentas cada vez más confusas las unas de las otras y cada vez menos claras para los ciudadanos. Por ello, nos dimos a la tarea de hacer un proceso de consulta con las entidades de control para generar un terreno común alrededor de eso y generamos guías de cómo las entidades de control deberían rendir cuentas a la ciudadanía y alrededor de qué temas.

Ranking IDIGI edición 2023.
Ranking IDIGI edición 2023.

Así nace en 2017, después de tres años de trabajo, el Índice de Disponibilidad de Información a la Ciudadanía sobre la Gestión Institucional (IDIGI) de la región, que además es un índice único en el ámbito de las entidades de control. En la primera medición, el promedio regional era de 51.3 del total sobre 100 y desde entonces las entidades de control adoptaron la metodología construida de manera conjunta desde la Comisión de Técnicas de Práctica de Buena Gobernanza, en ese momento en manos de la Auditoría General de la Nación Argentina, y esto permitió realizar una serie de transformaciones muy importantes. Hoy IDIGI es una herramienta muy incorporada, asimilada, dentro de la forma de trabajo. Desde el 2017 hasta la fecha ha habido un avance de 34,3 puntos, hoy estamos en cerca de 85.6 el promedio regional. Se pasó de un nivel medio, a un nivel bueno de información.

El acceso a la información pública es una base necesaria para la generación de confianza. Pero no es suficiente, porque la eficacia de las instituciones no es un problema de mostrar lo que se hace y lo que no se hace, es un problema de cómo se fortalecen las relaciones de trabajo y a partir de esa construcción, el ciudadano logra entender que la entidad está haciendo el trabajo de manera correcta y ve un retorno en el mejoramiento de su calidad de vida. IDIGI mejoró la disponibilidad de información a los ciudadanos. De cualquier lugar del continente, pueden saber qué entidades publican sus planes de fiscalización, qué entidades muestran su presupuesto y cómo es el comportamiento de las finanzas de los organismos de control. Pero por sí solo, eso no va a generar mayor cambio, porque además estamos hablando de una información altamente técnica, que muchas veces los ciudadanos no logran comprender o no tienen las capacidades para diferenciar entre una auditoría de desempeño, una auditoría forense o una de cumplimiento de legalidad. Eso es clave.

Con IDIGI se invita a mostrar toda la información, pero también es necesario que las organizaciones, los ciudadanos, empiecen a mostrar interés y cuando se abran estos espacios de construcción conjunta de actividades se va a poder generar el trabajo conjunto del cual hablamos, que es la única manera de conocerse. Hay un camino muy largo por delante, porque los niveles de confianza y las necesidades de la población siguen en aumento en la región y es bueno poder estar trabajando en estos temas.