"El gran desafío en América Latina y el Caribe es disminuir la desigualdad"
El vicepresidente corporativo de Programación Estratégica de la CAF, Christian Asinelli, dialogó sobre el trabajo del banco en la región, la importancia de la reducción de brechas, el trabajo a largo plazo y el rol de la acción colectiva.
El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF, porque antiguamente fue Corporación Andina de Fomento) es una entidad financiera que respalda proyectos orientados al crecimiento económico, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental en una región como la latinoamericana que presenta enormes desafíos.
Christian Asinelli es el vicepresidente corporativo de Programación Estratégica de la CAF. En una charla con El Auditor.info, se refirió a cómo se eligen las iniciativas, cuáles son las grandes dificultades que encuentran en nuestra región y por qué es importante pensar en un hacer colectivo. “Los problemas muchas veces son comunes y, a veces, las soluciones también”.
- ¿Qué balance hacés del trabajo de la CAF durante 2024?
El balance es súper positivo porque, desde septiembre de 2021 cuando empezamos la gestión con el presidente Sergio Díaz Granado, nos propusimos una serie de objetivos y los fuimos cumpliendo todos. Hemos logrado la capitalización más grande de la historia de CAF que son U$S7.000 millones que los ministros de economía de la región aceptaron poner en la institución para poder duplicar el tamaño del banco. Eso es un logro enorme. Es más grande que las tres capitalizaciones previas juntas que había tenido la institución.
También nos ayudó mucho el crecimiento geopolítico de CAF: pasamos de 17 países a 25 en tres años. Cubrimos casi toda América del Sur y ya avanzamos muy fuerte en los países del Caribe y Centroamérica. De Centroamérica ingresó El Salvador y Honduras, y del Sur entró Chile que es un caso paradigmático porque había sido fundador de CAF y cuando empezó la dictadura de Pinochet se fue de todas las organizaciones internacionales que tenían que ver con desarrollo regional. Ahora con el presidente (Gabriel) Boric volvió de manera plena. Eso es una gran noticia para la integración de toda la región.
También pudimos hacer proyectos paradigmáticos en muchos países. En Argentina, por ejemplo, construimos el gasoducto Néstor Kirchner que es súper importante para la independencia energética del país, para poder tener recursos. Es decir, no solamente gas más barato para la población sino también ingreso de divisas.
Hubo trabajos en Panamá, en Colombia, en Perú, en todos los países de la región que le cambiaron la vida a la gente. Si uno abre una canilla cae agua potable, pero para lograrlo hay todo un trabajo previo de cañerías, licitaciones, financiamiento que hacen que a fin de año uno esté más contento de los logros.
- ¿Cómo es para la CAF trabajar, por ejemplo, con el tema de educación en la complejidad de América Latina en general y en cada país en particular?
Como bien decís, esa complejidad es regional si lo ves de manera agregada, pero después cuando vas a cada país, ves focos donde hay ciudades que están súper bien y hay ciudades, como puede ser este país, que se están dando características como desfinanciamiento educativo o que las escuelas no estén tan buenas. Este es un desafío que vemos en muchos países de la región. Por eso, la importancia de utilizar las herramientas de los bancos de desarrollo de manera correcta. Lo importante de estos organismos es que hacen proyectos de largo plazo y que cambian de manera estructural la vida de las personas.
“En América Latina y el Caribe hay una mala distribución”.
Cuando hacés una ruta en un lugar que antes no estaba y que ayuda a los pobladores del lugar o a las empresas o a los agricultores, a poder sacar sus plantaciones, exportarlas, eso le da competitividad al país. Cuando hacés un acueducto, que es muy caro porque sale unos 300, 400, 500 millones de dólares, después no tenés que gastar dinero en cuestiones que tengan que ver con salud porque los chicos dejan de tener enfermedades relacionadas al contacto con el agua sucia, más en una región que tiene 30% del agua dulce del mundo. No es un problema te diría de cantidad, sino es un problema de distribución.
En América Latina y el Caribe hay una mala distribución. Hay áreas de la región que, por ejemplo, se inundan constantemente y otras que están en una sequía absoluta. Entonces lo que necesitás es obra de infraestructura para poder repartir mejor todo ese recurso hídrico. Es una región que tiene muchos recursos naturales, una zona que desde el punto de vista de la biodiversidad es de las más biodiversas del mundo. Tenemos el Amazonas que es el pulmón más grande del mundo y eso hay que cuidarlo. Para cuidarlo tenés que hacer obras que ayuden a mejorar la calidad de vida de la gente.
- El año pasado Fundación Éforo, gracias al apoyo de la CAF, pudo llevar la iniciativa Escuela de Vecinos a Paraguay. ¿Por qué un Banco de Desarrollo se interesa en trabajar con jóvenes de distintos lugares y conectarlos?
Somos un banco de desarrollo y el “core” del banco son las grandes obras de infraestructura: grandes rutas, acueductos, gasoductos. En el caso de Argentina, le damos mucha importancia a todo lo que tiene que ver con satélites, con temas educativos, con la construcción de universidades. Pero también la infraestructura institucional para nosotros es muy importante. Ahí es donde entra el trabajo de CAF para mejorar la calidad de la democracia, la calidad de los dirigentes que se forman en los distintos países y de los liderazgos, de trabajar con intendentes de toda la región y con los jóvenes porque mejorando esas redes estamos convencidos de que podemos ayudar a que haya más calidad en las políticas públicas.
Armar generación de redes de gente que se conozca de toda América Latina y que después pueden encontrarse en los momentos necesarios para tender lazos e intercambiar buenas prácticas. A veces uno piensa que está muy solo cuando es un líder o una lideresa en algún lugar y los problemas muchas veces son comunes y, a veces, las soluciones también. Estos espacios de diálogo ayudan a generar soluciones colectivas y nosotros creemos mucho en las soluciones colectivas a los problemas, no tanto en las soluciones individuales
En ese sentido, los programas que tenemos de liderazgo de gobernabilidad de alta gerencia para la gestión pública, los programas de jóvenes o los que podamos apoyar como Escuela de Vecinos o el trabajo que hacemos con la Fundación Scholas Ocurrentes o con el Centro Ana Frank, todas organizaciones que trabajan con jóvenes que tienen capacidades de liderazgo y quieren desarrollar su vocación en distintos temas. Los apoyamos porque como banco de desarrollo somos una institución que no trabaja solamente para hacer obras infraestructura sino también para generar esta interconexión entre los vínculos institucionales.
- A veces hay una visión negativa de la gestión pública ¿Cuáles son los desafíos de CAF en ese sentido?
El desafío grande que tenemos es el cierre de brechas tanto económicas, sociales, educativas, de infraestructura como en las capacidades institucionales que tienen los Estados. Siempre hay que diferenciar Estado, gobierno, administración y, en esa diferenciación, lo que tratamos es de fortalecer las capacidades que tiene el Estado a través de capacitaciones, por un lado, pero también todo lo que es la nueva era de digitalización, el uso de la inteligencia artificial, las discusiones sobre el uso ético de la inteligencia artificial.
"Esta revolución tecnológica puede dejar muy atrás a América Latina".
Son tecnologías que están entre nosotros y tenemos un desafío enorme de poder dotar a los estados de esas nuevas capacidades. El salto tecnológico es muy distinto a lo que fue la Revolución Industrial. Esta revolución tecnológica puede dejar muy atrás a América Latina sobre lo que están haciendo los países más desarrollados. Hoy esa tecnología se compra, son software, son ingenieros. Tenemos un capital humano en América Latina y el Caribe, en países como Argentina, que tiene mucho desarrollo. En el Sur del país tenemos INVAP, con el armado de satélites, con energía nuclear. Argentina es un país que apuesta a la energía nuclear, que está jugando en las grandes ligas en esa materia, aunque quizás no se ve. En el tema nuclear y de satélites estamos en un club de poca gente. Somos de los pocos del mundo que hacen satélites y que cuenta con Institutos como el Balseiro. Esto es porque hubo también una política de muchos años.
Lo que no debemos hacer es entrar en esta dicotomía de que el Estado es todo o el Estado no es nada. El Estado es necesario y cuando muchas veces se dice que los empleados publicos son vagos o no sirven, tuvimos la experiencia de la pandemia. El estado no hubiese funcionado sin los médicos de los hospitales públicos, sin los maestros de las escuelas, sin dar créditos a las pequeñas y grandes empresas, obviamente fue una experiencia muy dificil y desconocida. Se necesitaban estados fortalecidos para responder a esas demandas. El Estado argentino con todos sus errores pudo brindar los servicios y fue también gracias a los empleados públicos.
Logicamente, hay mucho para mejorar y ajustar. Lo que no hay que hacer es romper todo, porque son construcciones que llevan muchos años. Viajo por América Latina y el Caribe, y a muchos países les gusta lo que se hace en Argentina. Hace poco gente de Paraguay vino a realizar una recorrida por INVAP y quedó maravillada. Eso es un activo que no hay que descuidar.
- Escuela de Vecinos es un programa que promueve la participación de los jóvenes en lo público. Sos una persona con una larga trayectoria en la gestión pública, ¿cuándo empezaste a participar de lo público o te empezaste a interesar por estas cuestiones?
Desde los 18 años ya tenia participacion activa en la universidad, en organizaciones civiles, en la iglesia. Con amigos a esa edad teníamos un programa de radio y una revista. Siempre estuve activo, me interesaron siempre los temas de la ciudad, de gestión pública. La modernización del Estado en su momento, después aspectos más legislativos y en los ultimos años empecé a trabajar temas de relaciones internacionales, con banco de desarrollo. La verdad es que de esta experiencia y desde mi lugar, entiendo que se pueden abrir espacios para la participación de los jóvenes y cambiar la vida a alguien. Puede ser con un viaje o con un encuentro, que a alguien le puede cambiar la mirada y el conocimiento de cosas que no sabían que existían, generar curiosidad y que se despierten hasta vocaciones.
Estoy agradecido por las oportunidades que me dieron y desde el lugar estoy tratando de que otros también puedan tener oportunidades. Por ejemplo, ahora estamos con el Centro Ana Frank armando un seminario para trabajar temas de derechos humanos. Vamos a ir con un grupo de 20 jóvenes de la región a Amsterdam para que conozcan el legado de Frank, su casa, ir a La Haya. Muchas de las personas seleccionadas nunca viajaron en avión o nunca salieron de su país. Seguramente los va a enriquecer, a fortalecer sus conocimientos y hasta encontrar su vocación.
En este sentido creemos en el trabajo a largo plazo, tener una mirada de construir sobre lo construido y una mirada también de acción colectiva. Como dice el Papa: “Nadie se salva solo”. Si querés que una acción tenga un impacto real y fuerte en la sociedad tenés que hacerlo en equipo.
- ¿Cuáles son los desafíos para este 2025?
Los desafíos que tenemos son colectivos, como organización buscamos que los países logren cumplir ciertos objetivos ayudando a organizaciones civiles, abriendo espacios de participación. Seguir trabajando mucho con los proyectos de agua porque creemos que son los que efectivamente cambian la vida. Los desafíos todos los años se van renovando, esta es una región con muchas dificultades pero también con muchas oportunidades. El problema de América Latina y el Caribe es la desigualdad. Nuestro trabajo tiene que apuntar a disminuir la desigualdad y achicar esas brechas.