Publicado en el suplemento
Acciones para la Participación Ciudadana, de Diario Perfil

Si alguien piensa en quitarse la vida y está dispuesto a recibir ayuda puede llamar desde su teléfono a la línea 135. Si lo hace desde algún lugar del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), encontrará del otro lado a uno de los 25 voluntarios del Centro de Asistencia al Suicida (CAS) en condiciones de disuadirlo y derivarlo a un especialista. En el caso de comunicarse desde otro punto del país, pueden hacerlo al (011) 5275-1135

El CAS es una institución sin fines de lucro que desde 1967 brinda asistencia telefónica gratuita, personal, confidencial y anónima a personas en crisis o riesgo de suicidio.

Su presidenta, la licenciada en Psicología Fernanda Azcoitia, trabaja allí desde hace 40 años. En diálogo con Acciones, contó cómo trabajan y qué cambios hubo en 2020, producto de la pandemia y el consecuente aislamiento obligatorio. 

¿Cómo funciona el CAS?

Tiene tres sectores: el de los voluntarios telefónicos, que atienden los llamados; el equipo profesional, conformado por cuatro especialistas; y la Comisión Directiva, porque, como toda asociación civil, tiene personería jurídica y debe cumplir con requisitos formales que plantea la Inspección General de Justicia (IGJ). La línea atiende de lunes a domingo de 8 a 24.

¿Qué cantidad de llamados reciben?

En 2020, atendimos 5.060 llamados efectivos, es decir, aquellos en los que se concreta una conversación y se da orientación a la persona. Pero existen otros tipos de llamados: a veces, se dan los que denominamos mudos, porque hay alguien del otro lado que no se anima a hablar; también están los crónicos, que son los consultantes que lo hacen de manera frecuente. Nosotros los contenemos, les damos escucha, pero son siempre los mismos. Esta es una de las problemáticas en materia de salud mental, donde hay mucha cronicidad por falta de tratamientos adecuados o porque los hospitales no tienen capacidad para recibir a las personas necesitadas de tratamiento.

¿Esa cantidad de llamados es similar a la que había en otro contexto?

No, el año pasado hubo muchos más llamados. En 2019, habíamos recibido solo 3.122 comunicaciones efectivas. De todas formas, el crecimiento, que es del 62%, se puede deber a dos razones. Una, efectivamente, tiene que ver con la pandemia y la cuarentena; pero, también, por la difusión de nuestra tarea. Aunque los consultantes llaman con los mismos problemas que antes, ahora se ven contextualizados por la pandemia y la cuarentena. Se nota que hay comunicaciones más complejas, de más urgencia, de más desesperación, de no ver un horizonte claro. De todas formas, hay que tener en cuenta que entre 2018 y 2019 también se había incrementado la cantidad de llamados recibidos, en ese caso, en un 50%.

¿Cuántas de las consultas que reciben tienen que ver con la soledad?

Solo el 29% de los consultantes vive solo. Aunque la soledad es un factor de riesgo reconocido para la conducta suicida, este porcentaje muestra que el sentimiento de estar solos en el mundo, que es casi universal, se refiere a una soledad subjetiva, de tipo emocional.

¿Llaman más mujeres u hombres?

Las consultantes de sexo femenino duplican a los masculinos. Eso confirma una tendencia desde que se inauguró el CAS, en 1967. En líneas generales, tiene que ver con que las mujeres están más dispuestas a pedir y recibir ayuda. Si bien fue cambiando un poco, también había una cuestión cultural que establecía que el hombre es fuerte, no necesita ayuda, es quien debe proveer apoyo a otros. Según las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, por cada suicidio femenino, hay cuatro masculinos.

Hay un mito que indica que quien se quiere suicidar, lo hace, no avisa. ¿Es así?

Hay muchos mitos alrededor del suicidio. Este es uno de ellos. Por supuesto, hay gente que lo concreta sin aviso previo. A lo mejor no lo dicen expresamente, pero la realidad es que el suicidio siempre es un proceso que culmina cuando se consuma. A lo largo de todo ese camino, la persona va dejando señales. Hay que aprender a detectarlas, a decodificarlas, por eso es tan importante la prevención.

¿Hay algún otro mito que pueda derribarse?

Sí. Por ejemplo, hay uno que indica que mucha gente hace un intento de suicidio como amenaza, pero no con la intención de hacerlo. Nosotros decimos que es un mito, porque mientras existe la intención, hay riesgo. El modo de llamar la atención no es bueno, porque puede equivocarse y concretar el suicidio. Nuestra sugerencia es pedir ayuda.

Otro mito, por caso, es el que indica que solo se suicidan los enfermos mentales. Esto es falso. Cualquier persona puede transitar un proceso suicida sin mediar una patología. El suicidio es prevenible en muchos casos.