Argentina, China y la producción porcina
Hace semanas se instaló el debate por el avance de un proyecto entre nuestro país y el gigante asiático vinculado a la carne porcina. Mientras desde Cancillería explican que, de haber acuerdo, será bajo los estándares sanitarios y sustentables; referentes de diferentes sectores se oponen a "convertirnos en una factoría de cerdos".
A comienzos de Julio, Cancillería Argentina hizo pública una comunicación entre el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, y el ministro de Comercio de China, Zhong Shan, en la que se conversó sobre el avance de un proyecto que tiene como objetivo producir nueve millones de toneladas de carne porcina de alta calidad a través de una inversión mixta entre empresas chinas y argentinas. El acuerdo aun no está cerrado pero tiene como objetivo abastecer al gigante asiático por muchos años.
En tiempos de pandemia, donde la salud está en el primer plano, el acuerdo fue fuertemente criticado por distintas organizaciones, miembros de universidades públicas, periodistas, nutricionistas e investigadores del CONICET. Referentes de estas áreas lanzaron un comunicado anunciando: "No podemos aceptar que, en nombre de la reactivación económica o en el altar de las exportaciones, la Argentina se convierta en una factoría de cerdos para China (o para quien sea). Los criaderos industriales de animales ilustran un modelo agroindustrial cruel e insustentable que no sólo genera focos de contaminación en el plano local y regional sino también se convierten en incubadoras de nuevos virus altamente contagiosos y, por ende, en fábricas de nuevas pandemias", expresa el documento.
En esa sintonía, Lucas Tedesco, de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), manifestó en Radio SI que “el gran problema de la producción masiva tiene que ver con la contaminación de napas y con las enfermedades”, producto de la cantidad de excrementos y orina que se generaría. “Las gripes porcinas son de carácter pandémico. China tuvo que sacrificar millones de cerdos por esa cuestión y obviamente está buscando otras latitudes para seguir produciendo carne”, agregó.
Pero desde la UTT además sostienen que “el otro problema del acuerdo es no saber cuál será el beneficio para Argentina". “Si se planteara que la producción no sea únicamente en grandes factorías y que generaría un ingreso en las economías regionales podría ser mucho más interesante”, afirmó Tedesco y pidió que sea analizado entre todos los sectores ya que sino "se van a beneficiar las mismas grandes extensiones de siembra que han dejado sin otros cultivos a la Argentina y que hoy ocupan el 55% de la tierra de nuestro país”.
Luego del arduo debate que se instaló del tema tanto en las redes como en algunos medios, el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Jorge Neme, aclaró y adelantó en Radio Perfil que el acuerdo con China “solo se hará si los orientales se asocian con productores locales” y que la producción se hará “bajo los estándares sanitarios y sustentables de Argentina”.