Publicado en el suplemento

Acciones para la Participación Ciudadana, en Diario Perfil

Kioshi es una marca de zapatillas e indumentaria deportiva 100% argentina. El nombre es japonés: significa “el gran maestro”. Nació en 2017 y su planta está ubicada en la localidad de Esteban Echeverría, en el sur del Gran Buenos Aires. Allí se desarrolla el proceso completo de fabricación del calzado: desde la suela, la capellada, el corte de materia prima y la fabricación de la tela hasta el ensamble, embalaje y distribución. La firma, además, se encuentra desarrollando tres nuevos modelos de botines de fútbol: para papi, futsal y cancha de 11, tres variantes del deporte que se juegan en Argentina. Emmanuel Fernández, fundador de la empresa, conversó con Acciones y detalló las oportunidades y desafíos que se le presentan a la compañía.

- ¿Qué lugar ocupa Kioshi en el mundo del calzado?

Hace seis años que existe la empresa y hoy nos ubicamos entre las principales marcas deportivas del país. Estamos en las tiendas deportivas más importantes, sobre todo del interior, y nos consolidamos, hace un par de años, también en Buenos Aires.

- ¿Cuál es la importancia de ser una empresa 100% nacional?

Nosotros apostamos a que se pueda hacer una muy buena producción con tecnología internacional en Argentina. En los últimos años, el país no tuvo mucho desarrollo: los productos se ensamblan acá, pero todo es producido en Asia. Sin embargo, se puede hacer un producto de calidad y a un buen costo. De esta forma, evitamos los vaivenes por los que pasamos los últimos ocho años con el comercio exterior, como restricciones y liberación comercial. Al hacer todo en el país tenemos, también, buena cintura en cuanto al modelaje y tendencia, que nos da una importante presencia en el mercado deportivo.

- ¿Cuáles son los cambios más significativos en la empresa desde su creación hasta la actualidad?

Empezamos comprando textiles y suelas afuera. Hoy, incorporamos mucha tecnología y fabricamos nuestras propias suelas para zapatillas de running, de caucho para botines de fútbol, también tejemos capelladas y ensamblamos. Hacemos todo el proceso productivo de un calzado, de punta a punta, de manera interna, con tecnología internacional. Lo realizamos con las mismas máquinas que se usan en Asia.

- ¿Cómo se dio la expansión de la firma?

Empezamos con representantes en toda la zona de Argentina, hicimos una buena
distribución del mercado. Llegamos desde Ushuaia hasta La Quiaca, estamos en todas las ciudades. Además, contamos con una tienda online que nos permite ofrecer el producto y llegar a cada lugar del país. A partir de la pandemia, hubo un crecimiento muy rápido, sobre todo de la venta en línea, y se generó un piso muy alto que nunca bajó. La distribución a nivel nacional es muy buena, siempre contamos con stock, algo que destacan los clientes. Desde el pedido hasta la entrega somos eficientes y despachamos rápido.

- ¿Cuántas zapatillas se producen por día?

Se trabaja con producción en serie y se realizan entre 1.000 y 2.000 pares por día,
dependiendo del modelaje y la complejidad. Salen unos 500.000 pares anuales de zapatillas hacia todo el país. Nos basamos mucho en la tecnología, tratamos siempre de tener las últimas máquinas, además de contar con un laboratorio de primer nivel internacional donde hacemos ensayos de calidad y resistencia de los productos.

- ¿Qué buscan los compradores de Kioshi?

Algo que destacan nuestros compradores es el diseño, la calidad y el precio. Apuntamos a tener un buen producto, 100% nacional y que el comprador esté conforme. El diseño y la innovación son las claves para ofrecer una experiencia diferente en lo que respecta a dinamismo, comodidad y libertad de movimiento. Salvo algunos temas puntuales, nunca tuvimos problemas de calidad y algo que nos destacan nuestros clientes en las casas de deportes es que Kioshi, a pesar del gran volumen de venta, no tiene devoluciones de calzado por fallas. En eso tratamos de cumplir siempre, a través de todos los controles de calidad necesarios.