Alfred Bernhard Nobel (1833-1896), muerto a los 63 años de una hemorragia cerebral en Italia, fue un solitario ingeniero sueco, soltero, escritor, poeta; un hombre que dominaba cinco idiomas a la perfección. Se formó científicamente y en ciencias naturales en Rusia. En 1867 inventó la dinamita y fue fundador de una empresa (Bofors) que encaminó su elaboración de hierro y acero a la producción de cañones y armamentos en gran escala.

Debe recordarse que en la segunda mitad del siglo XIX, Europa se vio involucrada en varias guerras que se desataron en los Balcanes entre locales y contra el Imperio Otomano y en Crimea (1853-1856), en los bordes del Mar Negro, donde turcos, ingleses y franceses combatieron con nuevas tecnologías contra el Imperio Ruso.

El desastre mayor, quizás, fue el enfrentamiento armado conocido como Guerra Franco-Prusiana (alemana) entre julio de 1870 y mayo de 1871. La ganaron los prusianos que se estacionaron por un tiempo en las afueras de París. Los prusianos no reprimieron la rebelión conocida como "La Comuna", en la que los revolucionarios se apropiaron por un mes de París contra el poder imperial. Dejaron que lo hicieran los franceses quienes fusilaron a 10.000 revoltosos. En ese tiempo era una ciudad con aglomeraciones de viviendas y calles estrechas heredadas del medioevo.

La experiencia de "La Comuna" obligó a derrumbar lo que fuera necesario y crear las grandes y anchas avenidas. El objetivo fue acomodar cañones para terminar rápidamente contra los revoltosos.

Nobel fue proveedor de los guerreros, sin conmoverse. Pero en el Club sueco-noruego de París, el 27 de noviembre de 1895, firmó su testamento a través del cual donó 33 millones de coronas para la entrega de Premios Anuales en distintas disciplinas. Es, sin duda, el non plus ultra de todos los premios en el mundo. Hay un comité que escoge a los premiados (no siempre con criterios justos) que serán recordado para siempre si están en la lista de las distintas disciplinas.

Parecería que el elegido recibe un reconocimiento por el cual "ingresa a la inmortalidad". Para Nobel, en su testamento, también figuraba que debía entregarse un premio a los que luchaban por la fraternidad entre naciones y la reducción de los ejércitos permanentes. Buscaba que los ganadores fueran defensores de la paz. Fueron merecedores, con el tiempo, Martin Luther King (líder de la lucha pacífica de los afronorteamericanos por conseguir un reconocimiento del Estado), la Madre Teresa, el clérigo sudafricano Desmond Tutu, el Dalai lama, Mijaíl Gorbachov y otros.

Durante bastante tiempo la lista de los nominados fue un secreto muy guardado antes de darlos a conocer. Pero después se hicieron públicas, comunicando a los premiados y a los medios de comunicación con tiempo. Los códigos en el comité se fueron relajando y la opinión pública los acusó de elegir a candidatos "limpios políticamente".

Una especialista reconocida pero discriminada por el Comité fue Lise Meitner, nacida en 1878 en Viena, hija de un familia de religión judía, quien trabajó con el químico Otto Hahn en la década de 1930 en la física atómica.

Meitner tuvo que huir para salvar su vida ante el avance persistente de los nazis. Tenía 60 años y una gran investigación sobre el uranio, que se había dividido en dos partes, liberando una gran cantidad de energía. Lise siempre fue respetada como la creadora real de la bomba atómica. Pero se negó a participar en el proyecto "Manhattan" de Estados Unidos que le permitió a los norteamericanos bombardear Japón con dos bombas destructoras, lo que llevó a la rendición de Tokio. De todas maneras en Estados Unidos la agasajaron y la consideraron como una premiada.

En 1945, vencido el hitlerismo, los británicos encerraron a todos los científicos vinculados con la bomba que no lograron y los encerraron en una granja en Gran Bretaña. Londres logró absorber los conocimientos adelantados de los germanos.

Fue Albert Einstein, descubridor de la teoría de la relatividad, otro que no fue premiado. Aquello se considera un gran avance científico que transformó la comprensión del universo. Ya en 1920 fue cuestionado en Alemania y luego considerado persona non grata del nazismo.

Sus colegas "arios" solo se indignaban en privado, pero no reaccionaban públicamente. Por supuesto, dicen los científicos, que hubo prejuicios contra Einstein: para sus enemigos era "judío, socialista, internacionalista y pacifista". Sus admiradores, por el contrario, señalaron que su trabajo era el más importante desde Newton y lo comparaban con Copérnico. El Comité del premio Nobel lo ignoró. El planteo de Einstein no solo era vinculado a la física sino también trataba de tiempo y espacio, es decir, era metafísico.

Tampoco fue otorgado a Jorge Luis Borges, muchas veces solicitado por académicos y públicos. Nadie ha desmentido una cuestión política. Borges había exaltado, mareado por los acontecimientos en la Argentina, al gobierno de Pinochet, que torturó y mató en Chile en la década de 1970.

Según algunos integrantes del Comité del Premio Nobel, influyen muchas emociones y demasiada subjetividad en la búsqueda de un candidato. "Es una sala llena a quien hay que vender un candidato propuesto". Por lo tanto, para ganar el premio es necesario contar con seguidores en el Comité, como varias veces se demostró. La mayoría son suecos porque así lo pidió Nobel. En general, miembros de la Academia Sueca.

El 90% de los reconocimientos fueron para Europa Occidental o el norte de América. Hubo también elecciones de candidatos inesperados. Como fue el proceso de nominar al cantante Bob Dylan en 2016, que no fue a buscarlo y nunca explicó el por qué.

Quien sí recibió el Nobel fue, injustamente, Otto Hahn.