La presidenta del Tribunal de Cuentas de Jujuy dialogó con El Auditor.info para el ciclo Mujeres en el Control. Hablamos de su recorrido, de los obstáculos por ser mujer, del trabajo en equipo a la hora de controlar y la necesidad de darle visibilidad a las tareas de los organismos de fiscalización. 

- ¿Cómo fue tu carrera?

- Empecé en la administración pública en el año 1987, trabajando en el Ministerio de Bienestar Social. Siempre fui una apasionada del Estado, que cuando está bien administrado y trabaja de forma óptima puede mejorar la vida de la gente. Mis tareas siempre fueron técnicas: elaborar programas, asistencia social, preocupada por mejorarle la vida a la gente. Estuve en la Secretaría General de la Gobernación, así conocí todas las áreas de gobierno. En Jujuy, los presidentes del Tribunal como los vocales, letrados y contables, son elegidos por el Gobernador con acuerdo de la Legislatura. En mi caso entré como vocal letrada en el 2003 y en diciembre de 2007 fui seleccionada por la Legislatura para ocupar la presidencia que había quedado vacante. 

En mi recorrido me encontré con obstáculos por ser mujer y no lo digo para victimizarme. También están los obstáculos propios, que una se pone. Creo que hay una mirada de desconfianza del hombre hacia la mujer. Nosotras somos más puntillosas, advertidas, más rigurosas y exigentes en la forma de trabajar en el control. Hay una mirada de cierta desconfianza, que no se puede hablar con una. Pero el respeto te lo vas ganando con dedicación, compromiso y muchas horas de trabajo. Siempre a la mujer se le exige más en el trabajo.

- ¿Cómo es ser la presidenta del Tribunal de Cuentas de Jujuy?

- Tiene todo lo complejo que puede tener un organismo de control. Tenés la necesidad de organizar el Tribunal, el trabajo de los auditores, las capacitaciones, tratar de nivelar y que se entienda que es necesaria la experiencia de los mayores con la incorporación de jóvenes. Nosotros tenemos bastante equilibrio entre hombres y mujeres afortunadamente, y a mí me gusta trabajar en equipo. A veces una se enamora de las ideas y cuando lo charlas en equipo, bajan a tierra. De la única manera que se pueden implementar ideas en organismos autónomos es estando todos de acuerdo, escuchando todas las voces. Esto es complejo, pero venimos llevándolo bien.

El organismo de control tiene el inconveniente de la mirada ajena. La crítica del afuera de decir, ¿por qué esto no se controló? A veces se desconocen cuáles son las competencias propias de un tribunal. Pero con los organismos nosotros tratamos de asesorar, nos gusta anticiparnos al error, porque los errores son plata que pierde la gente. Lo que hacemos es tratar de conversar antes, que vengan y consulten, tener las puertas abiertas para todos los funcionarios, para ver cuál es la mejor salida para tratar de colaborar y que las cosas salgan bien con el mejor costo y la mayor eficiencia.

- ¿Cuántas mujeres participan en el tribunal?

- Somos 297 trabajadores y casi el 50% son mujeres. Siempre a las mujeres les es más difícil llegar a los cargos más altos. Es cuestión de mirar los gabinetes donde, en el mejor de los casos, tenés un 70% de hombres y un 30% de mujeres. 

- ¿Están realizando capacitaciones?

- Con la Ley Micaela hemos recibido capacitación todos los miembros. Ahora estamos tratando de lograr la capacitación masiva de todos los agentes, lo estamos haciendo por sectores pero nos estamos capacitando permanentemente.

- ¿Es posible incorporar perspectiva de género al control?

- Nosotros no tenemos competencias de gestión, todos los tribunales son distintos. Hacemos control de cuentas, de rendiciones, de gastos. Tenemos tres tipos de control: preventivo, concomitante y posterior de los organismos centralizados y descentralizados del Estado y de todos los municipios de la provincia. Pero no podemos analizar con perspectiva de género. Hay organismos que recién se están formando, adecuándose e implementando secretarías de género, tenemos un juzgado de violencia de género, pero estamos un poco en deuda en materia de género en la provincia de Jujuy. 

¿Cuáles son los desafíos a futuro? 

- El desafío más grande es darle visibilidad a los organismos del control. Que se conozca la tarea del organismo de control. A veces tenemos que ser muy prudentes porque tenemos el inconveniente de que estamos juzgando cuentas, entonces no podemos dar a conocer cargos provisorios, porque luego se justifican y el funcionario queda mal parado por falta de documentación, tal vez, y no porque haya faltado plata. Tenemos que ser discretos y cuidadosos en eso, pero creo que es importante visibilizar la tarea que es mucha, es grande, necesita mucho tiempo y compromiso, ya que estamos cuidando los recursos de todos. Desde ese lugar, la gran tarea es visibilizar.

Desde el punto de vista de la cuestión de género el desafío es cambiar esta visión que se tiene con respecto de las mujeres: que están casadas, que tienen hijos, que van a pedir las licencias por maternidad. También nos ayudan las distintas políticas que se están implementando a nivel nacional y este cambio de rumbo, que se ha dado desde la perspectiva de género para entender que somos distintos. Todavía tenemos casos que cuando se enferma una criatura, la mujer es la que falta. Hay que cambiar toda una cultura y esto es lo más difícil, porque no incumbe sólo al Tribunal, incumbe a la sociedad.

Queremos capacitar a nuestra gente, ponerlos en un nivel óptimo y capacitar a todos los responsables de la administración, todos los que manejan fondos desde ese punto de vista, abocarnos a políticas de género. En el Tribunal provincial, en jefatura de departamento, secretarías y jefaturas de la división, hay más mujeres que hombres, y eso fue un reconocimiento a la labor, que es lo más importante. Es un lugar que se han ganado en función de trabajo, esfuerzo y compromiso. Para mí es una satisfacción hoy poder decir que tenemos más mujeres en puestos jerárquicos que hombres.