Cuando el gobierno porteño anunció la creación de un arroyo artificial en el Parque Saavedra con el propósito de mitigar las inundaciones en la zona, a fines del año pasado, se disparó la polémica. Los vecinos del barrio realizaron manifestaciones y se comunicaron con el Banco Mundial para evitar que el proyecto se concrete. 

El estado de alerta de la comunidad comenzó en 2013, luego de las inundaciones que azotaron a la ciudad. Según contó Martín González Vilas, vecino del parque, a El Auditor.info a partir de ese momento las inundaciones se volvieron “un tema sensible” y la gente del barrio se convocó en asambleas atenta a lo que el Gobierno de la Ciudad haga o deje de hacer en relación al tema. Durante los encuentros, recibieron asesoramiento de ingenieros hidráulicos. "Tenemos bastante noción de cuáles son las obras necesarias”, indicó.

“En cuanto el Gobierno de la Ciudad salió con este proyecto y lo presentó como un plan para mitigar las inundaciones, los vecinos entendimos que no era así”, explicó González Vilas. Para el barrio el proyecto era "inconsistente" y cada vez que preguntaban por algún detalle “las respuestas iban modificándose, no lo difundían con una suficiente masividad, con lo cual ya previamente sabíamos que esta obra no era necesaria”, remarcó. 

Audiencia pública

Luego de varios meses de reclamos, el gobierno porteño accedió a realizar una audiencia pública como lo estipula la ley. Para el encuentro se anotaron más de 300 vecinos, especialistas y organizaciones. El grueso de los oradores cuestionó el proyecto. En la carta que le enviaron al Banco Mundial, los firmantes pidieron que se haga un análisis de los testimonios dados “ya que las presentaciones incluyen opiniones de percepción social como técnicas especializadas que pueden ser ampliadas en respuesta a preguntas específicas de nuestra parte”.

“Hubo una exposición inicial de los funcionarios y de la consultora que hizo un estudio de impacto ambiental bastante flojo y a medida del gobierno. Después expusieron los vecinos que en un 85% se opusieron a la obra”, recordó González Vilas. En cuanto a las interacciones e intercambios que hubo consideró que fueron “escuetos, poco claros y en general no respondieron preguntas directas, dijeron que tomaban nota”.

Desde el Banco Mundial respondieron que los planteos realizados por los vecinos sobre el proyecto en Parque Saavedra fueron "admisibles". 

Con la información necesaria, los vecinos de la zona, organizaciones sociales y legisladores le enviaron una carta al Banco Mundial requiriendo que se cancele inmediatamente el proyecto. Vale aclarar que este plan está bajo el cofinanciamiento de la entidad en el marco del programa de “Asistencia a la Gestión de Riesgo de Inundaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”

En la carta se aclara que la comunidad solicita “que los recursos previstos para la obra se vuelquen inmediatamente a la realización prioritaria del denominado Reservorio 2 en terrenos ya definidos en el cercano, amplio y mucho más propicio Parque Sarmiento en el trayecto del arroyo Medrano, incluido en el Plan Director de Ordenamiento Hidráulico de 2006”.

El denominado Reservorio 2 está paralizado desde que en 2014 se inauguró el Reservorio 1, dentro del Parque Sarmiento. Los vecinos indicaron que éste “tendría mayor capacidad potencial de depósito de agua” (150 mil metros cúbicos más), además que “sería una obra con capacidad de retención preventiva para un área de influencia más amplia y sensible de potencial inundación”, no se provocarían alteraciones estructurales como las que se proyectan en Saavedra y por último, sería “un proyecto mucho menos oneroso”.

Ante este petitorio el Servicio de Atención a Reclamos del  Banco Mundial (GRS por sus siglas en inglés) notificó que, luego de los argumentos sociales, ecológicos, hidráulicos, históricos y geográficos presentados  en diferentes informes enviados  “ha encontrado admisible su reclamo relacionado al Proyecto de apoyo a la gestión del riesgo de inundaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Ahora el reclamo se remitió a un fase de búsqueda de solución, el cual debe completarse en un periodo no mayor a 45  días hábiles.

Según González Vilas, la noticia cayó bien aunque no consideran que el tema esté resuelto. “El Banco Mundial solamente abre una instancia y unos plazos de buscar una solución que sea acorde a las dos partes, pero nosotros vamos a continuar como hasta ahora”. Además indicó que “no sabemos qué es lo que el Gobierno de la Ciudad le ha respondido al Banco Mundial, esperemos que en algún momento nos notifiquen de cuáles han sido las respuestas”.