Las tragedias no terminan cuando se apaga el fuego y lo acontecido el último jueves en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires da cuenta de eso. Sobrevivientes y familiares de Cromañón y del taller textil de Luis Viale, siniestros ocurridos en 2004 y 2006 respectivamente, participaron de la reunión de la Comisión Especial de Seguimiento y Prevención de la Violencia Institucional. Su pedido fue concreto y se basa en dos proyectos de Ley presentados en marzo de este año: que ambos lugares sean expropiados y se transformen en espacios de memoria

En el caso de República Cromañón, el objetivo de los sobrevivientes y familiares de las víctimas es que, una vez expropiado el local donde funcionaba el boliche, se resguarden los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico – cultural y que configuran, según ellos, la memoria histórica colectiva de la Ciudad de Buenos Aires. 

El segundo expediente, que está impulsado por la Comisión por la Memoria y Justicia de los obreros textiles, destaca "el interés por preservar el sitio a partir de "connotaciones afectivas y racionales".

El proyecto de expropiación del taller textil clandestino de la calle Luis Viale, donde murieron seis personas que no pudieron escapar de un incendio producido por un desperfecto eléctrico, también plantea la reutilización del lugar y destaca el interés por preservar el sitio a partir de las connotaciones afectivas y racionales. 

La iniciativa plantea el respeto a las víctimas y la toma de conciencia de la cadena de responsabilidades que permitan a la ciudadanía conocer las distintas formas de explotación. 

Tragedias que no se deben olvidar

Familiares de Cromañón que participaron de la reunión de manera presencial y también virtual exigieron que “todos los partidos políticos pongan las propuestas en la agenda”. “Vamos a seguir luchando”, avisaron. 

En esa misma línea, los sobrevivientes de la tragedia de Luis Viale explicaron que el deseo de transformar el lugar en un espacio de memoria “es para que las muertes no queden en el olvido”. “No fue un accidente, fue una masacre patronal”, advirtieron. 

Una voz destacada en la reunión fue la de Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, quien alentó a familiares y sobrevivientes de ambos hechos a “seguir luchando contra el intento de borrar la memoria”. 

También dijeron presente algunos actores de otras tragedias evitables. Paolo Menghini, padre de Lucas Menghini Rey fallecido en la tragedia de Once en 2012, sostuvo que “la conformación de espacios de memoria sirve para entender los daños que genera la corrupción”. 

El 30 de diciembre del 2004, unas 194 personas, murieron al quedar ser afectadas por un incendio iniciado dentro del local bailable República Cromañón, en el barrio porteño de Once. 

El taller textil clandestino de Luis Viale era un galpón donde la planta baja estaba acondicionada como lugar de trabajo con las maquinarias y en un primer piso el lugar separado por telas y cartones donde dormían los obreros. En el lugar residían más de 60 personas, la mitad, niños y niñas, llegadas desde Bolivia. El 30 de marzo del 2006 un incendio mató a seis personas que no pudieron escapar por el humo, cinco eran menores.