Las denuncias y posteriores allanamientos sobre una de las sedes donde funcionaba el centro de rehabilitación La Razón de Vivir, que no contaba con habilitación, volvió a poner en la mira los controles y regulaciones del Estado sobre estos espacios. Antes de la pandemia, la Sindicatura General de la Nación había inspeccionado el funcionamiento de la Sedronar y había observado que fallas en el organismo.

La titular de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), Gabriela Torres, aseguró que el centro no estaba habilitado y afirmó que este tipo de casos “lamentablemente son reiterados”. El organismo estatal tiene a su cargo la coordinación de políticas públicas destinadas a la prevención, atención, asistencia y acompañamiento de personas con consumos problemáticos de sustancias en el país. 

Al analizar la gestión, la Secretaría cuenta con varios informes críticos por parte de la SIGEN y también de la Auditoría General de la Nación (AGN). Antes de la pandemia, la Sindicatura publicó un informe donde observó que la Sedronar no controlaba la totalidad de los centros de rehabilitación con pacientes subsidiados. El trabajo especificó que, hace tres años, el organismo encargado de velar por la recuperación de personas con adicciones no visitó a más del 30% de las instituciones y que desconocía la evolución en los tratamientos de la mitad de los pacientes.

Además, sobre la distribución de los centros de rehabilitación, en su momento la SIGEN indicó que no están bien repartidos geográficamente lo que obliga a trasladar pacientes a otras provincias e implica el alejamiento familiar.

Antes que la SIGEN, la AGN ya había advertido a la Sedronar en 2017. Una auditoría alertó por falta de sanciones a los operadores de precursores químicos que son quienes manejan las sustancias utilizadas para estupefacientes. Si bien la Secretaría realizó una inspección en los mismos y detectó su utilización, no hubo sanciones, ni multas, sino un exceso de prórrogas a los infractores.

Sobre La Razón de Vivir

El allanamiento a la sede que el centro de rehabilitación La Razón de Vivir tiene en Berazategui tuvo una fuerte repercusión mediática. Si bien en un principio el foco estuvo puesto en la detención del conductor Marcelo “Teto” Medina por estar vinculado con la organización, con el correr de las horas se instaló la necesidad de profundizar con los controles y optimizar las estrategias en la atención de personas con consumo problemático de sustancias.