Según la Auditoría General de la Nación (AGN), durante cinco años el Plan Nacional de Manejo del Fuego (PNMF) no desarrolló planes regionales y no definió con exactitud los criterios que deberían utilizarse para atacar los incendios forestales.

Además, el organismo de control señaló que del presupuesto asignado en 2005, $ 9.027.315, el 80% sólo cubría el la contratación de helicópteros y aviones hidrantes. Pero esto “sólo representa una parte de las necesidades económicas, para una eficiente cobertura”, dice la AGN y añade que se deberían “tomar los recaudos presupuestarios a fin de poder financiar los sueldos y viáticos de los brigadistas”.
 
La Unidad Ejecutora del Plan Nacional de Manejo del Fuego es la encargada de desarrollar acciones de prevención, capacitación y organización. Además, el programa está dividido en tres niveles de actuación, jurisdiccional, regional y nacional, que coordinan asistencia según la magnitud del conflicto y la capacidad de resolución.

En 2001 la Auditoría había detectado que el presupuesto asignado al programa no se adaptaba a las necesidades mínimas para el manejo de incendios forestales. Asimismo, cuando el organismo volvió a controlar al PNMF, en 2005, verificó que disponía de $ 9.027.315, de los cuales “el 80% se erogó en el mantenimiento de los helicópteros y aviones hidrantes”. Y sin embargo, pese a la recomendación de la AGN de ajustar los fondos a los requerimientos del Plan, el presupuesto vigente para este año disminuyó a $ 4.549.707, un 50,4% menos.

De esta forma, los sueldos de la brigada, la infraestructura, equipamiento, reposición de elementos, vehículos, herramientas, mochilas de agua, y el resto de las necesidades económicas quedaron relegadas. Así lo describió la AGN en su informe aprobado en 2006, sobre datos del año anterior, que tuvo como fin evaluar los cambios realizados sobre las observaciones formuladas al PNMF en 2000.

Por otra parte, el organismo de control descubrió que desde la primera intervención, el diseño operativo del plan “no definió claramente en qué momento el responsable jurisdiccional debe solicitar apoyo al siguiente nivel (regional o nacional), dejándolo librado a su subjetividad”.

Por eso, el trabajo señala que el PNMF requiere mayor planificación y organización, dado que la falta de precisión sobre la metodología de acción “generó múltiples conflictos entre los distintos actores, redundando en una actuación poco eficiente y eficaz”.

Además, a diferencia de 2000, si bien existe una coordinación de desarrollo regional, hasta la aprobación del último informe no se aplicaron los planes regionales de desarrollo que comprendieran procesos de diagnóstico, planificación, investigación y programas de trabajo.

Otras observaciones formuladas por la AGN en su primera intervención y regularizadas parcialmente al momento de la segunda auditoría, fueron que “el parque automotor era insuficiente” y que la “infraestructura edilicia y de comunicaciones no tenía las condiciones para satisfacer las necesidades básicas de los brigadistas”.

Si bien, hasta la fecha de aprobación del trabajo de seguimiento, hubo un avance en el predio de la Brigada Nacional, “el depósito de herramientas todavía es pequeño y no reúne todas las condiciones de seguridad en cuanto al acceso a personal no autorizado”. De la misma manera, aunque adquirieron más vehículos específicos para el combate de incendios forestales y rurales, “la mayoría tenía inconvenientes”.