Un problema público de primer orden
La política se legitima a los ojos de los ciudadanos cuando identifica y resuelve problemas públicos. Para resolver problemas públicos es esencial, además de la voluntad política de hacerlo, la existencia de capacidad de gestión. Sin ésta, la disponibilidad de recursos es vana, ya que no ha de estar presente la inteligencia directiva que los organice y que encamine los esfuerzos en el buen sentido.
El estado actual de la Cuenca Matanza Riachuelo es un problema público de primer orden; es causante de creciente deterioro ambiental, enfermedades y mortalidad en la zona de influencia. La intensidad y extensión que van tomando estos daños no parecen ser suficientes como para movilizar la administración del ente creado para ejecutar el saneamiento de la Cuenca. Existe ahora un mejor marco jurídico, están los recursos, pero lo que no hay es una dirección eficaz, que acierte con el curso que debe tomar la solución efectiva del problema. Como falta esa capacidad, el programa no termina de arrancar. Una evidencia de ello es la baja utilización de los créditos específicos otorgados por los organismos multilaterales.
En una investigación publicado en este mismo sitio (Ver: "Hasta junio de 2008...", en la sección Monitor Presupuestario), se puntualizó que la gestión presupuestaria del ejercicio 2007, en los programas que administra la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo, registró una subejecución total del 66%, es decir que por cada peso autorizado se gastaron efectivamente 34 centavos. Y que durante el primer semestre del corriente año de los $115 millones totales previstos sólo se ejecutaron poco más de $12 millones, con lo cual la subejecución proyectada a fines del 2008 alcanzaría el 78%.
En la jornada realizada el 25 de septiembre sobre “Control y Sanción. Responsabilidad de Todos”, hacíamos referencia a que el Estado argentino, en todos sus niveles, acusa un marcado déficit de gestión; está debilitada su capacidad como planificador, como realizador, como controlador.
Los medios periodísticos informaron que en la reciente reunión celebrada en Nueva York entre la Presidenta de la Nación y la Vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe se acordó un nuevo préstamo de 698 millones de dólares destinados al saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo.
Según un estudio de la Auditoría General de la Nación de 2006 (Ver: "Los Ministerios de...", en la sección Informes Sintetizados), 33 de los 60 préstamos internacionales auditados en aquellos años fueron subejecutados. Esos programas pertenecían a distintos Ministerios del gobierno nacional y sumaban 4.700 millones de dólares, de los cuales fueron ejecutados 2.444 millones (51%). Pero además debieron pagarse “comisiones de compromiso”, del orden del 2 al 7% de los montos totales de los préstamos.
De no mediar cambios en normas, sistemas y diseños que lleven a la instauración de un estilo de función pública orientada a la creación de valor social, a la implantación de redes de controles internos y externos, independientes y estables, a la rendición de cuentas por resultados, y a la apertura de los negocios públicos al escrutinio ciudadano, en poco tiempo deberemos sumar 698 millones de dólares como nuevos “fondos ociosos”, cuya consecuencia, en el caso particular de la Cuenca Matanza-Riachuelo, es arrastrar al sufrimiento ambiental a 4,9 millones de personas.
Hugo Quintana