Antolín Magallanes asumió la vicepresidencia de la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) en un momento complicado. Tres días después de su designación, se hizo pública la denuncia que acusaba al ex Juez Federal de Quilmes Luis Armella (designado por la Corte Suprema de Justicia en julio de 2008 como responsable del saneamiento del curso de agua) de beneficiar con sus fallos a empresas vinculadas a su núcleo familiar.

Fue muy fuerte para mí. Vi como se desgranaban un montón de cuestiones. No creo que una sola persona pueda resolver todo. Recuperar el río depende de que lo interjurisdiccional funcione, reconoce Magallanes y pide que se esclarezca cuanto antes este hecho para restituir la credibilidad del organismo.  

A siete meses de haberse incorporado a la vicepresidencia de la ACUMAR, Magallanes habló en exclusiva con Gestionpublica.info sobre este tema y analizó el estado actual de la gestión del ente tripartito.   

¿Cómo impactó en el organismo la separación del juez Armella?

Lo que ocurrió con Armella fue muy fuerte ya que siempre pasó algo que frustró la limpieza del Riachuelo. En un momento en el que estábamos ordenando las cuestiones apareció esta denuncia sobre el accionar del juez. Ahora por suerte está trabajando la justicia, la Auditoria General de la Nación (AGN). Pero institucionalmente fue muy negativo.

¿En qué sentido?

Este hecho generó un grado alto de incredulidad. Desde entonces, para nosotros no es lo mismo salir a caminar por la cuenca. Se instaló un descreimiento muy importante a partir de esta denuncia, la cual queremos que cuanto antes se aclare. Armella tenía una suma de poder muy importante, que si bien era muy buena para gestionar, ahora se pone en cuestión.

¿Cómo cree que se podría llegar a resolver?

 Con responsabilidad. Restituyendo el tiempo de la gestión, que debería estar dada más por el poder político que por la justicia. Está bien que la justicia tome ese fallo, que siga el procedimiento y nos ponga los objetivos a cumplir. Pero no tendría que intervenir en la gestión ya que tiene tiempos muy distintos.

Usted ingresó a la ACUMAR poco tiempo antes de que se conociera esta denuncia, ¿cómo vivió ese momento?

Fue muy fuerte para mí. Vi como se desgranaban un montón de cuestiones. No creo que una sola persona pueda resolver todo. Recuperar el río depende de que lo interjurisdiccional funcione. Destaco la rápida acción de la Corte Suprema de Justicia porque era algo que nos estaba haciendo mucho daño. Hay una serie de pruebas que hay que investigar si son ciertas o no, pero que tienen un grado de contundencia para generar sospecha.

Para reemplazar al juez Armella la Corte resolvió dividir la ejecución de la sentencia en dos: por un lado, asignó al juez Federal de Morón, Jorge Rodríguez, el seguimiento del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA) y por el otro, convocó al juez de Capital Federal, Sergio Torres, para fiscalizar las contrataciones vinculadas con los planes de provisión de agua y obras cloacales. ¿Cómo es la relación con ambos magistrados?

Hay un trato muy bueno. Estamos tomando contacto. Se están interiorizando en la causa. Están actualizando todos los temas. Hemos tenido una serie de reuniones que permiten prever que hay voluntad para seguir con el tema y de volver a ponerlo en el lugar que estaba.

En relación con la Corte, ¿cómo fueron canalizadas dentro de la ACUAMAR las críticas del presidente Ricardo Lorenzetti durante la última audiencia pública?

Nadie va a una audiencia pensando que le van a decir hiciste todo bien. Tampoco pensábamos que ese día iba a estar el asunto de la Cuenca Matanza Riachuelo solucionado. De hecho, tenemos que seguir. Nuestra tarea va a continuar por un tiempo más. Creo que en ese sentido, lo beneficioso de la audiencia pública es poder hacer una lectura completa del proceso. También hay que recordar cuando el presidente abrió la sesión dio a entender que los objetivos fueron alcanzados ampliamente. Lo pongo en esos términos, porque esta parte no la vio nadie. El objetivo es seguir mejorando el río todos los días un poco.

También en esa audiencia el presidente de ACUMAR expuso la falta de financiamiento por parte de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires.

Ahí hay un tema político. Desde que se creó ACUMAR hasta ahora había un porcentaje de la masa económica que aportaba cada jurisdicción. Hace dos años que la cosa está cambiando. La ciudad de Buenos Aires decidió poner $25 millones y la provincia puso $33 millones que pagó con bonos. Los volúmenes de inversión que requiere ACUMAR son muy superiores a eso. Hoy podemos decir que el organismo está financiado casi exclusivamente por la Nación. El gobierno Nacional tiene un compromiso muy claro de seguir fortaleciendo el proyecto. Pero como bien dijo la presidenta (Cristina Fernández) en el discurso de apertura de las sesiones, todo el país está financiado una problemática de la ciudad y la provincia de Buenos Aires. En ese sentido, estamos viendo cómo se va a redefinir este tema porque no hay ninguna manifestación de la Corte Suprema de Justicia al respecto.

Se habló sobre un recorte de programas para paliar la falta de inversión.

Los programas no se recortaron. ACUMAR sigue funcionando con todo lo que tenía. La única decisión que se tomó este año fue dejar de financiar el procedimiento que hace aquí la AGN porque tampoco tiene motivos para financiarlo.

En relación con ello, ¿cuál es la relación que mantiene la ACUMAR con la AGN?

Hay una tarea de seguimiento por parte de la Auditoría que está bien. Acá en ACUMAR nadie ha cuestionado su trabajo. De hecho tienen aquí oficinas y material.

Por último, algunas organizaciones sociales cuestionan las remadas que fomenta la ACUMAR sobre el riachuelo, qué puede decir al respecto?

Es una actividad cuidada. La gente genera un compromiso muy duradero con el río. Se hace para reivindicar que esa es la cuna del remo argentino. Aparte las remadas las organiza una fundación a la cual pertenecí (Fundación X La Boca) desde 2005. Se han invitado a todos los intendentes. La prefectura cuida el lugar. No es una fiesta para conmemorar nada como dicen algunos por ahí. Creo que hay que recuperar la relación con el Riachuelo. Si la comunidad no se expresa a favor de la cuenca, no se va a recuperar. Una cosa es expresarse nada más a través de la denuncia y generando pánico en la sociedad y otra muy distinta es que la comunidad se apropie del río.