Justicia fiscal, control público y políticas tendientes a luchar contra la corrupción. Estos fueron los tres ejes centrales sobre los cuales se debatió en el congreso organizado por Unión Latinoamericana de Trabajadores de Organismos de Control (ULATOC) junto a la Internacional de Servicios Públicos (ISP).

Bajo el lema "Controlar a los Gobernantes", dirigentes sindicales, funcionarios y especialistas de todo el mundo participaron de este evento que tuvo lugar la semana pasada en la ciudad de Buenos Aires. Entre los concurrentes estuvo, Jürgen Buxbaum, quien se desempeña como coordinador de administración pública de la ISP Mundial.

Entre otros temas, el especialista de origen alemán expuso sobre la importancia de crear alianzas para combatir la corrupción. Si los sindicatos se levantan en la lucha contra la corrupción de un modo muy concluyente todo el mundo los va a apoyar, asegura de modo concluyente en diálogo Gestionpublica.info. Además, sostiene que es importante concebir la corrupción en términos sistémicos, es decir, cuando es el propio sistema (corrupto) que benéfica a los que más ricos en detrimento de los que menos tienen. En este sentido, Buxbaum pinta el escenario actual europeo donde crisis y corrupción se articulan en una misma problemática.

¿Qué relación puede establecer entre la corrupción y la crisis financiera en Europa?

Hay una relación en un sentido muy especial. Yo estoy muy de acuerdo con el compañero canadiense que dijo ayer que la corrupción empieza cuando un gobierno toma una decisión que sólo beneficia a los más ricos. Las políticas de desregulación que plantearon los neoliberaleres están enmarcadas dentro de esta definición. En este sentido, esta fue la fuente de la crisis actual. Fue la causa.

Ante este panorama, ¿detecta diferencias en la implementación de las políticas anticorrupción en América Latina y Europa?

Esa pregunta es una pregunta difícil de responder porque dentro de Latinoamérica y dentro de la Unión Europea hay bastantes diferencias con respecto a la corrupción.

¿Cómo catalogaría la corrupción en Latinoamérica?

En general el problema de corrupción es muy grande. La historia de Latinoamérica está marcada por la opresión, la colonización y la explotación. Entonces la corrupción en general en América Latina es un problema muy grande hasta en países donde hubo gobiernos progresistas como fue, por ejemplo, el de Lula en Brasil donde todavía había casos muy graves de corrupción.

¿Cuál es la situación en Europa?

En Europa la situación es diferente de país en país. En la Unión Europea se sabe que los países más corruptos son Grecia e Italia.

¿En que recabe el problema en estos dos países?

El problema es el carácter del Estado y de la sociedad. Cuanta mayor es la transparencia y la justicia social menor es la corrupción. Y esto aplica tanto a Latinoamérica como a Europa. En general donde hay mucha diferencia de poder hay corrupción.

¿De qué modo las potencias mundiales como EEUU pueden generar corrupción en países subdesarrollados?

Estados Unidos es un país muy poderoso por motivos políticos, económicos y militares. Cuando el Frente Popular del Chile, liderado por Salvador Allende, buscó generar un Estado más social, más libre, más justo, Estados Unidos organizó un golpe de estado e implementó un gobierno militar, tal como pasó también en Argentina, Brasil y en tantos otros países de la región. En este sentido, queda evidenciado cómo la política de un país muy poderoso puede influir el desarrollo de la corrupción de otra nación.

¿Cuál cree que son las alianzas necesarias para luchar contra la corrupción?

Hay una percepción del público que plantea que los sindicatos también son corruptos y que son parte del problema. Es necesario que estas organizaciones demuestren que son parte de la solución. Pero para que eso ocurra tienen que tomar medidas muy claras y fuertes en contra de la corrupción también dentro de los sindicatos. APOC dice que el desafío del siglo XXI es controlar a los gobernantes pero los miembros del sindicato tienen que controlar a su vez a los lideres. Es necesario controlar el poder.

¿Cuáles serían entonces los aliados?

Los aliados son los medios de información.  Ellos son tan importantes porque la gente quiere tener información independiente sobre casos de corrupción. Si los sindicatos se levantan en la lucha contra la corrupción de un modo muy concluyente todo el mundo los va a apoyar.

¿Cuál considera que es el rol estratégico de la ISP a la hora de articular políticas anticorrupción?

Hay tres niveles. En primer lugar, nosotros hacemos estudios científicos que dan información concreta y fiable sobre el problema de la corrupción. En segundo término, trabajamos con organismos internacionales como las Naciones Unidas o la Organización Internacional del Trabajo porque queremos contar con los estándares internacionales en la materia. Por último, la lucha contra la corrupción en algunos países puede significar un riesgo. Nosotros respaldamos a estos sindicatos y a estos afiliados con campañas internacionales para darles protección.

Uno de los temas de su conferencia giró en torno a las formas de corrupción legales pero inmorales, ¿a qué se refiere con esta idea?

Hay cosas que son formalmente legales que pueden ser muy peligrosas para la sociedad. Cuando un rico o una empresa multinacional hace donaciones o regalos a un partido político, por ejemplo. Esto es legal pero es una forma de corrupción muy peligrosa. También el clientelismo, cuando un funcionario le otorga un puesto a una persona que va a tener influencias pero en definitiva va a responder a su criterio. Otro modo, tiene que ver con la red de políticos donde gerentes de empresas fuertes se encuentran con políticos en una cena, por ejemplo.  Esto es legal pero ahí toman decisiones políticas en las que el común de la gente no va a poder participar. Eso ocurre donde el poder no está controlado y donde hay mucha diferencia entre los ricos y los pobres.

¿Cuál considera que son los desafíos para los gobiernos de América latina a la hora de luchar contra la corrupción?

Es preciso que haya una ley para recibir información sobre las actividades del gobierno. En segundo lugar, es necesario que haya una ley que proteja a los denunciantes.  Pero lo más importante es frenar la privatización de servicios públicos porque las empresas privadas están muy interesadas en sacarles dinero a los gobiernos y a cambiar el carácter del Estado.