Sorprende ver como Argentina se niega a hablar del narcotráfico
Lo dijo Federico Gutiérrez Zuluaga, Consultor de Seguridad Urbana Integran de Medellín, Colombia. Fue durante su exposición en el encuentro Narcotráfico: Una lucha de todos, organizado por la Asociación del Personal de los Organismos de Control. Según remarcó, para combatir este problema, se necesita un gran esfuerzo en materia social, pero también liderazgo político. Por su parte, Hugo Quintana, Secretario General del gremio, admitió que en nuestro país hay connivencia policial y política.
La Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC), realizó en la Sala Jorge Luis Borges un encuentro denominado Narcotráfico: Una lucha de todos. De la jornada participaron Hugo Quintana, Secretario General del gremio y el Consultor de Seguridad Urbana Integral de la Ciudad y actual candidato a Alcalde de Medellín (Colombia) Federico Gutiérrez Zuluaga.
Durante la charla, Zuluaga se refirió a la recuperación de Medellín en materia de seguridad y a la lucha contra el narcotráfico de los últimos 20 años. Tocar fondo fue lo que nos hizo reaccionar como sociedad y tomar decisiones de fondo, no solo con el narcotráfico sino también en cuanto a la desigualdad, reconoció.
Para entender la magnitud del negocio de la venta de drogas ilegales, el especialista contó que un kilo de cocaína en el interior de las selvas colombianas cuesta alrededor de 2.200 dólares. Cuando ese kilo llega al puerto su valor se duplica. Cuando está en Centro América ya vale 10.000 dólares, en México aumenta a 12.000 y cuando toca la frontera de los Estados Unidos ya vale 24.000 dólares, detalló el impulsor del Proyecto Medellín.
En ese sentido, consideró que el tema debe ser abordado regionalmente. Colombia en un determinado momento empezó a controlar el tráfico aéreo sospechoso que se dirige siempre a países vendedores, agregó.
Teniendo en cuenta la situación que atraviesa la ciudad santafecina de Rosario y respecto a los últimos asesinatos vinculados a los negocios narcos de la Villa 1-11-14; Zuluaga advirtió que sorprende ver como en Argentina se niega a hablar del tema. La denuncia ciudadana es fundamental y eso debe llamar a la reflexión, exclamó.
Ustedes no tienen que vivir lo que nosotros vivimos. Medellín fue la ciudad más violenta del mundo en 1991 y muchas veces no podíamos salir de nuestras casas. Un tipo tan bárbaro como Pablo Escobar hacía explotar un coche bomba en cualquier lugar, recordó Zuluaga sobre lo vivido durante su adolescencia y completó: Llegamos a eso porque ignoramos el tema durante muchos años.
Por último, el especialista colombiano fue tajante y entendió que actualmente solo se puede llegar a estar peor. Se necesita un gran esfuerzo en materia social, pero también que haya liderazgo político. Puede unirse toda la sociedad, pero si no hay líderes políticos con la valentía de reconocer el problema no se llega a nada, finalizó.
Por su parte, desde APOC, Quintana coincidió en que el principal problema en Argentina es no reconocer al narcotráfico y discutir, en vano, si el país es productor o consumidor. Si no hacemos nada estamos destinados a ser Medellín, porque los narcos eligieron Argentina, sostuvo.
En nuestro país no hay más narcotráfico porque ellos no quieren, continuó Quintana y analizó: Eligieron nuestro país porque nada los detiene. Acá tienen las dos condiciones óptimas, que son la connivencia policial y política. Lo que debería ser la solución es el problema. En esa sintonía, además recordó un informe realizado por la Auditoría General de la Nación (AGN), sobre los pasos fronterizos del NOA. Por las fronteras del norte pasan lo que quieren y cuando quieren, lanzó.
Quintana insistió en que actualmente no hay ningún motivo para que no se multiplique la producción y venta de droga. No quiero que Rosario sea la Medellín del 91, pero está cerca. No quiero que Argentina sea México, pero hoy todo indica que lo vamos a ser, disparó el Secretario General de APOC.
Por último, se refirió a la responsabilidad política en el narcotráfico y dijo: Hay que entender que se puede cambiar, pero hay que empezar desde los liderazgos políticos. Ningún candidato habla de esto, son siempre generalidades, sentenció y concluyó: Gobernar es tener claras las prioridades.