La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) realizó un relevamiento del Hospital General de Agudos Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield. De acuerdo al informe, se encontraron desde fallas edilicias hasta un cadáver en proceso en descomposición. Debido a la cantidad de problemas hallados, el organismo de control solicitó que se hagan nuevas evaluaciones de forma presencial en lo inmediato. 

A la cámara mortuoria le faltaba mantenimiento y presentaba una constante pérdida de gas que le impedía mantener la temperatura adecuada. 

El período auditado fue 2018 y el trabajo de los auditores terminó en pandemia, noviembre de 2020. Durante ese tiempo el cuerpo de una persona estuvo en descomposición dentro de una cámara mortuoria a la que le faltaba mantenimiento y se encontraba a la espera de una decisión judicial para poder ser trasladada a otra cámara inaugurada en 2019.

Los auditores verificaron que el hospital había efectuado todos los reclamos en tiempo y forma a las autoridades del Ministerio de Salud. Puntualmente le solicitó a la Dirección de Hospitales apoyo logístico y “temperamento a seguir”, según la nota enviada, dado el inminente colapso de la cámara mortuoria de dicha institución. 

El organismo de control también constató que el Hospital le envió varias notas al Ministerio de Salud hasta llegar a la que advertía que la cámara mortuoria no lograba mantener la temperatura adecuada debido a la pérdida constante de gas, con el agravante, de que en su interior contenía los restos de una persona desde el día de su fallecimiento el 30 de marzo de 2018.

Cuando en diciembre de 2019 se inauguró una nueva cámara mortuoria con seis bandejas y elevador de camillas, sólo quedaba un cuerpo en el otro espacio. A la Dirección del Hospital Vélez Sarsfield le desaconsejaron el traslado de los restos del cadáver a la nueva cámara, atento a que implicaría un alto riesgo de contaminación en el tramo que existe entre la antigua y la nueva morgue. La única opción era que los restos egresen de la puerta de la antigua morgue hacia la vía pública para ser llevados por la Dirección General de Cementerios o bien por la unidad de Traslados de la Morgue Judicial. 

Más fallas

En el interior del hospital, los auditores hallaron fallas de diversos tipos. En materia de recursos humanos había 17 trabajadores cumpliendo funciones de conducción, de los cuales 12 lo hacían sin designación ministerial. “Durante el 2018 no se realizaron designaciones de personal de escalafón general, de manera tal que cada baja producida no fue reemplazada”, explica el informe.

Si bien el hospital no cuenta con estadísticas sobre demanda insatisfecha, la AGCBA estimó que el 20% de las atenciones requeridas no pueden ser respondidas.

El centro de salud tampoco cuenta con historias clínicas unificadas de los pacientes sino que cada especialidad tiene una historia clínica propia, aunque la persona acuda a varios consultorios del mismo hospital. 

La institución tampoco cuenta con indicadores cuantitativos que permitan verificar la demanda insatisfecha, aunque la AGCBA estima que el 20% de las atenciones requeridas no puedieron ser respondidas. En el informe se puntualiza que el perfil de la población que asiste a la consultas corresponde a clase media y media baja, con un predominio de la población del área con un valor de 55-60%, el 40% restante acude principalmente del partido Tres de Febrero, Saénz Peña, Hurlingham y de la zona oeste del Gran Buenos Aires.

Sobre el equipamiento hubo varias observaciones formuladas por el organismo de control: en el área de consultorios externos hay teléfonos y tensiómetros de pared que sufrieron roturas y no se cambiaron; el equipamiento biomédico no cuenta con mantenimiento preventivo, así que ante un desperfecto previsible se utiliza hasta que sale de servicio; el 14% del equipamiento médico no se encontraba operativo al momento de la auditoría y en el caso de los recursos con una antigüedad mayor a 10 años, la obsolescencia alcanza el 23%. 

La AGCBA halló que el hospital tampoco cuenta con Certificado de Aptitud Ambiental en el tratamiento de los residuos patogénicos que genera. “Durante el año 2018 produjeron 27.530 kilos de residuos de esa tipología”.