¿Cómo se mide la pobreza?
En Argentina existen dos metodologías oficiales para medir la pobreza: la de pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI), a través del INDEC, y la de pobreza por línea de pobreza (LP), que se calcula por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).
Para el Gobierno de la Nación, el término pobreza marca el padecimiento de algún tipo de carencia, o la privación o imposibilidad de satisfacer determinadas necesidades consideradas como “básicas”.
Según un documento de 2019 del Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (SIEMPRO), de la identificación de esas necesidades básicas, así como de la determinación de cuáles serían sus satisfactores y del acceso a ellos, depende la medición empírica de la pobreza.
Métodos de medición de pobreza
En primer lugar, en Argentina existen dos clasificaciones para distinguir los métodos de medición de la pobreza. Los métodos indirectos, que abordan la disponibilidad de ingresos monetarios en los hogares, como medio principal para cubrir las necesidades básicas. Y, por otro lado, los métodos directos, que hacen referencia a la disponibilidad concreta o el acceso efectivo a determinados satisfactores de necesidades básicas, sin indagar los medios.
Métodos indirectos
Los métodos indirectos de medición de la pobreza se basan en que a la mayor parte de los satisfactores de necesidades básicas, se accede a través del dinero. Por eso, miden la pobreza por la disponibilidad de ingresos monetarios corrientes en los hogares.
El supuesto de los métodos indirectos de medición de la pobreza es que las personas priorizan adecuadamente sus necesidades y asignan los recursos monetarios del modo más adecuado a fin de satisfacerlas. De esa manera, el ingreso se convierte en un indicador indirecto de la medida en que los hogares logran satisfacer adecuadamente sus necesidades básicas.
Otra característica de los métodos indirectos de medición de pobreza es la utilización de “líneas”, que establecen el umbral de ingreso mínimo que permite mantener un nivel de vida adecuado. Aquellos hogares con ingresos inferiores a esa línea son considerados pobres y el nivel de vida que informa la “línea de pobreza” (LP) puede ser definido de dos maneras:
1.Si se considera que todas o algunas de las necesidades cuya satisfacción se corresponde con ese nivel de vida son independientes del nivel general de bienestar o riqueza de la sociedad, la LP es un umbral de “privación absoluta”, consistente en la valorización de un set de bienes y servicios definido de antemano.
2.Si se argumenta, en cambio, que las necesidades surgen a partir de la comparación con los demás y que están, consecuentemente, determinadas por el bienestar del conjunto de la sociedad, la LP es un umbral de “privación relativa”, que depende del estado de la sociedad en cada momento dado. En este caso, el estándar de vida a partir del cual se mide la pobreza se vuelve más exigente a medida que crece la riqueza de la sociedad.
Métodos directos
Los denominados métodos directos abordan la medición de la pobreza a través de la falta de acceso a un conjunto de satisfactores de necesidades básicas, así como al ejercicio de ciertos derechos esenciales. Implican una medición multidimensional de la pobreza, a diferencia de los métodos indirectos que adoptan el ingreso monetario como indicador sintético
La medición de la pobreza en Argentina
En Argentina existen dos métodos oficiales para medir la pobreza: la de pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) y la de pobreza por línea de pobreza (LP).
La medición por NBI la realiza el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), utilizando como fuente los datos censales, es decir, se actualiza cada diez años. Las Necesidades Básicas Insatisfechas son:
- Hacinamiento: hogares con más de tres personas por cuarto de uso exclusivo en la vivienda.
- Vivienda: hogares que habitan una vivienda de tipo inconveniente (pieza de inquilinato, pieza de hotel o pensión, casilla, local no construido para habitación o vivienda móvil).
- Condiciones sanitarias: hogares que habitan viviendas que no tienen inodoro.
- Asistencia escolar: hogares que tienen al menos un niño en edad escolar (6 a 12 años) que no asiste a la escuela.
- Capacidad de subsistencia: hogares que tienen cuatro o más personas por miembro ocupado, cuyo jefe no hubiese completado el tercer grado de escolaridad primaria.
Aquellos hogares que cuenten con al menos uno de estos marcadores de privación son considerados pobres por NBI, así como todos sus integrantes.
La pobreza por Línea de Pobreza (LP), también es estimada por el INDEC. Lo hace a partir de la información que proviene de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que es un relevamiento periódico de la cual se extraen los datos de composición de los hogares y sus ingresos laborales y no laborales.
El método de línea identifica a los hogares con privación (indigentes o pobres) a partir de la insuficiencia de ingresos para cubrir un determinado umbral (línea de indigencia o línea de pobreza).
El compromiso de “Pobreza Cero”
En septiembre de 2015, el Gobierno de la Nación se adhirió a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que se compone por objetivos que cubren múltiples derechos y problemáticas de la sociedad. La consigna del primero de estos Objetivos es "acabar con la pobreza en todas sus formas, en todas partes".
Según la perspectiva de la Agenda 2030, la pobreza incluye los recursos monetarios, pero abarca también el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna, el acceso limitado a servicios básicos (como la educación, la información o la salud), la discriminación y la exclusión social, entre otras carencias. Estas variables no siempre, ni necesariamente, pueden ser resueltas a través de los ingresos de los hogares.
La Auditoría General de la Nación (AGN), junto con la Organización Internacional de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI), auditó la gestión del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS) durante el período que abarca desde septiembre de 2015 a agosto de 2019, y el primero de los hallazgos del trabajo es que en lugar de disminuir, los índices de pobreza aumentaron.
Uno de los documentos realizados por el CNCPS en mayo de 2018, que fue revisado por los auditores, aclara que el “fin de la pobreza” se encuentra asociado a múltiples dimensiones y a “una variedad de organismos responsables que abordan casi todas las metas originalmente propuestas por la ONU”. Pero, un informe del mismo organismo, realizado en junio de ese mismo año, evidencia un recorte de metas y organismos responsables, suprimiendo la importancia del acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control sobre la tierra, los recursos naturales, la tecnología apropiada, y los servicios financieros.