En esta última década, los ingresos y los gastos nacionales crecieron a velocidades distintas, al punto de generar una brecha que desde 2009 se traduce en resultados financieros negativos. Es decir, que hace cuatro años que hay déficit.

Los recursos totales de la Nación, que es el dinero que entra a las arcas públicas, se incrementaron un 790% en diez años. En 2003, los Ingresos Totales de la administración central fueron de $ 57.705 millones y ese mismo ítem ascendió en 2012 a $ 512.640 millones.

Por otra parte, los Gastos Totales pasaron de $ 56.805 millones en 2003 a $ 562.029 millones el año pasado, lo que quiere decir que en la última década, ese rubro presupuestario aumentó un 900%.

Esta diferente evolución de Ingresos y Gastos comenzó a ser más marcada a partir de 2008. Hasta entonces, el crecimiento de ambas variables mantenía una suerte de regularidad que se expresó en seis superávit logrados en forma consecutiva desde 2003.

Pero en 2009 la brecha comenzó a ampliarse a favor de los gastos, y así se registró el primer déficit de la Nación tras la debacle sufrida en el país al inicio de la década.

En efecto, aquel ejercicio arrojó recursos totales por $ 240.258 millones, pero los gastos ascendieron a $ 249.914 millones, lo que significa que el rojo fue de $ 9.656 millones.

Este resultado negativo comenzó a gestarse un año antes. Es que en 2008, los Ingresos Tributarios, el componente más importante de los recursos públicos, habían sido de $ 142.803 millones, pero en ese ejercicio se desató la crisis financiera internacional de la que Argentina no estuvo exenta.

Los efectos de aquel cimbronazo impactaron de lleno en 2009, año en el que el mismo ítem presupuestario prácticamente no registró ninguna modificación. De hecho, los Ingresos Tributarios fueron menores y totalizaron $ 142.366 millones. Pero más allá de los términos nominales, la baja fue más visible si se tiene en cuenta la participación relativa de ese rubro en la recaudación total de la Nación, que pasó del 71% en 2008 al 59% en 2009. Y la tendencia se repitió hasta el ejercicio pasado.

Por aquellos días y como contrapartida, otro de los componentes de los recursos públicos comenzaron a ganar lugar gracias al efecto de la eliminación de las AFJP y su incorporación al Sistema de Reparto. Se trató de las Contribuciones.

En cambio, la evolución de los ítems presupuestarios que componen los Gastos Totales tuvieron un incremento que volcó la balanza a favor de los egresos de fondos. Ese desequilibrio fue impulsado en mayor medida por el aumento creciente de los gastos derivados de la política de Subsidios al Transporte y a la Energía, y la pérdida del autoabastecimiento energético, que derivó en una suba de las importaciones de combustibles.

La necesidad de la Administración de equilibrar las cuentas hizo necesario cubrir las brechas con emisión monetaria para no desacelerar el ritmo creciente de los Gastos Totales. Como consecuencia inmediata aparece un nuevo factor en escena, al comienzo incipiente y más pronunciado en los últimos años: el incremento del nivel generalizado de precios más comúnmente conocido como “inflación”.

La aparición cada vez más relevante de esta última variable determinó el movimiento de otros conceptos dentro del presupuesto. Si bien los recursos se incrementan por la vía de los Ingresos Tributarios, especialmente aquellos vinculados al consumo, comienza a evidenciarse un retraso cada vez más pronunciado en las tarifas de los servicios públicos que hace necesario financiar a estos sectores con subsidios crecientes.

A todo esto, los ingresos de 2010 ascendieron a $ 327.037, mientras que los gastos fueron de $ 329.034, con lo que se registró un déficit de $ 1.997 millones.

Un año más tarde, ese desequilibrio se hizo más marcado y llegó hasta los $ 43.231 millones. Es que los recursos nacionales fueron de $ 407.317 millones, pero los gastos llegaron a $ 450.548 millones.

Mientras que el rojo de 2012 fue el más alto del período deficitario que se inició hace cuatro años. El ejercicio pasado ingresaron a las arcas públicas unos $ 512.640, pero se ejecutaron gastos totales por $ 562.029 millones. Así, el último año cerró con un déficit de $ 49.389 millones.