Publicado: 30-05-2010
  
Luego del descabezamiento de la Agencia Ambiental porteña.

El gobierno porteño analiza exportar a Europa o Nueva Zelanda las 10 toneladas de pilas y baterías en desuso que no tiene donde desechary que provocaron la salida de Graciela Gerola del frente de la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad.

Según confió un funcionario del gobierno a Tiempo Argentino, el embarque de los 50 contenedores con las pilas que juntó la comuna durante ocho meses deberán ser despachados desde el Puerto de Buenos Aires, después de que las provincias de Córdoba y Buenos Aires cerraran sus fronteras para recibir esos desechos tóxicos. Aunque distintas versiones periodísticas sostuvieron que la expulsión de Gerola tenía que ver con los "demanejos de la funcionaría con respecto al saneamiento del Riachuelo", un miembro del gabinete de la Ciudad negó la versión y resaltó que "eso es imposible porque las decisiones sobre el Riachuelo las toma el propio jefe de gobierno Mauricio Macri y están todas determinadas por la puja presupuestaria con el gobierno nacional".

Dentro de la Legislatura reconocen que la partida de la funcionaría ocurrió luego de una queja del jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, sobre el intento de enterrar las pilas en Florencio Várela. El caso ya había crecido demasiado: la presidenta de la Auditoría General de la Ciudad, Sandra Bergenfeld, lo había denunciado ante la Unidad Fiscal Federal para la Investigación de Delitos Ambientales, y esta semana el Senado bonaerense se preparaba para aprobar un proyecto de repudio presentado por la senadora Viviana Arcidiácono.